Comentario
Estudio de la Biblia

Lucas 12:49-56

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

LUCAS 12:35 – 13:9. EL CONTEXTO

Nuestra lección del Evangelio se encuentra dentro de una sección más grande que enfatiza vigilancia, preparación, y discipulado fiel:

• 12:35-40 llama siervos a la vigilancia.

• 12:41-58 enfatiza obrar fielmente, anticipando el regreso del amo.

• 12:57-59 recomienda llegar a un acuerdo con tu opositor en vez de llevarlo a corte.

• En 13:1-5, Jesús advierte, “si no os arrepintiereis, todos pereceréis.”

• 13:6-9 es la parábola de la higuera infructuosa que el amo quiere cortar.

LUCAS 12:49-50. FUEGO VINE Á METER EN LA TIERRA

49Fuego vine á meter en la tierra: ¿y qué quiero, si ya está encendido? 50Empero de bautismo me es necesario ser bautizado: y ¡cómo me angustio (griego: pos sunechomia)hasta que sea cumplido!

En el griego original, “fuego” y “bautismo” son las primeras palabras de cada oración, enfatizándolas más. El lenguaje de estos versículos recuerda a 3:16, donde Juan Bautista prometió que Jesús “os bautizará en Espíritu Santo y fuego.”

“Fuego vine á meter en la tierra” (v. 49a). Fuego puede ser metáfora para purificación (Levítico 13:52; Números 31:23; Malaquías 3:2) – o para juicio (Génesis 19:24; Lucas 3:9, 17; 17:29). Elías trajo el fuego de juicio sobre los profetas de Baal (1 Reyes 18:36-40) y los soldados del Rey Ocozías (2 Reyes 1:10-14). Juan Bautista, en un versículo rodeado de referencias al fuego como juicio (3:9, 17), dijo que el Mesías “os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (3:16). Santiago y Juan querían traer fuego sobre los samaritanos que rechazaron a Jesús, pero Jesús no lo permitió (9:54).

“¿y qué quiero, si ya está encendido?” (v. 49b). El deseo que Jesús tiene por llegar al fin es obvio. En versículo 50a, menciona el bautizo con el que ha de ser bautizado – una referencia encubierta de su muerte. En versículo 50b, menciona el estrés que le oprimirá hasta el momento de su bautizo/muerte. Entonces, con esta referencia de 49b parece anhelar la crucifixión para poder pasar pronto por ella y seguir a la victoria de la tumba vacía. Su crucifixión será terrible, pero la anticipación es terrible también. Desea dejarla detrás.

“Empero de bautismo me es necesario ser bautizado” (v. 50a). Esta referencia al bautizo se comprende mejor en el contexto de la respuesta de Jesús hacia Santiago y Juan, que pidieron sentarse a su derecha e izquierda en el reino. Jesús les dijo, “No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo bebo, ó ser bautizados del bautismo de que yo soy bautizado?” (Marcos, 10:38). El vaso y el bautizo son metáforas para el sufrimiento y muerte de Jesús.

“y ¡cómo me angustio (griego: pos sunechomia) hasta que sea cumplido!” (v. 50b). Estas palabras son las de un hombre comprometido a una misión difícil, angustiado por la anticipación que siente – desea que la espera termine y que la misión sea cumplida. Es lo que siente un soldado antes de entrar en batalla – un policía en camino al lugar del crimen – un paciente esperando el momento de su operación. Anticipamos que el juicio sea malo, pero que la espera sea difícil también. De nuevo veremos la angustia de Jesús cuando reza en el Monte de Olivos, su sudor “como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra” (22:44).

LUCAS 12:51-53. HE VENIDO A DAR DISENSIÓN

51¿Pensáis que he venido á la tierra á dar paz? No, os digo; mas disensión. 52Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres.

53El padre estará dividido contra el hijo,
y el hijo contra el padre;

la madre contra la hija,
y la hija contra la madre;

la suegra contra su nuera,
y la nuera contra su suegra.

“¿Pensáis que he venido á la tierra á dar paz? No, os digo; mas disensión” (v. 51). ¡Esta palabra perturba! Preferimos pensar de Jesús como Príncipe de Paz que viene a “encaminar nuestros pies por camino de paz” (1:79), y a dispensar “buena voluntad para con los hombres” (2:14). No obstante, una investigación de la palabra “paz” en este Evangelio provee un poco de tranquilidad. Jesús sana a dos mujeres y les dice que vayan en paz (7:50; 8:48). De otra manera, ofrece paz solo a los que la comparten con otros (10:5-6) y a los discípulos después de la resurrección (24:36). Aquí deja claro que trae disensión en vez de paz. En el versículo paralelo de Mateo (10:34), Jesús trae una espada.

“Porque estarán de aquí adelante cinco en una casa divididos; tres contra dos, y dos contra tres” (v. 52). Hasta familias serán divididas a causa de Jesús. En la vida israelita, todas las relaciones familiares son importantes. El lugar de una persona en la familia confiere ambos identidad personal y un lugar en la comunidad. Personas saben quien eres porque conocen a tu padre y madre (4:22). Familia también proporciona un sistema de apoyo en un mundo sin programas de bienestar social. Dividir una familia es dejar a sus miembros en tierra movediza social y económicamente. Significa cortar las mismas raíces de la estructura social.

“El padre estará dividido contra el hijo, y el hijo contra el padre; la madre contra la hija, y la hija contra la madre” (v. 53). Estas palabras suenan a las de Miqueas 7:6, “un texto que claramente influyó las expectativas judías sobre el final” (Nolland, 710).

¿Por qué, entonces, traería Jesús disensión? Jesús vino a este mundo para establecer el reino de Dios. Vino a transformar un mundo pecador, y ese tipo de transformación no es fácil. Muchos de los primeros en este mundo serán los últimos en el reino de Dios (13:30), y no se puede esperar una simple aceptación de esta reversa sin lucha. A lo largo de su ministerio, Jesús socorre a los afligidos (los que no tienen poder) y aflige a los cómodos (los poderosos). Es como darle un empujón a un oso. Uno esperaría que el oso respondiese enojado – y osos pueden matar. Jesús, claro, no vino a incitar un oso, sino que vino a aplastar la cabeza de Satanás (Génesis 3:15), un juego aún más peligroso. Jesús ganará, pero a costa de una épica batalla.

A lo largo de su ministerio Jesús experimenta conflicto, culminando con la cruz. Simeón predijo este conflicto cuando Jesús era todavía un infante. “Y los bendijo Simeón, y dijo á su madre María: He aquí, éste es puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel; y para señal á la que será contradicho; Y una espada traspasará tu alma de ti misma” (Lucas 2:34-35).

La temprana iglesia también experimentaba conflicto desde fuera y desde dentro. Judíos, incluyendo a Saúl de Tarsos, perseguían cristianos. Soldados romanos llenaban las carreteras de cruces. Dentro de la iglesia también había conflicto – conflicto sobre el estatus de gentiles, comer carne de animales sacrificados a ídolos, y numerosas otras cosas.

Hoy, la iglesia todavía encuentra oposición de fuera y división por dentro. Cristianos aún sufren de persecución en muchas partes del mundo, y sienten la presión de callar su testimonio en muchos otros lugares. Si hemos de hacer la obra de Cristo, debemos esperar oposición. La ordenación de homosexuales, el aborto, la investigación celular, y el servicio militar solo son unas de las líneas que dividen. Desafortunadamente, también generamos conflicto dentro de la iglesia cuando luchamos por cosas tan triviales como el color de la alfombra del santuario.

Los primeros discípulos dejaron a sus familias para seguir a Jesús y ya han vivido persecución. Aunque las palabras de Jesús sobre la disensión nos pueden preocupar, para estos primeros cristianos servían de apoyo. Las palabras de Jesús les ayudan a comprender un mundo que les opone y les hace sufrir. En el Cuarto Evangelio, Jesús dice, “Estas cosas os he hablado, para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción: mas confiad, yo he vencido al mundo” (Juan 16:33).

LUCAS 12:54-56. NO RECONOCÉIS ESTE TIEMPO

54Y decía también á las gentes: Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así. 55Y cuando sopla el austro, decís: Habrá calor; y lo hay.56¡Hipócritas! Sabéis examinar la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo ; ¿y cómo no reconocéis este tiempo? (griego: ton kairon – de kairos).

“Cuando veis la nube que sale del poniente, luego decís: Agua viene; y es así” (v. 54). Hasta ahora, Jesús se ha dirigido a los discípulos, pero ahora se dirige a la multitud. Una nube que sube por el oeste, oriunda del Mediterráneo, promete lluvia. Un viento del sur, procedente del desierto, anuncia que se preparen para un día abrasador. Granjeros y pastores saben reconocer estas señales. Esta sabiduría es indispensable para su supervivencia.

“¡Hipócritas! Sabéis examinar la faz del cielo y de la tierra; ¿y cómo no reconocéis este tiempo?” (ton kairon – de kairos) (v. 56). Han aprendido a reconocer señales del tiempo, imprescindibles para la supervivencia física. Sin embargo, no han aprendido a reconocer señales del kairos, “este tiempo” (v. 56), imprescindibles para la supervivencia espiritual. Que un día sea lluvioso o caluroso importa solo por poco tiempo, pero importa para siempre que Jesús se encuentra entre ellos como el Mesías – el Salvador – el que traerá el reino de Dios.

Hoy ya no somos un pueblo agrario ni sabemos reconocer señales climáticas. Conseguimos el pronóstico de la Canal Climática. Las señales que nos preocupan hoy son políticas o económicas. ¿Qué hará el Congreso, y cómo nos afectará a nosotros? ¿Bifurcará nuestro terreno la nueva carretera, y cómo nos afectará eso? ¿Subirá la bolsa o no? ¿Podemos encontrar la manera de predecir el futuro para hacer la apuesta correcta? Somos muy parecidos a la gente a quien Jesús se dirigía, porque ellos también se interesaban en señales que afectarían su futuro económico.

También somos como la gente a quien Jesús se dirigía porque, aunque estamos muy interesados en señales políticas y económicas, nos importan poco los asuntos espirituales del día. Vemos como se desintegra la familia, y actuamos como su apologético en lugar de defender la integridad familiar. Vemos una industria de entretenimiento que promulga sexo y violencia, pero protestamos contra esfuerzos para limitar su libertad aún mientras corrompe a nuestros hijos. En la televisión vemos morir de hambre a los pobres del mundo, pero nos sentamos a cenar sin considerar como podemos ayudar. Vemos africanos muriendo de SIDA y cambiamos la canal. Oímos historias de cristianos perseguidos por el mundo, y no reconocemos que son nuestros hermanos y hermanas. Vemos surgir numerosos temas biomédicos, y decidimos que son demasiado complejos para comprender. Igual que la gente de la época de Jesús, nos especializamos en cosas menores y “no reconocemos este tiempo” (v. 56).

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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