Comentario

Estudio de la Biblia

Lucas 19:28-40

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

LUCAS 19:28 – 21:38. MINISTERIO DE JESÚS EN JERUSALÉN

Jesús ha estado camino a Jerusalén y a la muerte desde 9:51. Ese viaje terminó en 19:27. A lo largo de estos versículos, Lucas nos recuerda varias veces que Jesús va a Jerusalén (9:51, 53; 13:22, 33-34; 17:11; 18:31; 19:11) – así ilustrando la importancia de la obra que cumplirá allí.

19:28 comienza la historia de su ministerio en Jerusalén, mucho del cual toma lugar en el templo. Esta historia continúa a través de 21:38, seguida por su pasión (capítulos 22-23) y su resurrección (capítulo 24).

LUCAS 19:28. Y DICHO ESTO

28Y dicho esto, iba delante subiendo á Jerusalén.

“Y dicho esto” (v. 28a) conecta la Entrada Triunfal con la Parábola de las Diez Libras (vv. 11-27). Esta parábola tiene mucho en común con la Parábola de los Talentos (Mateo 25:14-30), pero está ajustada para ilustrar la Entrada Triunfal y para incluir estos aspectos distintivos:

• Jesús cuenta esta parábola “por cuanto estaba cerca de Jerusalén, y porque pensaban que luego había de ser manifestado el reino de Dios” (v. 11).

• El noble sale para una provincia lejana “para tomar para sí un reino, y volver” (v. 12).

• El noble da diez minas (libras) a diez siervos – una a cada uno – haciéndoles responsables de ellas.

• Los ciudadanos desprecian al noble y no quieren que rija sobre ellos.

• Al final, el noble dice, “Y también á aquellos mis enemigos que no querían que yo reinase sobre ellos, traedlos acá, y degolladlos delante de mí” (v. 27).

El saludo real que Jesús recibe en Jerusalén no significa que haya obtenido su poder real y que esté listo para establecer su reinado. En cambio, al entrar a Jerusalén, Jesús prepara su salida hacia un país lejano donde recibirá poder real y, más adelante, regresará en su Segunda Venida.

“iba delante subiendo á Jerusalén.” Va de Jericó (v. 1) a Jerusalén, una distancia de unas catorce millas (22 kilómetros). Jericó se sitúa en una planicie y Jerusalén sobre una montaña, entonces, el viaje a Jerusalén es en mayor parte cuesta arriba.

Al subir a Jerusalén, Jesús cumple cuatro cosas (Hendriksen, 872-873):

1. Precipita una sublevación pública a su favor.

2. Fuerza la mano de líderes judíos, así uniendo su plan con el de Dios.

3. Cumple la profecía de Zacarías 9:9.

4. Muestra ser un Mesías que trae paz en lugar de guerra.

Jerusalén es donde Jesús morirá, pero también es donde será resucitado y donde la iglesia nacerá en Pentecostés (Hechos 2 – también escrito por Lucas). Una vez que el Espíritu Santo descienda sobre los discípulos, serán testigos de Jesús “en Jerusalén, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos1:8). Es decir, Jerusalén – el lugar de la muerte de Jesús – también será el lugar donde comienza la proclamación mundial del Evangelio.

LUCAS 19:29-35. UN POLLINO EN EL QUE NINGÚN HOMBRE SE HA SENTADO

29Y aconteció, que llegando cerca de Bethfagé, y de Bethania, al monte que se llama de las Olivas, envió dos de sus discípulos, 30Diciendo: Id á la aldea de enfrente; en la cual como entrareis, hallaréis un pollino atado, en el que ningún hombre se ha sentado jamás; desatadlo, y traedlo. 31Y si alguien os preguntare, ¿por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo ha menester. 32Y fueron los que habían sido enviados, y hallaron como les dijo. 33Y desatando ellos el pollino, sus dueños les dijeron: ¿Por qué desatáis el pollino? 34Y ellos dijeron: Porque el Señor lo ha menester. 35Y trajéronlo á Jesús; y habiéndo echado sus vestidos sobre el pollino, pusieron á Jesús encima.

“Y aconteció, que llegando cerca de Bethfagé, y de Bethania” (v. 29a). Sabemos poco de Bethfagé, pero Bethanía – a menos de dos millas (2.7 kilómetros) de Jerusalén – es importante. Juan 1:28 nos dice que Jesús fue bautizado en Bethanía, y Lucas 24:50 nos dice que la ascensión tomará lugar allí. Juan 11 dice que Bethanía es donde viven Lázaro, Marta, y María, y donde Jesús resucitó a Lázaro de la muerte, el milagro que precipitó planes de matar a Jesús por parte de autoridades religiosas.

“al monte que se llama de las Olivas” (v. 29b). El Monte de las Olivas es parte de una cordillera que se alza sobre Jerusalén por el este. Cuando Jesús llega a ese lugar, solo el Valle de Cedrón le separa de Jerusalén.

Esta referencia al Monte de las Olivas puede estar relacionado con Zacarías 14:4-5: “Y afirmaránse sus pies en aquel día sobre el monte de las Olivas, que está en frente de Jerusalén á la parte de oriente…. y vendrá Jehová mi Dios, y con él todos los santos.”

envió dos de sus discípulos” (v. 29c). No conocemos la identidad de estos dos discípulos, pero Jesús manda a Pedro y a Juan para hacer los preparativos de la Pascua (22:8), por eso, es posible que sean ellos a quienes manda por el pollino.

“hallaréis un pollino atado, en el que ningún hombre se ha sentado jamás” (v. 30). Un pollino puede ser un caballo o un burro, pero Mateo 21:2, 5, 7, y Juan 12:14 especifican un burro – así cumpliendo Zacarías 9:9, que dice, “Alégrate mucho, hija de Sión; da voces de júbilo, hija de Jerusalén: he aquí, tu rey vendrá á ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, así sobre un pollino hijo de asna.”

Un asno es una montura humilde, y el pollino de un asno aún más humilde. Asnos son más pequeños que caballos – no tan rápidos ni obedientes como caballos – inadecuados para montar en batalla. El pollino de un asno a penas podría cargar un hombre adulto.

Reyes no montan ni pollinos ni asnos, sino caballos maduros – bien entrenados y obedientes – caballos elegidos por su fuerza y espíritu y por su apariencia – caballos bonitos – grandes e impresionantes monturas – como presidentes que viajan en limusinas o aviones privados. El tamaño y la belleza del caballo del rey rinden homenaje al rey. Además, un hombre montado en caballo grande y espiritado es algo intimidante, y posibles enemigos pensarán dos veces antes de atacar a un hombre subido en tal montura.

Jesús es rey de los judíos (19:38; 23:2-3; 37-38), pero un rey diferente – el tipo de rey que monta un pollino – viene en paz – viene a servir – viene a morir. Tal como el caballo de guerra que monta el rey, grande y espiritado, transmite un mensaje del hombre que lo monta, así también el pollino de Jesús transmite un mensaje sobre él – quién es – el propósito de su venida.

“Y si alguien os preguntare, ¿por qué lo desatáis? le responderéis así: Porque el Señor lo ha menester” (v. 31). Esto puede indicar que los dueños del pollino son discípulos de Jesús, pero también podría indicar una preparación supernatural para su Entrada Triunfal a Jerusalén.

Cuando los dos discípulos van a por el pollino, los dueños preguntan, “¿por qué lo desatáis?” (v. 33). Los discípulos responden como Jesús les había dicho, diciendo, “el Señor lo ha menester” (v. 34). “Demuestran el eminente dominio de Dios, su derecho a todo lo que somos y tenemos” (MacLean & Scherer). Más discusión no es necesaria. Los dueños del pollino permiten que los discípulos se lo lleven, mostrando la fuerza que tiene la autoridad de Jesús.

Eruditos especulan si Jesús coordinó con los dueños por adelantado, y es posible que lo hiciera. No obstante, insistir que lo hizo sería pasar por alto lo más importante que se transmite aquí. Esta lección no se trata de la previa coordinación de Jesús, sino de su autoridad.

“y habiéndo echado sus vestidos sobre el pollino, pusieron á Jesús encima” (v. 35). Un rey monta un gran caballo, y también se sienta de lado sobre una montura impresionante. Jesús, el rey humilde, se sienta de lado sobre una montura rápidamente improvisada de las capas de sus discípulos.

LUCAS 19:36-38. Y YENDO

36Y yendo él tendían sus capas por el camino. 37Y como llegasen ya cerca de la bajada del monte de las Olivas, toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron á alabar á Dios á gran voz por todas las maravillas que habían visto, 38Diciendo:

¡Bendito el rey
que viene en el nombre del Señor:
paz en el cielo,
y gloria en lo altísimo!

“Y yendo él tendían sus capas por el camino” (v. 36). “El relato de Lucas no menciona hosannas ni ramas cortadas de los árboles. Esos símbolos pertenecían normalmente en demostraciones nacionalistas y en desfiles, y quizá Lucas no quiere que este evento sea acompañado por tal implicación. A Jesús se le llama ‘Rey’ (v. 38), pero Lucas rápidamente deja claro que este título no tiene nada que ver con algo político o militar (23:2-5)” (Craddock, 166). “La entrada es real sin ser revolucionaria o amenazadora” (Bock, 312).

“toda la multitud de los discípulos, gozándose, comenzaron á alabar á Dios á gran voz” (v. 37a). Mateo dice que la multitud es la que grita Hosanna (Mateo 21:9), y Marcos implica lo mismo (Marcos 11:8-9). Juan también dice que es la multitud (Juan 12:9). Lucas, sin embargo, dice que son los discípulos los que alaban, y no la gente de Jerusalén. “Esta distinción anticipa la hostil recepción de los fariseos en v. 39 y, quizá también clarifica por qué esta multitud, que le da a Jesús una bienvenida tan alegre, pronto estará clamando por su sangre (23:18, 23)” (Evans, 293-294).

“por todas las maravillas que habían visto” (v. 37b). Anote la abundancia de milagros de Jesús que Lucas, el médico, incluye – la mayor parte son curaciones o exorcismos (4:31-37; 4:38-39; 5:12-16; 5:17-26; 6:6-11; 6:17-19; 7:1-10; 7:11-17; 8:22-25; 8:26-39; 8:40-56; 9:10-17; 9:37-43; 13:10-17; 14:1-6; 17:11-19; 18:35-43).

La alabanza de la multitud de discípulos recuerda a la alabanza de los ángeles y pastores presentes en el nacimiento de Jesús (2:13-14, 20).

“¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor” (v. 38a). Salmo 118:26 dice “Bendito el que viene en nombre de Jehová,” pero Lucas cambia “el” a “el rey.” Gente utiliza Salmo 118 para dar la bienvenida a peregrinos en las grandes fiestas de la Ciudad Sagrada, pero Jesús es más que peregrino – es rey.

Pronto aparecerá la cuestión de la realeza de Jesús, y se acercará su crucifixión (23:2-3, 37-38).

paz en el cielo” (v. 38b). Esta declaración es extraña en un momento cuando ‘en la tierra paz’ (Lucas 2:14) sería totalmente comprensible. Lucas puede haber cambiado las palabras de 2:14 a ‘paz en el cielo’ porque la paz que Jesús quería traer (10:5-6) no encuentra lugar en Jerusalén… Solo al regresar el Hijo del Hombre volverá finalmente la paz a Jerusalén (13:35)” (Stein, 480).

LUCAS 19:39-40. SI ÉSTOS CALLAREN

39Entonces algunos de los Fariseos de la compañía, le dijeron: Maestro, reprende (griego: epitimeson tois mathetais sou – reprende) á tus discípulos. 40Y él respondiendo, les dijo: Os digo que si éstos callaren, las piedras clamarán.

“Maestro, reprende (epitimeson tois mathetais sou) á tus discípulos” (v. 39). Así empieza la oposición final y fatal de algunos fariseos. Ésta es la última referencia a fariseos en este Evangelio porque – “sacerdotes y escribas, y principales del pueblo” tomarán cargo de la oposición contra Jesús (19:47).

Todo este tiempo, fariseos se han ofendido con Jesús – con su declaración de perdonar pecados (5:21); su amistad con publícanos y pecadores (5:30); su falta de requerir observación escrupulosa por parte de sus discípulos (5:33); y su sanar en el sábado (6:6-11). Ahora se ofenden con los discípulos de Jesús por que dicen, “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor!” – una declaración solo apropiada para el Mesías.

Claro que los fariseos tienen un punto. Si Jesús no es el Mesías, es blasfemia que sus discípulos hagan estas declaraciones mesiánicas acerca de él – y es blasfemia que él acepte tales declaraciones. Los fariseos se consideran árbitros de buen comportamiento religioso. Observan la ley, y sienten la responsabilidad de asegurar que otros hagan lo mismo. Jesús no se comporta según su entendimiento de la ley, y sienten la responsabilidad de corregirle – o impedirle.

“Os digo que si éstos callaren, las piedras clamarán” (v. 40). “Ésta es la primera de una serie de declaraciones en las que ‘piedras’ (lithoi) figuran de manera prominente (19:44; 20:17, 18; 21:5-6; 24:2; cf. Hechos 4:11). El lector oye ecos de la declaración en 3:8 que Dios levantará hijos de Abrahán ‘de estas piedras.’ Y la declaración presente encuentra un elocuente apoyo en la predicción de 19:44 que los enemigos de Jerusalén ‘no dejarán sobre ti piedra sobre piedra.’

El punto de esta declaración es que Jesús es rey, y callar a los discípulos no puede cambiar ese hecho” (Johnson, 297). La razón por qué esto es inevitable es que Dios está detrás de la realeza de Jesús. Fue Dios el que mandó los ángeles y pastores a proclamar el nacimiento de Jesús (2:14, 20), y ha llegado el momento para que el mundo conozca a Jesús como Mesías. Ahora que ha llegado la hora de Jesús, Dios no permitirá silenciar el orden creado.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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