Comentario
Estudio de la Biblia

Mateo 17:1-9

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

MATEO 16-17: EL CONTEXTO

Capítulo 16 nos prepara para la Transfiguración. Cuando Jesús les pregunta a los discípulos, “¿Y vosotros, ¿quién decís que soy?” Pedro responde, “Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente” (16:16). Jesús le bendice a Pedro, y les dice a los discípulos que no se lo digan a nadie. Después, les dice que debe sufrir y morir. Al oír esto, Pedro le reclama y Jesús le responde diciendo, “Quítate de delante de mí, Satanás.” También empieza a enseñarles que ser discípulo va acompañado de una cruz. Capítulo 16, entonces, establece la identidad de Jesús, su misión, y su método.

La Transfiguración contrasta con la humillación de la que Jesús avisó a los discípulos en capítulo 16. En la montaña, ¡Jesús es glorificado! “Gloria se puede definir como influyente o importante, cualidades que proporcionan el esplendor al que las tiene. Así es que la luz y el deslumbre a menudo van juntos con la gloria. Mientras que seres humanos pueden poseer gloria en cierta medida, el Dios de Israel es el ‘rey de la gloria,’ majestuoso en todas las maneras (cf. Salmo 24:7-10; 29). Visible en las grandes hazañas históricas (cf. Éxodos 15:11; Deuteronomio 5:24), la gloria de Dios será revelada por completo algún día (cf. Isaías 35:2; 60:1-2)” (Gardner). ¡La Transfiguración es un vistazo de esa gloria revelada!

Pero la experiencia en la montaña es breve. Cuando Jesús y los discípulos descienden la montaña, el padre del hijo epiléptico le ruega a Jesús que le ayude (17:14-21). Con esto, Jesús y los discípulos son empujados hacia el remolino del ministerio. Jesús vivirá la gloria eterna solo a través de la cruz.

ad1 ad2 ad3 ad4 ad5

MATEO 17:1-9. MOISÉS Y JESÚS

Mateo enfatiza los paralelos entre Jesús y Moisés. Existen varios en este pasaje:

• Seis días (v. 1) se paralelan a los seis días que las nubes cubrieron el Monte de Sinaí antes de que Moisés lo subiera (Éxodos 24:16).

• La alta montaña (v. 1) se paralela al Monte de Sinaí (Éxodo. 24:12).

• Los tres discípulos (Pedro, Santiago, y Juan) se paralelan a los tres hombres (Aarón, Nadab, y Abiú), que fueron invitados a orar con Moisés (Éxodo. 24:1) y que más tarde fueron ordenados sacerdotes (Éxodo. 28:1).

• El resplandor del rostro de Jesús (v. 2) se paralela al resplandor del rostro de Moisés después de su encuentro con Dios (Éxodo. 34:29). Éste paralelo es particularmente fuerte. El rostro resplandeciente de Moisés fue una imagen poderosa en la historia de Israel.

• Dios habla desde una nube (v. 5). Esto se paralela a la llamada de Dios a Moisés desde una nube (Éxodo. 24:16).

• Dios dice, “á él oíd” (v. 5). Esto se paralela a “te levantará Jehová tu Dios: á él oiréis” (Deut. 18:15).

• Los discípulos tienen miedo (v. 6). Esto se paralela al miedo de los israelitas al ver el rostro resplandeciente de Moisés.

• “¡Oh generación infiel y torcida!” (v. 17 – más allá del pasaje del leccionario) se paralela a “Generación torcida y perversa” (Deut. 32:5).

Al mismo tiempo, a la iglesia le ha gustado esta historia, pero sin saber que hacer con ella. Es misteriosa – más allá de nuestra experiencia diaria – y difícil de comprender. En su centro, es simplemente una revelación para los discípulos (y para la iglesia en general) de la identidad de Jesús. Es el sello de aprobación de Jesús por parte de Dios y el camino en el que ha puesto sus pies – un camino que les acaba de revelar a los discípulos (16:21-23) – un camino que le llevará a la cruz.

MATEO 17:1. EN LA CIMA DE UNA MONTAÑA

1Y después de seis días, Jesús toma á Pedro, y á Jacobo, y á Juan su hermano, y los lleva aparte á un monte alto.

La montaña no se nombra:

• El Monte de Tabor, localizado entre Nazarea y el Mar Galileo, es una posibilidad, pero Mateo habla de una “montaña alta” y Tabor solo tiene 1,900 pies de altura (580 metros) – y en la época de Jesús, un fuerte ocupaba la cima, haciéndolo un lugar improbable para una reunión privada.

• El Monte de Hermón tiene 9,200 pies de altura (2,800 metros), pero es remoto – está casi tan al norte como Damasco – haciéndolo un lugar improbable para que Jesús y los discípulos se encontraran una muchedumbre grande, incluyendo a escribientes, al descender (Marcos 9:14).

• El Monte de Merón, de 4,000 pies de altura (1,200 metros), está localizado 12 millas al noroeste del Mar Galileo parece una fuerte probabilidad (Blomberg).

Sin embargo, el lugar exacto es menos importante que lo que ocurre allí. La montaña alta simboliza un lugar donde se encuentran el cielo y la tierra – el lugar donde Dios se revela. La montaña alta también recuerda al Monte de Sinaí, donde Moisés se encontró con Dios, causando grandes consecuencias.

Los tres discípulos, Pedro, Santiago, y Juan, no aparecerán de nuevo como el círculo interior hasta Getsemaní. Allí, acompañarán a Jesús mientras que lucha durante una noche que culminará con su arresto (Mateo 26:36ff). La Transfiguración y Getsemaní son las dos experiencias más íntimas que Jesús comparte con sus discípulos, y los mismos tres discípulos son testigos de ambas.

Tres discípulos le acompañan a Jesús a la montaña, igual que Aarón, Nadab, y Abiú acompañaron a Moisés (Éxodo. 24:1-9). Podemos preguntarnos porque Jesús escoge a estos tres discípulos en particular – Pedro, Santiago, y Juan – para acompañarle en los momentos claves de su vida. La importancia de Pedro es evidente. A Juan se le considera tradicionalmente “al cual Jesús amaba” (Juan 13:23), haciéndole a él otra elección evidente. “Pero, ¿y Santiago, el hermano de Juan? ¿No tuvo consideración Jesús al darle a él, el primero de Los Doce en sellar su testimonio con sangre (Actos 12:2), el privilegio de ser incluido entre los tres testigos más íntimos?” (Hendriksen, 664).

MATEO 17:2. SE TRANSFIGURÓ DELATE DE ELLOS

2Y se transfiguró (griego: metemorphothe) delante de ellos; y resplandeció su rostro como el sol, y sus vestidos fueron blancos como la luz.

La palabra griega para “transfigurado” es metemorphothe, de la cual sacamos la palabra metamorfosis. Usamos esta palabra para describir el cambio que ocurre cuando una oruga se convierte en mariposa. El rostro de Jesús ‘resplandeció como el sol, y sus vestidos fueron blancos como la luz.’ Esto nos recuerda a Moisés en Sinaí. Después de su encuentro con Dios, la cara de Moisés brillaba tanto que la gente tenía miedo. Entonces, Moisés tuvo que usar un velo sobre su cara (Éxodo. 34:29-35). Los discípulos conocen esta historia de Moisés y pueden ver la conexión.

El Nuevo Testamento incluye otras imágenes similares. Pablo promete que nosotros que hemos visto la gloria del Señor, también seremos transformados “como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria” (2 Cor. 3:18). Revelación habla de la cara del Hijo del Hombre “como el sol cuando resplandece en su fuerza” (Rev 1:16).

MATEO 17:3. MOISÉS Y ELÍAS

3Y he aquí les aparecieron Moisés y Elías, hablando con él.

¿Por qué Moisés y Elías?

– Representan la ley (Moisés) y los profetas (Elías), las figuras más importantes del Antiguo Testamento y las secciones más autoritarias de las Escrituras Hebreas.

• Los dos eran “profetas que fueron, al principio, rechazados por la gente pero vindicados por Dios… Entonces representan el mundo celestial de divina vindicación. Según la perspectiva de Mateo después de la Pascua, Jesús también pertenece a este mundo celestial” (Boring, 363).

• Los dos están asociados con el “monte de Dios” (Éxodo 18:5; 1 Reyes 19:8).

• “En pensamiento judío más tardío, frecuentemente se asociaba la edad mesiánica con el regreso de Elías. El Antiguo Testamento hablaba de la reaparición de Elías. El profeta Malachi profesaba que el Señor mandaría a Elías antes de la llegada del Señor (Mal. 4:5)” (Lockyer, 335). Además de la aparición de Elías en el Monte de la Transfiguración, Jesús también identifica a Juan el Bautista como Elías (Mateo 17:10-13).

Mateo no nos dice nada del contenido de la conversación de Jesús con Moisés y Elías, pero Lucas sí nos dice que hablan de la ida de Jesús (griego: exodon– de éxodos) – “la cual había de cumplir en Jerusalén” (Lucas 9:31) – una obvia referencia a su muerte, resurrección, y ascensión.

MATEO 17:4. TRES PABELLONES

4Y respondiendo Pedro, dijo á Jesús: Señor, bien es que nos quedemos aquí: si quieres, hagamos aquí tres pabellones (griego: skenas): para ti uno, y para Moisés otro, y otro para Elías.

Pedro ofrece construir tres tiendas o viviendas (griego: skenas), una para Jesús, una para Moisés, y una para Elías. Expresa su propuesta cuidadosamente, dirigiéndose a Jesús como Señor, así anotando el honor que los discípulos sienten. Pedro añade, “…si quieres…” La última vez que abrió la boca, Jesús le regañó (16:21-23), y Pedro no quiere repetir esa experiencia.

¿Por qué tres viviendas (skenas)? Nadie lo sabe por seguro. Hay varias posibilidades:

Skenas también recuerda al Tabernáculo – el lugar donde Dios se hospeda entre la gente durante su viaje por el desierto. Si era apropiado que Dios viviera en una tienda en el desierto, sería apropiado que Jesús viviera en una tienda en la montaña.

Skenas también recuerda al Banquete del Tabernáculo. “Zech. 14:16-19 profesa que todas las naciones vendrán a Jerusalén para orar en el Banquete del Tabernáculo. Pedro puede estar pensando que ha llegado la edad final” (Johnson, 460).

• O puede ser que Pedro esté tratando de prolongar la experiencia en la cima de la montaña y así evitar el momento en que los discípulos tengan que bajar al mundo otra vez.

• O, Pedro, un hombre de acción, simplemente puede estar sintiendo la necesidad de hacer algo. Después de la resurrección, Pedro exhibirá la estabilidad de una roca que Jesús le había atribuido en capítulo 16. ¡Pero todavía no! Después de la resurrección, Pedro será una Roca. Ahora, ¡es un Escamoso! No posee la auto-disciplina necesaria para escuchar o esperar. En vez, habla y actúa sin pensar. ¿Por qué tiendas? Simplemente porque es la primera cosa que se le ocurre – no sin razón, como se anota anteriormente – sino porque es la primera cosa que se le ocurre – un plan de acción que, si Jesús aprueba, le permitirá a Pedro la oportunidad de ocuparse de algo. Está cómodo cuando está ocupado. Es una manera de tomar control de una situación incontrolable. Veremos esto de nuevo en una tormenta (14:28-31) y en Getsemaní (26:51). En la Transfiguración, el plan de acción de Pedro tiene tanto que ver con encontrar su propia comodidad como con honorar a Jesús.

Los siguientes eventos demuestran que la sugerencia de Pedro no está bien guiada. ¿Cuál es su error? Puede ser que se equivoque al tratar de prolongar esta breve experiencia en la que se encuentra. También puede ser que se equivoque al ponerle a Jesús como uno de los tres.

MATEO 17:5. UNA VOZ DE LA NUBE

5Y estando aún él hablando, he aquí una nube de luz que los cubrió; y he aquí una voz de la nube, que dijo: Este es mi Hijo amado, en el cual tomo contentamiento: á él oíd.

De nuevo, la nube nos recuerda a la experiencia de Moisés en el Monte de Sinaí, donde “una nube cubrió el monte… (Dios) llamó á Moisés de en medio de la nube… (y) el parecer de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, á los ojos de los hijos de Israel” (Éxodo. 24:15-17). Dios a menudo aparecía en una nube (Éxodo. 13:21-22; 34:5; 40:34; 1 Reyes 8:10-11).

Las palabras de Dios, “á él oíd,” nos recuerdan a las palabras de Moisés a los israelitas: “Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios: á él oiréis” (Deut. 18:15).

“Y estando aún él (Pedro) hablando…” La voz le interrumpe a Pedro – si no, ¿cómo puede Dios meter una palabra? Dios repite sus palabras en el bautizo de Jesús (3:17), añadiendo “á él oíd.” Estas pocas palabras describen el significado de la Transfiguración. En esta montaña, Dios revela a Jesús como el hijo de Dios – el querido – con el que está bien satisfecho – que enseña con la autoridad de Dios – a quien nosotros debemos escuchar.

Dios manda a los discípulos (y a la temprana iglesia – y a nosotros) que escuchemos a Jesús. En la temprana iglesia, no existe ningún canónigo del Nuevo Testamento. Cristianos se enfrentan con la cuestión de la autoridad. ¿Hasta qué punto deben observar el Antiguo Testamento, particularmente en situaciones donde el ejemplo de Jesús le da un nuevo giro a la antigua ley? Dios contesta, “¡A él oíd!” Nosotros, también, nos enfrentamos con importantes preguntas doctrinales y éticas. ¿Cómo encontramos el camino en un mundo cada día más complejo? Dios contesta, “¡A él oíd!”

MATEO 17:6. TEMIERON EN GRAN MANERA

6Y oyendo esto los discípulos, cayeron sobre sus rostros, y temieron en gran manera.

El miedo es una reacción común cuando uno se ve confrontado con Dios o con los ángeles (14:6; 28:4-10; Lucas 1:13; 1:30; 2:10; 8:35). “El miedo del Señor” es una frase común en las escrituras, e incluye un sentido de maravilla en cuanto a Dios. El pueblo judío pone a Dios en tan alta estima que evita si quiera pronunciar su nombre.

Hoy hemos perdido este sentido de maravilla sagrada. Estamos tan orgullosos de la idea que hemos sido creados iguales, que resistimos reconocer que hasta el creador puede ser de un orden superior. Cuando Loretta Lynn fue reprendida por llamar de primer nombre a sus antiguos amigos, el Presidente y la Primera Dama Carter, ella respondió, “Yo le llamo a Jesús por su primer nombre.” ¡Un cuento gracioso! ¡No causa ningún daño! Pero nuestra pérdida de reverencia no viene sin daño. No disminuye a Dios, sino que nos disminuye a nosotros. La persona que se encuentra en la presencia de Dios sin reverencia es peor que el bárbaro que no sabe apreciar las bellas artes o la música.

MATEO 17:7. NO TEMÁIS

7Entonces Jesús llegando, los tocó, y dijo: Levantaos, y no temáis.

Esto es similar a Daniel 10:5-12, cuando Dios le aseguró a Daniel con un toque cariñoso y palabras alentadoras. Más adelante, Jesús tocará un leproso y le lavará con sus palabras, “sé limpio” (8:3). Tocará los ojos de dos ciegos y les curará (9:29). El toque de Jesús no solo asegura a los discípulos, sino que también les asegura que es el verdadero Jesús y no solo una visión.

“No temáis” es un tema frecuente en las escrituras. El temor es una experiencia humana corriente, pero en la escritura Dios nos asegura que su pueblo no tiene nada que temer de Él o del hombre (Éxodo. 14:13; Josh, 11:6; 2 Reyes 19:6; Neh. 4:14; Isaías 40:9; 43:1-7; Mateo 14:27; 28:10; Marcos 5:36; Actos 18:9; Rev. 1:17-18).

MATEO 17:8. A NADIE VIERON, SINO A JESÚS

8Y alzando ellos sus ojos, á nadie vieron, sino á solo Jesús.

Cada uno de los Evangelios sinópticos incluye este versículo (Marcos 9:8; Lucas 9:36), una medida de su importancia. Dios reconoció a Moisés y a Elías haciéndoles aparecer con Jesús en un momento de revelación, pero la voz solo habla de Jesús. Jesús y Elías ya no están, pero Jesús permanece. Nos recuerda a la deuda que les debemos a Moisés y Elías pero, en el análisis final, solo Jesús es el salvador.

Ésta es una palabra incómoda en un mundo multicultural – en iglesias “donde la palabra de Dios se entiende en sentido plural en vez de singular y exclusivamente – donde Dios habla con tanta autoridad por medio de Moisés (o Gandhi) como por Jesús” (Bruner, 608). Es, sin embargo, la palabra evidente del Nuevo Testamento.

MATEO 17:9. NO SE LO DIGAN A NADIE

9Y como descendieron del monte, les mandó Jesús, diciendo: No digáis á nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.

En el capítulo anterior, Pedro reconoció a Jesús como el Mesías, y Jesús le alabó por su sabiduría. Entonces, Jesús “Entonces mandó á sus discípulos que á nadie dijesen que él era Jesús el Cristo” (16:20). Cuando Jesús les dijo a los discípulos “que le convenía ir á Jerusalén, y padecer mucho de los ancianos, y de los príncipes de los sacerdotes, y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día” (16:21). Ahora Jesús les instruye a Pedro, Santiago, y Juan que, “No digáis á nadie la visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de los muertos.”

¿Por qué el secreto? ¡El tiempo es importante! Una vez que Jesús sea revelado públicamente como el Mesías, las cosas se moverán más rápidamente. Jesús tiene trabajo que hacer todavía, y ese trabajo será interrumpido si es revelado demasiado pronto.

Además, los discípulos todavía no comprenden lo que significa que Jesús sea el Mesías. Él les dijo que sufrirá y morirá en Jerusalén, pero los discípulos no lo comprenden. Todavía tienen en sus mentes y corazones la antigua idea del Mesías. Solo después de la resurrección amanecerá la luz para ellos. Solo después de la resurrección podrán proclamar a Cristo, porque solo después de la resurrección le comprenderán.

Lo verdaderamente asombroso es lo rápido que los discípulos se olvidan. Pedro, Santiago, y Juan han visto a Jesús revelado en gloria, pero su falta de valor les fallará en la cruz. Pedro le negará tres veces a Jesús. Quizá haya aquí una lección para nosotros. Nosotros también hemos experimentado la mano de Dios en nuestras vidas, pero encontramos que la fe es difícil cuando el peligro se acerca.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

Abbey, Merrill R. and Edwards, O.C., Proclamation, Epiphany, Series A (Fortress Press, 1974)

Allison, Dale C. in Van Harn, Roger (ed.), The Lectionary Commentary: Theological Exegesis for Sunday’s Text. The Third Readings: The Gospels (Grand Rapids: Eerdmans, 2001)

Barclay, William, Gospel of Matthew, Vol. 2 (Edinburgh: The Saint Andrew Press, 1957)

Bergant, Dianne with Fragomeni, Richard, Preaching the New Lectionary, Year A (Collegeville: The Liturgical Press, 2001)

Blomberg , Craig L., New American Commentary: Matthew, Vol. 22 (Nashville: Broadman Press, 1992)
Boring, M. Eugene, The New Interpreter’s Bible, Vol. VIII (Nashville: Abingdon, 1995)

Brueggemann, Walter; Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV — Year A (Louisville: Westminster John Knox Press, 1995)

Bruner, Frederick Dale, Matthew: Volume 2, The Churchbook, Matthew 13-28 (Dallas: Word, 1990)

Burgess, Joseph A. and Winn, Albert C., Proclamation 2: Epiphany, Series A (Philadelphia: Fortress Press, 1980)

Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, A (Valley Forge: Trinity Press International, 1992)

Gardner, Richard B., Believers Church Bible Commentary: Matthew (Scottdale, Pennsylvania: Herald Press, 1990)

Hagner, Donald A., Word Biblical Commentary: Matthew 14-28, Vol. 33b (Dallas: Word, 1995)
Hamm, Dennis, Let the Scriptures Speak, Year A (Collegeville: The Liturgical Press, 2001)

Hare, Douglas R. A., Interpretation: Matthew (Louisville: John Knox Press, 1993)

Hedahl, Susan B., Proclamation 6: Epiphany, Series A (Minneapolis: Fortress Press, 1995)

Hendriksen, William, and Kistemaker, Simon J., New Testament Commentary: Exposition of the Gospel According to Matthew, Vol. 9 (Grand Rapids: Baker Book House, 1973)

Johnson, Sherman E. and Buttrick, George A., The Interpreter’s Bible, Vol. 7 (Nashville: Abingdon, 1951)

Keener, Craig S., The IVP New Testament Commentary Series: Matthew, (Downers Grove, Illinois: InterVarsity Press, 1997)

Lockyer, Herbert Sr., Nelson’s Illustrated Bible Dictionary (Nashville: Thomas Nelson Publishers, 1986).

Long, Thomas G., Westminster Bible Companion: Matthew (Louisville: Westminster John Knox Press, 1997)

Morris, Leon, The Gospel According to Matthew (Grand Rapids, Eerdmans, 1992)

Pilch, John J., The Cultural World of Jesus: Sunday by Sunday, Cycle A (Collegeville: The Liturgical Press, 1995)

Senior, Donald, Abingdon New Testament Commentaries: Matthew (Nashville: Abingdon Press, 1998)

Soards, Marion; Dozeman, Thomas; McCabe, Kendall, Preaching the Revised Common Lectionary: Advent, Christmas, Epiphany, Year A (Nashville: Abingdon Press, 1993)

Copyright 2005, 2018 Richard Niell Donovan