Comentario
Estudio de la Biblia

Isaías 43:16-28

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

La parte del libro de Isaías que relata el final del exilio babilónico (capítulos 40-55), se suele llamar Segundo Isaías. Empieza con las palabras, “Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Hablad al corazón de Jerusalén: decidle á voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados” (40:1-2).

El castigo que describen estos versículos es el exilio. Ahora han pasado cinco décadas y el final del exilio se acerca. Durante estas cinco décadas los exiliados han experimentado una crisis de fe. ¿Es Yahvé fuerte? ¿Les ha abandonado? Capítulos 1-39 discuten estos temas. Isaías dijo, “¿Cómo te has tornado ramera, oh ciudad fiel?” (1:21). Advirtió, “la altivez del hombre será abatida” (2:17). Aconsejó a Achâz que Judea debía buscar seguridad, no en Asiria, sino en Yahvé – pero Achâz y el pueblo de Jerusalén ignoraron este consejo. Es decir, Isaías profetizó que venía peligro para Jerusalén por su falta de fe en Yahvé.

El tono cambia en capítulos 40-55, escritos por Segundo Isaías (seguramente discípulo de Primer Isaías). Estos capítulos, escritos hacia el final del exilio, empiezan con palabras de consuelo (40:1-2) y claman la promesa de su regreso a Jerusalén.

Esta profecía se cumplió con Ciro II de Persia, el “del oriente” (41:2) que destruyó Babilonia en 539 a.C. Ciro no solo permitió que los exiliados regresaran a su patria, sino que también les dio la ayuda económica que necesitaban para reconstruir (Esdras 1:2-4).

ISAÍAS 43:16-17. ASÍ DICE JEHOVÁ

16Así dice Jehová, el que da camino en la mar,
y senda en las aguas impetuosas;

17El que saca carro y caballo,
ejército y fuerza;
caen juntamente para no levantarse;
quedan extinguidos, como pábilo quedan apagados.

“Así dice Jehová, el que da camino en la mar, y senda en las aguas impetuosas” (v. 16). Este versículo recuerda al Éxodo, cuando después de dejar Egipto con el ejército egipcio detrás de ellos, los israelitas encontraron que su ruta de escape estaba bloqueada por el Mar Rojo. Los israelitas temían (con excepción de Moisés), pero Dios le dijo a Moisés que estrechara su vara sobre el mar para dividirlo y así darles a los israelitas un camino de escape. Cuando Moisés hizo lo que Jehová mandó, “hizo Jehová que la mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y tornó la mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por medio de la mar en seco, teniendo las aguas como muro á su diestra y á su siniestra” (Éxodo 14:21-22).

“El que saca carro y caballo, ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; quedan extinguidos, como pábilo quedan apagados” (v. 17). El ejército egipcio persiguió a los israelitas a través del Mar Rojo, pero Dios le dijo a Moisés, “Extiende tu mano sobre la mar, para que las aguas vuelvan sobre los Egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería” (Éxodo 14:26). Cuando Moisés lo hizo, las aguas volvieron a su estado normal y los soldados egipcios se ahogaron. “Así salvó Jehová aquel día á Israel de mano de los Egipcios; é Israel vio á los Egipcios muertos á la orilla de la mar. Y vio Israel aquel grande hecho que Jehová ejecutó contra los Egipcios: y el pueblo temió á Jehová, y creyeron á Jehová y á Moisés su siervo” (Éxodo 14:30-31).

“quedan extinguidos, como pábilo quedan apagados” (v. 17). Pocas cosas suceden tan rápidamente como un pábilo extinguiéndose en el agua. Donde antes había fuego (que en este caso es una metáfora para la vida), de repente hay un hilillo de humo – y después nada – absolutamente nada.

Esta es una manera poética de describir el final del ejército de Faraón, que en su momento era la fuerza más temida en la faz de la tierra. Cuando las paredes de agua colapsaron sobre sus soldados, hubo un momento de desesperación mientras trataban de deshacerse de su armadura para llegar a la superficie, pero después nada – nada excepto “los Egipcios muertos á la orilla de la mar” (Éxodo 14:30).

ISAÍAS 43:18-19. NO OS ACORDÉIS DE LAS COSAS PASADAS

18No os acordéis de las cosas pasadas,
ni traigáis á memoria las cosas antiguas.

19He aquí que yo hago cosa nueva:
presto saldrá á luz:
¿no la sabréis?
Otra vez pondré camino en el desierto,
y ríos en la soledad.

“No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis á memoria las cosas antiguas” (v. 18). Habiendo recordado el Éxodo tan vívidamente (vv. 16-17), parece extraño que el Señor ahora diga, “No os acordéis de las cosas pasadas.” Parece contradictorio relatar cosas pasadas en un momento y, en el próximo, decirles que no lo recuerden. No obstante, puede ser que el profeta les pide a estos israelitas que dejen atrás su pasado y que presten atención al presente y al futuro. Más adelante, Pablo enfatizará lo mismo al decir, “olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome á lo que está delante, prosigo al blanco, al premio de la soberana vocación de Dios en Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14).
El Señor parece tener varias preocupaciones aquí:

• Primero, que estos exiliados cometan el error de recordar el gran Éxodo y se olviden de que el Señor todavía hace cosas maravillosas. Es demasiado fácil perderse en el pasado – hacer demasiado de él y poco del presente – centrar la fe en el antaño en lugar del ahora – entonces, el Señor les dice a estos exiliados que dejen de prestar atención al pasado para poder ver las cosas maravillosas que les tiene planeadas.

• Segundo, que den por hecho que la solución del Señor para el problema de hoy será igual que la solución del Señor para el problema de ayer – que el Señor salvará a su pueblo de la misma manera. Como veremos en versículos 19-20, ese no es el caso.

• Tercero, que los exiliados vuelvan a su antigua vida de pecado – que vuelvan a adoptar la actitud de rebelión que impulsó al Señor a usar a los babilónicos para disciplinarles – que no aprendan de su exilio.

“He aquí que yo hago cosa nueva” (v. 19a). Estos exiliados pasarán por un segundo Éxodo, pero éste será diferente al primero. No experimentarán oposición por parte de un Faraón tiránico que recurre a la violencia para evitar su salida. El Señor levantó a Ciro, un rey benevolente, que no solo les permitirá volver a Jerusalén, sino que también les proveerá con los fondos que necesitan para reconstruir la ciudad.

“presto saldrá á luz: ¿no la sabréis?” (v. 19b). Esta es la manera en que el Señor les dice, “¡Despertaos! ¡Mirad alrededor! ¡Abrid los ojos! ¡Algo maravilloso está pasando! ¿No lo veis?”

“Otra vez pondré camino en el desierto, y ríos en la soledad” (v. 19c). Estos exiliados no requieren una ruta seca por las aguas del Mar Rojo, pero sí requieren ríos de agua para sostenerles en su viaje por un desierto seco.

ISAÍAS 43:20-21. LAS BESTIAS ME HONRÁN Y EL PUEBLO PUBLICARÁ MIS ALABANZAS.

20La bestia del campo me honrará,
los chacales, y los pollos del avestruz:
porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad,
para que beba mi pueblo, mi escogido.

21Este pueblo crié para mí,
mis alabanzas publicará.

“La bestia del campo me honrará, los chacales, y los pollos del avestruz: porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad, para que beba mi pueblo, mi escogido” (v. 20). Anote la estructura paralela. En este versículo, las bestias salvajes honran a Dios. En versículo 21, el pueblo de Dios declara sus alabanzas.

Chacales y avestruces son animales del desierto. Los chacales se parecen a los zorros, se mueven en manadas grandes y se alimentan de carroña. Las avestruces son las aves más grandes del mundo. Pueden correr rápidamente pero no pueden volar. Aunque suelo conectar las avestruces con Australia, quizá por la naturaleza exótica de la fauna australiana, el avestruz se asocia más con África. En el Antiguo Testamento hay varias menciones de avestruces (Levítico 11:16; Deuteronomio 14:15; Job 30:29; Isaías 13:21; 34:13; 43:20; Jeremías 50:39; Lamentaciones 4:3; Miqueas 1:8) – en cinco de estos casos aparecen con chacales. En cada ocasión que se mencionan las avestruces se alude al desierto o a la desolación (como en este caso) o a la prohibición de su uso como alimento.

Los animales del desierto honrarán a Dios porque les da agua. Dios proveerá el agua para los exiliados en su camino a casa, y habrá mucha – ríos de agua – “aguas en el desierto” – para que toda criatura la disfrute en abundancia.

“Este pueblo crié para mí, mis alabanzas publicará” (v. 21). Yahvé ha llamado a Israel para que sea testigo del Señor (43:12) y “luz de las gentes” – es decir, gentiles (42:6). Israel puede ofrecer un testimonio más efectivo viviendo vidas llenas de alegría – alabando al Dios que les ha bendecido.

ISAÍAS 43:22-24. ME HAS FATIGADO CON TUS MALDADES

22Y no me invocaste á mí, oh Jacob;
antes, de mí te cansaste, oh Israel.

23No me trajiste á mí los animales de tus holocaustos,
ni á mí me honraste con tus sacrificios:
no te hice servir con presente,
ni te hice fatigar con perfume.

24No compraste para mí caña aromática por dinero,
ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios;
antes me hiciste servir en tus pecados,
me has fatigado con tus maldades.

“Y no me invocaste á mí, oh Jacob; antes, de mí te cansaste, oh Israel” (v. 22). Jehová creó esta gente para que declarase sus alabanzas (v. 21), pero ellos no lo han hecho. No han llamado a Jehová en su desesperación. No han ofrecido alabanza apropiada. Se han cansado de Jehová, y esto se ve reflejado en cada aspecto de su relación.

Considere lo que significa cuando un esposo o esposa dice, “te has cansado de mí.” Quiere decir que el esposo o la esposa no ha prestado atención – no ha estado dispuesto a pasar tiempo con su conyugue – solamente ha seguido la rutina – o ni siquiera eso – y posiblemente se ha involucrado en una relación adúltera. Este es el tipo de comportamiento tras la acusación de Jehová, “de mí te cansaste, oh Israel.”

“No me trajiste á mí los animales de tus holocaustos, ni á mí me honraste con tus sacrificios”(v. 23a). Antes Dios les pidió a los israelitas que hicieran sacrificios y otras ofrendas. No obstante, con el templo destruido y en el exilio, los israelitas no podían mantener los ritos del templo que habían observado en Jerusalén.

Sin embargo, como suelen entender aquéllos que están involucrados en una relación de amor, cuando no es posible hacer un gran gesto de cariño, merece la pena hacer lo que se pueda. Un esposo que no puede comprarle brillantes a su esposa, le puede regalar unas flores. No nos da la impresión de que Jehová riña a los israelitas por no hacer lo que no podían hacer, sino por no haber hecho nada.

“no te hice servir con presente, ni te hice fatigar con perfume” (v. 23b). Dios instruyó en el uso del perfume para que el pueblo de Israel lo usara en sus alabanzas (Éxodo 30:34; Levítico 2:1-16; 24:7). El propósito del sistema detallado de ofrendas y ritos que aparecen en el Torá no era agobiar a la gente con reglas, sino enseñarles a alabar de manera apropiada. Sin esta instrucción esta gente podría haber hecho lo que hacían sus vecinos – ofrecer sacrificios humanos o involucrarse en otras prácticas destructivas tratando de complacer a Jehová. Jehová no desea ser apaciguado, sino alabado (v. 21).

“No compraste para mí caña aromática por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios” (v. 24a). Caña aromática o dulce aparece en Éxodo 30:23 y en Jeremías 6:20 como parte de la alabanza. “Estas plantas se usaban en perfumes… y en el incienso para el tabernáculo y la alabanza en el templo” (Myers, 974).

“antes me hiciste servir en tus pecados, me has fatigado con tus maldades” (24b). Anote el contraste aquí. Jehová no les ha preocupado con ofrendas ni les ha cansado con el uso perfumes (v. 23b), pero el pueblo de Israel sí le ha agobiado a Jehová con sus maldades.

Su problema no es no haber observado los ritos, sino no haber respondido con amor a un Dios que les ama. Han seguido con la rutina de ritos religiosos, pero la indiferencia de su observación no les ha logrado nada.

ISAÍAS 43:25. YO SOY EL QUE BORRO TUS REBELIONES

25Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí;
y no me acordaré de tus pecados.

Este versículo es importante. El Señor ha estado acusando a Israel de pecar – de no observar ritos religiosos – de su falta de atención a su relación con Jehová (vv. 22-24), y versículos 26-28 continúan este énfasis. Pero aquí, en medio de estos pasajes de acusación, Jehová se identifica a sí mismo como “el que borro tus rebeliones” y promete no acordarse de sus pecados.

La promesa no es, “Si hacéis esto y aquello perdonaré vuestros pecados.” No hay un toma y daca (un cambio). Jehová no requiere nada de ellos, simplemente promete no recordar sus pecados. Es un momento de pura gracia.

“borro tus rebeliones” es una frase reveladora. Significa “perdonar y olvidar” – empezar de nuevo. Es algo parecido a un perdón presidencial que no solo libera al prisionero, sino que también destruye su historial criminal. Una vez que las transgresiones sean borradas, ya no hay manera de usarlas en contra del agresor.

Antes, Jehová dijo que liberaría al pueblo de Israel de Babilonia “por vosotros” (43:14), pero ahora promete borrar sus agresiones “por amor de mí.” Igual que un padre sufre cuando corta relaciones con su hijo, así Jehová ha sufrido al cortar su relación con Israel. Liberar a Israel de Babilonia ayuda a los judíos, pero también calma el dolor de Jehová.

La naturaleza de Jehová es perdonar. Además, Jehová ya le ha dicho al profeta, “Hablad al corazón de Jerusalén: decidle á voces que su tiempo es ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido de la mano de Jehová por todos sus pecados” (40:2). Esto no sugiere que su arrepentimiento sea adecuado, sino que Israel ya ha tenido suficiente castigo y no será castigada más.

ISAÍAS 43:26-28. RELATA TÚ PARA ABONARTE

26Hazme acordar,
entremos en juicio juntamente;
relata tú para abonarte.

27Tu primer padre pecó,
y tus enseñadores prevaricaron contra mí.

28Por tanto, yo profané los príncipes del santuario,
y puse por anatema á Jacob,
y por oprobio á Israel.

Estos versículos no aparecen en las lecturas del leccionario, pero los incluyo aquí porque son parte íntegra de este pasaje. Versículos 22-28 están llenos de altibajos que se pierden si el pasaje se corta en versículo 25. En versículos 22-24 el tono es acusatorio. Jehová acusa a Israel de pecar y no alabar como debe. Sin embargo, en versículo 25 el tono cambia y Jehová dice, “no me acordaré de tus pecados.” Entonces, versículos 26-28 vuelven al tono acusatorio. Nos dan la imagen de un Jehová herido y enfadado por la obstinación de su pueblo pero que, aun así, está dispuesto a favorecerles.

“Hazme acordar, entremos en juicio juntamente; relata tú para abonarte” (v. 26). Estas palabras están llenas de ironía.

En versículo 25 Jehová dice, “no me acordaré de tus pecados.” Ahora dice, “hazme recordar” (Brueggemann, 62). Jehová les invita a discutir su caso en la corte – a presentar su caso – a defenderse – a enseñarle a Jehová en qué se ha equivocado – a recordarle las buenas cualidades que puede haber olvidado.

“Tu primer padre pecó” (v. 27a). No se nos dice el nombre de su “primer padre.” Algunos eruditos piensan que se trata de Abraham, pero la mayoría piensa que era Jacob (también llamado Israel, el nombre de la nación).
“y tus enseñadores prevaricaron contra mí” (v. 27b). ¿Quiénes eran sus intérpretes? La versión de KJV dice “maestros” y la NIV dice “portavoces.” Se supone que estos líderes religiosos incluían a los patriarcas (Moisés, David, etcétera), los sacerdotes y otros responsables por el liderazgo religioso.

“Por tanto, yo profané los príncipes del santuario” (v. 28a). Los “príncipes del santuario” seguramente son los sacerdotes y los levitas – los que son responsables de discernir si otros han profanado (en lo que se refiere a hacerse indigno o quedar mancillado de manera religiosa) han sido declarados profanos por Jehová.

“y puse por anatema á Jacob, y por oprobio á Israel” (v. 28b). Jacob e Israel son dos nombres para el mismo hombre. Por eso, estas dos frases relatan la misma verdad de dos maneras diferentes. Dios ha llamado a Israel para ser una nación santa, pero su pecado y profanidad han invalidado su llamada. Son indignos, entonces, Jehová les llevó a la destrucción total.

No obstante, como se anota en versículo 25, éste no es el final de la historia. Han pagado un precio por sus pecados y Jehová ha borrado sus transgresiones – ya no recordará sus pecados.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2015, Richard Niell Donovan