Comentario
Estudio de la Biblia

Isaías 56:01, 6-8

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

ISAÍAS 55-66. EL CONTEXTO

Este capítulo sigue al exuberante capítulo 55, el cual invita a todo sediento a venir a las aguas y a aquéllos que no tienen dinero a venir, comprar, y comer (55:1). En ese capítulo, Yahvé promete, “haré con vosotros pacto eterno” (55:3b) y dice, “Buscad á Jehová mientras puede ser hallado” (55:6a). Yahvé asegura a Israel de su palabra diciendo, “mi palabra que sale de mi boca: no volverá á mí vacía, antes hará lo que yo quiero” (55:11). Finalmente promete a los exiliados, que han vivido en cautiverio en Babilonia durante cinco décadas, “con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos” (55:12) – promesa que pronto será cumplida a través de la agencia de Ciro de Persia.

Capítulo 55 es tan culminante que algunos eruditos se preguntan por qué el libro no termina ahí. La respuesta depende de lo que pensemos de la autoría de este libro. Existen tres teorías principales de su autoría:

• La primera es que un hombre, Isaías, hijo de Amoz (1:1) escribió el libro entero.

• La segunda es que Isaías, hijo de Amoz, escribió capítulos 1-39 y que otro profeta o grupo de profetas escribió capítulos 40-66. Los que proponen esta teoría llaman al autor de capítulos 1-39 Primer Isaías y al autor de capítulos 40-66 Segundo Isaías (o Deutero-Isaías).

• La tercera teoría es que Primer Isaías escribió capítulos 1-39 – Segundo Isaías escribió capítulos 40-55 – y otro profeta o grupo de profetas, conocido como Tercer Isaías (o Trito Isaías), escribió capítulos 56-66. En este esquema, Primer Isaías cubre el periodo antes del cautiverio babilónico – Segundo Isaías fue escrito hacia el final del cautiverio, alrededor de 540 a.C. – y Tercer Isaías fue escrito cuando los exiliados empezaban su regreso a Jerusalén, alrededor de 520 a.C. (Brueggemann, 167).

Si uno acepta la tercera teoría, entonces la razón por la cual el libro de Isaías no concluye con capítulo 55 es obvia. Capítulos 56-66 fueron añadidos después por otro autor.

Pero otros lo ven de otra manera. Oswalt dice que capítulos 1-55 están incompletos – que les falta algo teológico. Capítulos 56-66 enfatizan rectitud, la incapacidad de la gente de vivir una vida justa, y la importancia de la gracia – enseñando a la gente como pasar del pie de la letra de la ley hacia el espíritu de la ley – es decir, a vivir vidas santas (Oswalt, 452-453).

El texto que sigue a éste (59:9 y a continuación) habla de problemas dentro de la comunidad – corrupción entre los líderes de Israel (56:9-12) – idolatría (57:1-13) – alabanza falsa (capítulo 58) – injusticia y opresión (capítulo 59) – problemas que ponen a Israel en peligro si llega a perder la promesa (Hanson, 193).

Pero desde ahí el texto continúa en un tono reconfortante, hablando de la reunión de los dispersados (capítulo 60) – de las buenas nuevas de la liberación (capítulo 61) – de la vindicación y salvación de Sion (capítulo 62) – de la merced de Yahvé (63:7 – 64:12).

El libro termina con un comentario del juicio justo de Yahvé (capítulo 65) y de la alabanza que Yahvé exige (capítulo 66).

ISAÍAS 56:1. GUARDAD DERECHO, Y HACED JUSTICIA

1Así dijo Jehová:

Guardad derecho (hebreo: mis·pat,
y haced justicia
(hebreo: seda·qa);
porque cercana está mi salud para venir,
y mi justicia para manifestarse.

“Así dijo Jehová” (v. 1a). El profeta anuncia que éstas son las palabras de Yahvé. Lo que sigue no es negociable. Si la gente es inteligente, escuchará y obedecerá.

“Guardad derecho (mis·pat), y haced justicia” (seda·qa) (v. 1b). Capítulo 55 ha extendido promesas maravillosas, lo cual podría hacer pensar a unos que Jehová se ha rendido en lo que se refiere a sus requisitos de rectitud y justicia. No obstante, este versículo vuelve a enfatizar los requisitos de rectitud (derecho – mis·pat) y justicia (seda·qa) que Jehová estableció desde el principio. Lo fundamental no ha cambiado.

La combinación de rectitud (mis·pat) y justicia (seda·qa) es un tema recurrente en el libro de Isaías (1:21; 5:7, 16; 9:7; 16:5; 28:17; 32:1, 16). Rectitud y justicia están relacionadas. Rectitud significa acercar a la gente a una relación recta con Yahvé y con los demás, y estas relaciones producen vidas justas.

La ley de Jehová incluye reglas específicas en lo que se refiere al buen comportamiento. Requiere que testigos sean honestos e imparciales (Éxodo 23:1-3, 6-8). Requiere consideración especial para con las viudas, los huérfanos, y otras personas vulnerables (Deuteronomio 24:17). Aunque Israel siempre está tentada a definir su servicio a Yahvé según la obediencia de los ritos del culto (sacrificio ritual, la observación del sábado, etcétera), los profetas siguen recordándoles que rectitud y justicia son responsabilidades básicas de la comunidad de la fe (Miqueas 6:8).

“porque cercana está mi salud para venir, y mi justicia para manifestarse” (v. 1c). El énfasis aquí no es mantener rectitud (mis·pat) y hacer justicia (seda·qa) para obtener salvación y liberación. En vez, Yahvé anuncia que salvación y liberación están muy cerca, lo cual es verdad. Israel debe practicar rectitud y justicia para estar lista para recibir la salvación en el momento que llegue.

En el Nuevo Testamento, Juan Bautista hace una llamada parecida, “Arrepentíos, que el reino de los cielos se ha acercado” (Mateo 3:2; 4:17).

ISAÍAS 56:2-5. BIENAVENTURADO EL HOMBRE QUE ESTO HICIERE

2Bienaventurado el hombre que esto hiciere,
y el hijo del hombre que esto abrazare:
que guarda el sábado de profanarlo,
y que guarda su mano de hacer todo mal.

3Y el hijo del extranjero, allegado á Jehová,
no hable diciendo: Apartaráme totalmente Jehová de su pueblo.
Ni diga el eunuco: He aquí yo soy árbol seco.

4Porque así dijo Jehová á los eunucos que guardaren mis sábados,
y escogieren lo que yo quiero, y abrazaren mi pacto:

5Yo les daré lugar en mi casa y dentro de mis muros,
y nombre mejor que el de hijos é hijas;
nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.

Aunque estos versículos no están incluidos en la lectura del leccionario, el que predica debe recordarlos. Versículo 2 promete felicidad para la persona que mantiene justicia y actúa con rectitud (v. 1) – para la persona “que guarda el sábado…, y que guarda su mano de hacer todo mal” (v. 2).

Pero los versículos verdaderamente asombrosos son versículos 3-5. Estos versículos extienden las promesas de Jehová a los extranjeros y los eunucos, dos grupos marginados.

• Cuando Yahvé habla de extranjeros se refiere a los gentiles, a quienes Israel ha tratado con desprecio, como si fueran una forma de vida inferior que no merece la preocupación de Yahvé.

• Eunucos son hombres cuyos órganos sexuales han sido dañados o varones castrados utilizados de diversas maneras en servicio del gobierno. Estos hombres no pueden tener hijos y por lo tanto no tienen futuro – sus nombres desaparecerán con su muerte. Deuteronomio prohíbe admitir a los eunucos a “la congregación de Jehová” (Deuteronomio 23:1). Es decir, los extranjeros y los eunucos representan los de fuera – los que, para los israelitas, viven fuera de las normas.

En versículo 3, Yahvé promete incluir a los extranjeros entre los amados de Yahvé. En versículos 4-5, Yahvé promete hacer un monumento para los eunucos fieles “en mi casa y dentro de mis muros” (refiriéndose al templo) – junto con un “nombre mejor que el de hijos é hijas” (mejor que el nombre de los israelitas) – un “nombre perpetuo les daré que nunca perecerá.” Entonces, los nombres de los eunucos no perecerán con su muerte, porque Yahvé les dará un nombre perpetuo.

Lo que prometen estos versículos, por lo tanto, es que no existe una gente proscrita – gente que vive fuera del amor de Yahvé – gente para quien las promesas de Yahvé no aplican. Estos versículos abren el reino de Yahvé para el mundo entero.

Pero esto no se refiere a cualquier extranjero o eunuco, sino a los extranjeros y eunucos que guardan santo el sábado y se abstienen de hacer mal. Guardar el sábado y abstenerse del mal muestran el compromiso que estas personas tienen con Yahvé (Motyer, 350-351; véase también Goldingay, 316). La fidelidad que muestran refleja su deseo de ser incluidos en el pueblo de Dios.

ISAÍAS 56:6. EXTRANJEROS QUE SE ALLEGAREN Á JEHOVÁ

6Y á los hijos de los extranjeros
que se allegaren á Jehová para ministrarle,
y que amaren el nombre de Jehová para ser sus siervos:
á todos los que guardaren el sábado de profanarlo,
y abrazaren mi pacto.

“Y á los hijos de los extranjeros que se allegaren á Jehová para ministrarle, y que amaren el nombre de Jehová para ser sus siervos: á todos los que guardaren el sábado de profanarlo, y abrazaren mi pacto” (v. 6). En versículos 4-5, Yahvé extendió promesas específicas a los eunucos que “guardaren mis sábados” y que “escogieren lo que yo quiero, y abrazaren mi pacto” (v. 4). Ahora Yahvé prepara el camino para extender promesas parecidas a los extranjeros. Este versículo incluye varios criterios que cualifican a los extranjeros para recibir las bendiciones. El primero es que “se allegaren á Jehová.” A continuación, Yahvé sigue con tres criterios que tienen que ver con la relación que crece de manera natural al unirse al Señor: ministrarle, amar el nombre de Jehová, y servir al Señor como siervos. Entonces aparecen tres frases que definen el culto: guardar el sábado – no profanar el sábado – y creer profundamente en el pacto de Yahvé. Anote que guardar el sábado y creer en el pacto de Yahvé también se requerían de los eunucos para poder recibir las bendiciones de Yahvé (v. 4).

ISAÍAS 56:7. YO LOS LLEVARÉ AL MONTE DE MI SANTIDAD

7Yo los llevaré al monte de mi santidad,
y los recrearé en mi casa de oración;
sus holocaustos y sus sacrificios
serán aceptos sobre mi altar;
porque mi casa, casa de oración
será llamada de todos los pueblos.

“Yo los llevaré al monte de mi santidad, y los recrearé en mi casa de oración; sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi altar; porque mi casa, casa de oración será llamada de todos los pueblos” (v. 7). Versículo 6 designó los criterios que harían posible que los extranjeros recibieran las bendiciones de Yahvé. Este versículo describe la naturaleza de esas bendiciones. Yahvé personalmente acompañará a estos extranjeros a su monte santo – el Monte de Sion – el sitio de la Ciudad Santa y el Templo Santo. Yahvé no solo les acompañará al monte santo, sino que también dice “los recrearé en mi casa de oración” – el templo.

El templo estaba dividido en áreas que iban ascendiendo en santidad – zonas a las cuales el acceso quedaba más y más limitado.

• El patio de afuera, al cual podían entrar los gentiles, se llamaba el Patio de los Gentiles. Una pared separaba el Patio de los Gentiles del resto del templo. En esta pared se ponían anuncios que informaban a los gentiles que si cualquiera de ellos se atreviera a pasar más allá de esa pared, sería sometido a muerte.

• El Patio de las Mujeres, al cual podían entrar las mujeres.

• El Patio de Israel, al cual podían entrar los hombres.

• El Patio de los Sacerdotes. Acceso a esta zona generalmente se limitaba a los sacerdotes, aunque para ciertas observaciones también se permitía acceso a varones judíos. El altar de sacrificios quemados se encontraba en esta zona, y es aquí donde los sacerdotes hacían sacrificios rituales.

• La zona más sagrada y con acceso más limitado se llamaba el Santo de los Santos, y solo el Alto Sacerdote podía entrar ahí.

Entonces, bajo circunstancias normales, extranjeros (gentiles) solo podían pasar al patio de afuera, el Patio de los Gentiles. Ir más allá de este patio podría resultar en su muerte. Sin embargo, ahora Yahvé habla de acompañar a los extranjeros al templo donde podrán hacer ofrendas y sacrificios quemados. Parece que Yahvé está dispuesto a admitir a estos extranjeros en el Patio de los Sacerdotes, porque es ahí donde podrán hacer sus sacrificios. La intención, entonces, es mostrar que Yahvé pretende romper las barreras que han sido creadas para mantener a los gentiles lejos del templo – barreras que concedían privilegios especiales a los judíos pero que negaban esos privilegios a los gentiles. Esta promesa se cumplirá por completo con la venida del Mesías (véase Gálatas 3:27-29).

Pero hay más. El templo simboliza la presencia de Yahvé – el acceso a Yahvé. Este versículo no solo promete acceso al templo, pero también promete acceso a Yahvé, donde sea que esté. El templo de Jerusalén no siempre estará en pie, pero el amor de Yahvé es para siempre y asegura acceso a todas las gentes de todas las generaciones.

ISAÍAS 56:8. JUNTARÉ SOBRE ÉL SUS CONGREGADOS

8Dice el Señor Jehová (hebreo: YHWH donay),
el que junta los echados de Israel:
Aun juntaré sobre él sus congregados.

“Dice el Señor Jehová, el que junta los echados de Israel” (v. 8a). Si estamos de acuerdo que este capítulo fue escrito cuando los exiliados judíos ya habían emprendido su regreso a Jerusalén, entonces, en ese momento, Dios ya había reunido a los echados de Israel – ya les había juntado y empezado a guiarles a casa.

“Aun juntaré sobre él sus congregados” (v. 8b). Mientras que unos desprecian a los echados, el Señor Dios les reúne junto a él. Los versículos que preceden hablan de extranjeros y eunucos como ejemplos de personas despreciadas, pero hay muchos más tipos de personas despreciadas. Siempre estamos tentados a despreciar algún grupo de personas para sentirnos superiores. Las diferentes secciones del templo reflejaban estos niveles dentro de la sociedad judía, desde los altos sacerdotes hasta los más bajos gentiles.

Pero también existen leprosos y otros que se consideraban impuros aunque fueran judíos. Una mujer judía era excluida de las actividades rituales por un tiempo después de dar luz – cuarenta días tras el parto de un hijo y dos semanas tras parir una hija (Levítico 12). Un leproso debía llevar ropas desgarradas, el pelo despeinado, cubrirse el labio superior y gritar “Impuro, impuro” para advertir a los no leprosos que mantuvieran su distancia (Levítico 13:45).

Otras culturas marginan a personas de raza o religión diferentes. Hasta he oído a profesores de secundaria hablar de jóvenes sin motivación como si fueran personas destinadas para el trabajo manual, como la carpintería o la fontanería. La manera que hablaban de estos jóvenes mostraba que les consideraban personas al margen – aunque uno de los profesores comentara, “Pero mira cuánto dinero ganan.” Esto me recuerda a un comentario de John Gardner, “La sociedad que trata con desdén la excelencia en la fontanería por considerarla una profesión humilde, pero que tolera chapuzas en la filosofía por considerarla una profesión elevada no tendrá ni buena fontanería ni buena filosofía. Ni sus tuberías ni sus teorías servirán.”

No nos podemos permitir marginar a las personas. Yahvé empezó a acercar a los marginados hacia él hace muchos siglos.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

Brueggemann, Walter, Westminster Bible Companion: Isaiah 40-66 (Louisville: Westminster John Knox Press, 1998)

Goldingay, John, New International Biblical Commentary: Isaiah (Peabody, Massachusetts: Hendrickson Publishers, 2001)

Hanson, Paul D., Interpretation Commentary: Isaiah 40-66, (Louisville: John Knox Press, 1995)

Motyer, J. Alec, Tyndale Old Testament Commentaries: Isaiah, Vol. 18 (Downers Grove, Illinois: Inter-Varsity Press, 1999)

Oswalt, John N., The New International Commentary on the Old Testament: The Book of Isaiah, Chapters 40-66 (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1998)

Muilenburg, James (Introduction and Exegesis of Isaiah 40-66); and Coffin, Henry Sloane (Exposition of Isaiah 40-66), The Interpreter’s Bible: Ecclesiastes, Song of Songs, Isaiah, Jeremiah, Vol. 5 (Nashville: Abingdon Press, 1956)

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Smith, Gary V., The New American Commentary: Isaiah 1-39 (Nashville: B&H Publishing Group, 2007)

Tucker, Gene M. in Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holladay, Carl R.; Tucker, Gene M., Preaching Through the Christian Year, A (Valley Forge: Trinity Press International, 1992)

Watts, John D. W., Word Biblical Commentary: Isaiah 34-66 (Dallas: Word Books, 1987)

Young, Edward J., The Book of Isaiah: Chapters 40-66, Vol. 3 (Grand Rapids: Wm. B. Eerdmans Publishing Co., 1972)

Copyright 2015, Richard Niell Donovan