Comentario
Estudio de la Biblia

Marcos 10:35-45

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

MARCOS 8:22 – 10:45. UN RESUMEN

Los discípulos están viajando con Jesús en su camino a Jerusalén. Al comenzar el viaje, Jesús sanó un ciego que “fue restablecido, y vio de lejos y claramente á todos” (8:22-26). Durante el viaje, los discípulos de Jesús no parecían ver claramente.

Tres veces Jesús predijo su muerte inminente:

• Después de la primera predicción, Pedro le reclamó (8:31-33), solo para ser reclamado él también. Jesús procedió a enseñar a la multitud y a los discípulos, “niéguese á sí mismo, y tome su cruz, y sígame” (8:34).

• Después de la segunda predicción, los discípulos discutieron acerca de cuál de ellos era el mejor (9:34), después de eso, Jesús les enseñó que “Si alguno quiere ser el primero, será el postrero de todos, y el servidor de todos” (9:35).

• Entre la segunda y tercera predicción, Jesús les dice a los discípulos, “Empero muchos primeros serán postreros, y postreros primeros” (10:31).

• Ahora, Jesús predice su muerte una tercera vez, diciendo: “He aquí subimos á Jerusalén, y el Hijo del hombre será entregado á los príncipes de los sacerdotes, y á los escribas, y le condenarán á muerte, y le entregarán á los Gentiles: Y le escarnecerán, y le azotarán, y escupirán en él, y le matarán; mas al tercer día resucitará” (Marcos 10:33-34). Ignorando por completo lo que Jesús ha dicho, Jacobo y Juan piden a Jesús un asiento preferido “en tu gloria” (10:37). Jesús entonces les dice a los discípulos, “Y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo de todos” (10:44) – después, Jesús lleva a cabo su propio sacrificio como modelo para todo discípulo (10:45).

Sin embargo, después de cada predicción, los discípulos continúan sin comprender la predicción de la pasión ni la enseñanza de Jesús acerca el discipulado. Jesús es un Mesías tan diferente al esperado que simplemente no “lo entienden.” Parece que sus ojos espirituales han estado fijados en un lugar tanto tiempo que, ahora que el mesías se encuentra a su alrededor, no pueden enfocar sus ojos para verle claramente.

Siguiendo esta historia de Jacobo y Juan, Jesús sanará otro hombre ciego que “cobró la vista, y seguía á Jesús en el camino” (10:46-52). Las historias de los ciegos que recobran la vista sirven para marcar alrededor de las historias de discípulos que no pueden ver. Mientras que los doce discípulos fallan en ver, Marcos señala a Pedro, Jacobo, y Juan, el círculo íntimo, para hacer una nota especial (8:31-33; 10:35-40).

Pedro seguramente fue una de las fuentes de Marcos para las historias en este Evangelio, y puede haber sido la fuente de esta historia. Como uno de los Tres Grandes (Pedro, Jacobo, y Juan – privilegiados por haber estado con Jesús en la Transfiguración y en Getsemaní), estaría muy al tanto del intento de Jacobo y Juan para empujarle a un lado – para disminuir los Tres Grandes a los Dos Grandes.

MARCOS 10:35-40. DANOS QUE EN TU GLORIA NOS SENTEMOS A TU DIESTRA Y SINIESTRA

35Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, se llegaron á él, diciendo: Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos. 36Y él les dijo: ¿Qué queréis que os haga? 37Y ellos le dijeron: Danos que en tu gloria nos sentemos el uno á tu diestra, y el otro á tu siniestra. 38Entonces Jesús les dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, ó ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado? 39Y ellos dijeron: Podemos. Y Jesús les dijo: A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis; y del bautismo de que soy bautizado, seréis bautizados. 40Mas que Os sentéis á mi diestra y á mi siniestra, no es mío darlo, sino á quienes está aparejado.

“Entonces Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo” (v. 35a). Pedro, Jacobo, y Juan son el círculo íntimo de Jesús. En varias ocasiones, incluyendo la Transfiguración (9:2-8) y en el Jardín de Getsemaní (14:32-42), Jesús hizo que estos tres le acompañaran, excluyendo a los demás discípulos.

“Maestro, querríamos que nos hagas lo que pidiéremos” (v. 35b). Todo padre ha oído, “¿Puedes hacer algo para mí?” – y un padre sabio determina qué es lo que se pide antes de acceder. La manera en que Jacobo y Juan presentan su pedido refleja que tienen sus dudas sobre ello.

“¿Qué queréis que os haga?” (v. 36). Ésta es la misma pregunta que Jesús pregunta al ciego Bartimeo más tarde en este capítulo (10:51). Bartimeo responde pidiéndole a Jesús que restaure su vista, y Jesús lo hace. Bartimeo entonces sigue a Jesús “en el camino” (10:52). Como se anota arriba, la vista restaurada de Bartimeo se contrasta dramáticamente con los ojos ciegos de los discípulos que han estado siguiéndole todo el tiempo.

“Danos que en tu gloria nos sentemos el uno á tu diestra, y el otro á tu siniestra” (v. 37). Recuerde que Jesús les acaba de decir a los discípulos que va a Jerusalén a morir (10:33-34). Más tarde, los discípulos llegarán a comprender la “gloria” de Jesús como algo que tiene que ver con su Pasión.

Algunos eruditos ven versículo 31 como una reclamación implícita hacia Pedro y creen que Jacobo y Juan están utilizando esta reclamación como oportunidad de ganar ventaja sobre Pedro, el tercer miembro del círculo íntimo de Jesús (France, 414). Cualquiera que sea su motivación, está claro que estos hermanos – los Hijos del Trueno (3:17) – están buscando los dos puestos de honor más altos y no hay espacio en su plan para incluir a Pedro.

“Danos que en tu gloria nos sentemos” (v. 37a). En ese tiempo y lugar la gente generalmente se reclinaba en sofás alrededor de una mesa baja para comer en banquetes o festines. Cuando Jacobo y Juan piden sentarse al lado derecho e izquierdo de Jesús en su gloria, se están imaginando a Jesús como un rey sentado en una mesa con sus principales consejeros a su mano derecha e izquierda.

Nos es difícil imaginar como es que Jacobo y Juan pueden ser tan densos – tan descuidados. Su intención está equivocada porque “están pidiéndole a Jesús que quepa en sus planes” en vez de intentar ellos caber en el plan de Jesús (Luccock, 812). Jacobo y Juan no solo han fallado en oír la predicción de Jesús sobre su muerte inminente, pero también consideran este viaje a Jerusalén como una marcha mesiánica a la ciudad para restaurarle su previa gloria davídica y para que Jesús pueda tomar el trono davídico.

Sería difícil para nosotros comprender como Jacobo y Juan podrían fallar en oír la clara predicción de Jesús sobre su pasión – excepto que hoy vemos como cristianos oyen lo que quieren oír en lugar de escuchar las palabras de Jesús en cuanto a llevar una cruz:

• En el Evangelio de la Prosperidad, con su apelación a creer y enriquecerse, enseña que Jesús quiere que prosperemos – que vayamos en primera – que llevemos un Rolex y conduzcamos un Mercedes. ¿Cómo es posible que alguien malentienda tanto a Jesús? ¿Cómo pueden fallar en oír su enseñanza sobre la cruz, servicio y sacrificio?

• Si examinamos nuestras propias oraciones, encontraremos mucho que se paralela al pedido de estos dos hermanos. ¿Es el énfasis de nuestras oraciones adorar y alabar? ¿Dar gracias? ¿La confesión? Para la mayoría de nosotros, la oración consiste principalmente de pedir – Señor, dame esto y Señor, dame eso. Nuestras oraciones no son tan diferentes de este pedido de Jacobo y Juan.

Vale la pena anotar que Mateo y Lucas relatan que Jesús dijo, “De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar á las doce tribus de Israel” (Mateo 19:28; Lucas 22:28-30).

“¿Podéis beber del vaso que yo bebo, ó ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado?” (v. 38).  En el Antiguo Testamento, “vaso” puede referirse a bendiciones, juicio, o muerte. En 14:36, Jesús reza, “traspasa de mí este vaso.”  El vaso pronto llegará a representar “mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada” (14:24).

“Podemos” (v. 39a). Jacobo y Juan saben que Jesús les ha retado, y ellos recogen el guante – aceptan el reto – sin entender las consecuencias. Más tarde, cuando Jesús es arrestado, no serán tan valientes. Marcos nos dice, “dejándole todos sus discípulos, huyeron” (14:50).

“A la verdad, del vaso que yo bebo, beberéis; y del bautismo de que soy bautizado, seréis bautizados”(v. 39b). Alejado de la verdad es que Jesús prediga el martirio para estos hermanos. Sus palabras también tienen sentido si señalan a la persecución en vez de la muerte. Barclay dice que el verbo griego baptizein significa zambullir o sumergir, y no siempre se refiere al agua. Por ejemplo, una persona en luto se podría describir como sumergida en tristeza.

Santiago fue, por cierto, martirizado por Herodes de Agripa – “matado con la espada” en vez de crucificado (Hechos 12:2). El destino de Juan es menos seguro. Por lo menos una fuente relata su martirio, pero otra relata su muerte en Efesio ya en una anciana edad. Hechos 4 relata su arresto en Jerusalén. Martirizado o no, podemos dar por hecho que la suya no fue una vida fácil.

Irónicamente, los hombres que ocuparán el lado derecho e izquierdo de Jesús serán los dos ladrones en Gólgota (Mateo 27:38; Marcos 15:27; Lucas 23:32; Juan 19:18).

MARCOS 10:41-44. CUALQUIERA QUE QUISIERA SER GRANDE SERÁ SERVIDOR

41Y como lo oyeron los diez, comenzaron á enojarse de Jacobo y de Juan. 42Mas Jesús, Llamándolos, les dice: Sabéis que los que se ven ser príncipes entre las gentes, se enseñorean de ellas, y los que entre ellas son grandes, tienen sobre ellas potestad. 43Mas no será así entre vosotros: antes cualquiera que quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor (griego: diakonos); 44Y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo (griego: doulos) de todos.

“Y como lo oyeron los diez, comenzaron á enojarse de Jacobo y de Juan” (v. 41). No hay razón para creer que los demás discípulos se enojaron a causa de la falta de consideración de Jacobo y Juan hacia la situación de Jesús. Con la segunda predicción de la pasión, los discípulos respondieron discutiendo entre ellos cuál era el más grande (9:33-37). Ahora, están ofendidos porque están compitiendo para lugares de honor, y Jacobo y Juan están intentando robar el premio debajo de sus narices.

“Sabéis que los que se ven ser príncipes entre las gentes, se enseñorean de ellas, y los que entre ellas son grandes, tienen sobre ellas potestad” (v. 42). Jesús no reclama a Jacobo y Juan y tampoco reclama a los doce. En vez, utiliza su comportamiento como base de enseñanza. Podemos estar seguros que tiene la completa atención de los discípulos. Jacobo y Juan deben estar avergonzados al ver descubierta su cruda ambición. Los demás discípulos están indignados, y escucharán con cuidado para asegurarse de que Jesús aclare la situación. En vez, Jesús les instruye sobre el reino de Dios – sus reglas – como funciona.

“antes cualquiera que quisiere hacerse grande entre vosotros, será vuestro servidor (diakonos). Y cualquiera de vosotros que quisiere hacerse el primero, será siervo (doulos) de todos” (vv. 43-44). Como siempre, Jesús le da la vuelta a nuestro mundo al presentar las “leyes de la carretera” para el reino de Dios (versículos 42-44). Leyes del Reino son completamente diferentes a las leyes de este mundo – es más, son todo lo contrario. Los que viven según las leyes de este mundo honran poder. Líderes poderosos son a menudo egoístas, tiranos simples que tratan mal a sus súbditos.

En el reino de Dios, los honores serán para los que sirven (griego: diakonos – los que limpian las mesas) en vez de aquéllos que requieren el servicio de otros. El primer premio irá al “siervo de todos.”

“siervo de todos” (v. 44). Un esclavo típicamente sirve a solo un amo. En otro lugar Jesús dice, “Ningún siervo puede servir á dos señores; porque ó aborrecerá al uno y amará al otro, ó se allegará al uno y menospreciará al otro” (Lucas 16:13). Sin embargo un esclavo, siguiendo las órdenes del amo, serviría a todos en la casa – al hacer esto, servía un solo amo. Cristo clama que sirvamos a todos – que nos hagamos siervos de todos. Al hacer esto, servimos un solo amo – Cristo.

Debemos tener cuidado de no juzgar a los discípulos demasiado por su falta de comprensión. Tenemos la ventaja de una multitud de historias en los Evangelios que nos enseñan a honrar servició en vez de poder, pero a menudo fallamos en hacerlo. Estamos ensimismados con estrellas de Hollywood y conocidos atletas, aunque muchos de ellos utilicen influencia considerable para promover violencia, sexo ilícito, drogas, y vulgaridades. Envidiamos a jefes de corporaciones que se enriquecen aumentando ganancias a corto lazo, a menudo causando bajas de trabajadores – y que, cuando sus acciones producen la ruina a largo plazo, se escapan, protegidos por sus paracaídas dorados. Elegimos políticos que venden sus almas a intereses especiales y que pasan sus vidas encubriendo la verdad para preservar sus intereses.

Jesús nos llama hacia una ética diferente, diciéndonos que Dios honra servicio en lugar de poder. Nos reta a comenzar a vivir por las Leyes del Reino aquí y ahora. Esto es difícil de vender – y una lección que la iglesia debe volver a aprender continuamente.

Cada denominación, congregación y pastor está tentado a cuidar a Numero Uno primero en vez de servir las necesidades del reino. Estamos tentados por grandes títulos, vestimentas, e iglesias – tentados a predicar la palabra que vende en vez de la palabra de la fe. Ambición personal no comenzó con Jacobo y Juan, ni terminará con ellos.

MARCOS 10:45. EL HIJO DEL HOMBRE NO VINO PARA SER SERVIDO, MAS PARA SERVIR

45Porque el Hijo del hombre tampoco vino para ser servido, mas para servir, y dar su vida en rescate por muchos.

Jesús no requiere más de lo que él está dispuesto a dar. Modeló servicio y sacrificio desde la cuna hasta la tumba. Mientras en la forma de Dios, “se anonadó á sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante á los hombres; Y hallado en la condición como hombre, se humilló á sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:5-8). Ambos la Encarnación y la Crucifixión son obras de gran servicio y sacrificio.

“en rescate por muchos” (v. 45). Jesús dijo a los discípulos que debía morir, y ahora les dice por qué. La palabra “rescate” se encuentra en ambos testamentos, y se refiere a un pago hecho a cambio de la libertad de un prisionero o la liberación de un esclavo. El pueblo judío está acostumbrado a un sistema de sacrificio en que animales sirven de sacrificio para la expiación de los pecados de la gente. Ahora Jesús dice que dará su vida para rescatar a muchos. En estas pocas palabras, presenta una teología de expiación.

Jesús muestra servicio y sacrificio para sus discípulos, pero él logra algo que los discípulos no pueden lograr. Solo Jesús puede servir de rescate para muchos. Jesús tiene un papel único en el plan de salvación.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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