Comentario
Estudio de la Biblia

Mateo 25:1-13

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Emmanuel Vargas Alavez

MATEO 24-25. EL CONTEXTO

Los capítulos 24-25 tratan con la escatología (el fin de los tiempos) y la Parusía (el retorno de Cristo). El capítulo 24 concluye con la parábola del siervo fiel y del infiel (23:45-51), que es la primera de cuatro parábolas que abordan el tema del reino venidero. En esa parábola, el siervo infiel asume que su amo se va a retrasar indefinidamente, y por lo tanto actúa infielmente. Sin embargo, el amo llega de forma inesperada y lo castiga duramente poniéndolo en un lugar donde hay lloro y crujir de dientes (24:51).

Las otras tres parábolas son:

• la parábola de las diez vírgenes (25:1-13) – de este domingo – enfatizando la importancia de estar preparados para el regreso de Cristo.

• la parábola de los talentos (25:14-30) – del próximo domingo – que enfatiza la importancia de que Cristo nos encuentre, en su regreso, siendo fieles sobre aquello que nos ha confiado.

• el Juicio de las Naciones (25:31-46) – que en realidad no es una parábola – del siguiente domingo – que enfatiza la importancia de que Cristo nos encuentre, en su regreso, habiendo sido generosos “á uno de estos mis hermanos pequeñitos” (25:40).

En la primera de las tres parábolas, el amo sorprende a la gente regresando inesperadamente. En la primera y segunda parábolas, el amo se retrasa (24:48; 25:5). En la tercera parábola, el amo regresa “después de mucho tiempo” (25:19). Estas parábolas reflejan el hecho de que la iglesia de Mateo, en la última parte del primer siglo, está lidiando con la demora del retorno en la Parusía. Ellos esperaban que Jesús regresara ya, y estas parábolas les dicen que hay que estar preparados para el regreso del maestro. En las cuatro parábolas el señor sorprende a la gente con la dureza de su juicio.

Así como Jesús comenzó su ministerio con una larga sección de enseñanza (el Sermón del Monte, capítulos 5-7), así ahora concluye con una larga sección de enseñanza (el Discurso Escatológico, su tratado sobre el fin de los tiempos, capítulos 25-25). Jesús comienza el capítulo 26 con una nota ominosa: “Sabéis que dentro de dos días se hace la pascua, y el Hijo del hombre es entregado para ser crucificado.” Y luego sigue la historia de su pasión.

MATEO 25:1-5. EL ESPOSO VA LLEGANDO

1Entonces el reino de los cielos será semejante á diez vírgenes, que tomando sus lámparas, salieron á recibir al esposo. 2Y las cinco de ellas eran prudentes, y las cinco fatuas. 3Las que eran fatuas, tomando sus lámparas, no tomaron consigo aceite; 4Mas las prudentes tomaron aceite en sus vasos, juntamente con sus lámparas. 5Y tardándose el esposo, cabecearon todas, y se durmieron.

“Entonces el reino de los cielos será semejante á” (v. 1). Jesús describe la preparación para una boda. En ese tiempo y lugar, la vida era dura y los placeres pocos. Las mujeres se quedaban en la casa para cuidar a los hijos y las tareas domésticas. Esperaban con gusto su diaria visita al pozo del pueblo (desde donde debían cargar pesadas vasijas llenas de agua) porque, en el pozo, tenían una oportunidad de reunirse con otras mujeres del pueblo.

Pero, ocasionalmente, el tedio de sus vidas se rompía por los grandes eventos de la vida del pueblo como bodas, nacimientos, ritos de paso a la adultez, e incluso los funerales. De estos, las bodas significaban la más grande celebración. En una boda, la pareja se quedaba en casa donde se convertían en el centro de la vida del pueblo por días. Después de la ceremonia de la boda, había un gran banquete, con danza y juega, que podía durar por varios días. Para la pareja, era “la semana más feliz de sus vidas” (Barclay, 353). También era una semana feliz para sus amigos, ¡era un evento que no se debían perder!

Jesús nos habla de diez parthenois – vírgenes, doncellas – cinco prudentes y cinco insensatas. Estas vírgenes prudentes e insensatas corresponden a los constructores insensatos de los que Jesús habló en 7:24-27. En esa historia, el hombre prudente construyó sobre la roca, pero el insensato lo hizo sobre la arena. La casa construida sobre la roca soportó bien la tormenta, pero la que fue construida sobre la arena se derrumbó, y su caída fue grande. Jesús dice que el hombre sabio o prudente es el que “oye estas palabras y las hace” (7:24).

Hay que notar que tanto las vírgenes prudentes e insensatas se durmieron, así que haberse dormido no es la característica que las distingue. Además hay que notar que tanto las vírgenes prudentes como las insensatas son elegibles para la festividad. Esta parábola es una advertencia para los cristianos que no están preparados para el regreso de Cristo, no está dirigida principalmente para los que están fuera de la iglesia.

Las vírgenes prudentes son diferentes de las insensatas solamente en una cosa: tienen la precaución de tomar aceite para rellenar sus lámparas. Las vírgenes prudentes durmieron, pero primero se prepararon completamente para la llegada del esposo. Tenían sus lámparas y aceite, así que estaban listas para recibir al esposo sin importar cuando llegara. Están listas, y estar listos es el punto de esta parábola.

Tiene sentido que debían estar preparadas, porque la llegada del esposo sería la señal para el comienzo de una gran y gozosa festividad, algo que estas mujeres esperaban sería uno de los acontecimientos más grandes de sus jóvenes vidas. “El tema es estar preparado, no para esperar lo peor… sino para lo mejor” (Buttrick, 556). La verdadera sorpresa es que cinco de ellas no han hecho la preparación esencial para esta importante ocasión. En nuestras vidas cotidianas vemos gente que no está preparada: gente buscando empleo que va a una entrevista usando su gorra al revés, estudiantes que se presentan al examen sin haber estudiado, parejas que “se casan por la fiebre”. Sacudimos la cabeza y nos preguntamos por su falta de preparación, pero luego recordamos nuestros propios momentos de insensatez.

El esposo se retrasa (v. 5). Este es el punto clave de la historia. Tanto las vírgenes sabias como las insensatas están preparadas para la llegada del esposo, pero solamente las vírgenes sabias están preparadas para el retraso del esposo. Como ya lo dijimos arriba, Mateo, que está escribiendo este Evangelio medio siglo después de la resurrección, está luchando con el asunto del retraso del regreso de Cristo. En esta serie de parábolas él alienta a la iglesia a mantenerse en vela, incluso si están cansados de mantenerse en un estado de “alerta continua”.

Esta parábola incluye un buen número de elementos alegóricos (la gente, cosas y sucesos que tienen un significado simbólico o escondido). Los estudiosos generalmente reconocen que:

• las vírgenes son la iglesia que está esperando por el regreso de Cristo.
• el esposo es Cristo.
• la fiesta de bodas es la gran gozosa ocasión en que Cristo viene por su iglesia; el banquete de las bodas del Cordero (Apocalipsis 19:9).
• el retraso del esposo corresponde al retraso del regreso de Cristo.
• la llegada del esposo a la media noche es el regreso de Cristo mismo.
• cerrar la puerta es el juicio final.

Sin embargo, los eruditos no están de acuerdo en cuanto al significado del aceite, y eso merece nuestra atención. Si el núcleo de esta historia es que debemos estar preparados con aceite para el regreso de Cristo, entonces ¿qué es el aceite? Lutero decía que es la fe. Otros lo han identificado con la piedad, las buenas obras, una relación personal con el Señor, o un sinnúmero de otras posibilidades. Tal vez la mejor aproximación para captar el significado del aceite es examinar el contexto: tanto el más cercano en esta serie de cuatro parábolas, como el contexto más amplio del evangelio de Mateo:

• en la parábola del siervo infiel y del fiel (24:45-51), el siervo fiel es al que se le encuentra trabajando cuando el señor regresa. Estar preparado – tener aceite – significa trabajar fielmente para el Señor.

• en la parábola de los talentos (25:114-30), el siervo fiel usa sabiamente los recursos que se confían a su cuidado. Estar preparado – tener aceite – significa practicar una buena mayordomía, buenas prácticas ecológicas, cuidadosa administración de nuestro tiempo y dinero, generosidad para quien está en necesidad, proclamación de la Palabra, y las posibilidades pueden seguir y seguir.

• en el Juicio de las Naciones (25:31-46), el Hijo del Hombre recompensa a quienes han alimentado a los hambrientos, han dado de beber a los sedientos, han recibido a los extranjeros, han vestido a los desnudos, han cuidado a los enfermos, y han visitado a los prisioneros –que corresponde muy bien con lo que Jesús ha identificado en este Evangelio como el más grande mandamiento: amar a Dios y al prójimo (22:37-40). Estar preparados – tener aceite – significa generosidad para quienes tienen necesidad.

• en el contexto más amplio de todo el Evangelio, el Sermón del Monte (capítulos 5-7) hace una gran revelación en las expectativas de Cristo. Estar preparados – tener aceite – significa obedecer las enseñanzas de Jesús.

Esta parábola habla muy agudamente a quienes enfatizan convertirse en cristianos a través de algún rito de iniciación (experiencia de conversión, bautismo, recibir el don de lenguas) sin el correspondiente crecimiento en el discipulado. Un buen comienzo no es haber corrido bien la competencia.

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MATEO 25:6-12. EL ESPOSO LLEGÓ

6Y á la media noche fue oído un clamor: He aquí, el esposo viene; salid á recibirle.7Entonces todas aquellas vírgenes se levantaron, y aderezaron sus lámparas. 8Y las fatuas dijeron á las prudentes: Dadnos de vuestro aceite; porque nuestras lámparas se apagan. 9Mas las prudentes respondieron, diciendo. Porque no nos falte á nosotras y á vosotras, id antes á los que venden, y comprad para vosotras. 10Y mientras que ellas iban á comprar, vino el esposo; y las que estaban apercibidas, entraron con él á las bodas; y se cerró la puerta. 11Y después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: Señor, Señor, ábrenos. 12Mas respondiendo él, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.

A media noche, oyeron un clamor: el esposo estaba llegando (v. 6). Las diez vírgenes, tanto las prudentes como las insensatas, despertaron y arreglaron sus lámparas. Las vírgenes insensatas, sin embargo, se dan cuenta de que no tienen aceite, y le piden a las vírgenes prudentes que compartan el suyo, algo que ellas se rehúsan a hacer. Estamos tentados a criticar su egoísmo, pero en su prudencia las vírgenes sabias se dan cuenta de que no hay suficiente aceite para todas. Si comparten el aceite, se acabará más pronto, y el esposo no tendrá luz para su fiesta. Ellas no critican a las vírgenes insensatas por su falta de precaución, sino que en su lugar sugieren una solución: vayan a la tienda y compren más aceite. No estaban careciendo de amabilidad, simplemente estaban enfrentando los hechos.

Mientras las vírgenes insensatas buscan aceite, el esposo llega, “y las que estaban apercibidas, entraron con él á las bodas; y se cerró la puerta” (v. 10). Después, las vírgenes insensatas regresan. Jesús no dice si han encontrado aceite o no. En realidad no importa si tienes aceite o no: no lo tenían cuando el esposo llegó. Ahora es muy tarde. Dijeron “¡Señor, señor, ábrenos!”, pero el esposo responde “De cierto os digo que no os conozco” (v. 11-12). Es devastador ser rechazada por el esposo, porque su palabra es final. El rechazo se hace todavía peor por la reputación del esposo de amor y generosidad. ¡Hubiera sido tan fácil complacerlo! ¡Por qué no lo hicieron!

Un poco antes Jesús advirtió “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos: mas el que hiciere la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre lanzamos demonios, y en tu nombre hicimos mucho milagros? Y entonces les protestaré: Nunca os conocí; apartaos de mí, obradores de maldad” (7:21-23). Jesús hace claro que tiene expectativas sobre nuestra conducta – normas que debemos tomar seriamente – obediencia a la que debemos aspirar. En nuestra parábola, también deja claro que hay tiempo para el arrepentimiento y tiempo cuando el arrepentimiento llega demasiado tarde. Cuando el esposo llega, es muy tarde para pedir prestado aceite: demasiado tarde para depender de nuestro prójimo, demasiado tarde para pedir por oración, demasiado tarde para prepararse. Cuando la puerta se cierra, es demasiado tarde para suplicar por misericordia. No importa cuánto lloremos y supliquemos y crujamos los dientes, la puerta permanecerá cerrada.

El núcleo de esta historia es que debemos estar preparados todo el tiempo para el regreso del Señor, porque su llegada será en una hora inesperada (24:36). Una vez que Cristo haya llegado, ya no habrá oportunidad para prepararse. Quienes están listos serán incluidos, y quienes no lo están serán excluidos.

El regreso de Cristo no es una predicación popular dentro de las principales iglesias de hoy día, pero debemos abordarlo. Si fallamos en hacer esto, entonces “perdemos una dimensión crítica de la teología del Nuevo Testamento y omiten el evento principal hacia el que la esperanza de la iglesia cristiana primitiva estaba dirigida” (Brueggemann, 560). Incluso de forma más precisa, debemos sonar la alarma para ayudar a la gente a evitar que se encuentren sin estar preparados. Mientras más se tarde Jesús, más difícil es mantenernos preparados, y el retraso en verdad que ha sido largo.  “Mas el que perseverare hasta el fin, éste será salvo”(24:13).

MATEO 25:13. VELAD

13Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del hombre ha de venir.

Como ya se notó más arriba, el problema con las vírgenes insensatas no fue que se durmieron, también se durmieron las vírgenes prudentes. El problema fue que no se habían preparado con aceite para sus lámparas. El mensaje de la parábola para nosotros es que debemos mantenernos constantemente preparados, porque “No sabemos ni el día ni la hora”.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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