PASAJE BÍBLICO

Isaías 1:1, 10-20

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

No es por accidente que el libro de Isaías esté situado entre los libros de profecía. Es el libro de profecía más largo y más importante. El Nuevo Testamento a menudo cita o se refiere a este libro, que incluye varios textos mesiánicos. El leccionario utiliza más textos de este libro que de cualquier otro libro de la Biblia con la excepción de Lucas – esto es asombroso en vista de la importancia de los Evangelios para aquéllos que siguen el leccionario. El libro de Isaías no solo relata la condición del pueblo de Dios en la época de Isaías, pero también nos informa de nuestra condición – de nuestro pecado y la necesidad de salvación.

ISAÍAS 1:1. VISIÓN DE ISAÍAS HIJO DE AMOZ

1Visión (hebreo: hazon) de Isaías hijo de Amoz, la cual vio sobre Judá y Jerusalén, en días de Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas, reyes de Judá.

“Visión (hazon) de Isaías hijo de Amoz” (v. 1a). Capítulo 1 introduce el libro entero, y este versículo presenta este capítulo. Primero establece que es una visión (hazon). No pretende decir que una visión le viniera a Isaías “de la nada.” Hazon sugiere que es una revelación de Yahvé. Como tal, no es una visión privada para edificar a Isaías, sino una visión cuyo propósito es edificar el pueblo de Isaías que se encuentra a punto del desastre. Como responsable de esta visión entregada por Dios, Isaías debe avisarle a su pueblo del desastre que se acerca a consecuencia de sus pecados. No obstante, también ha de comunicarle a su pueblo que existe la posibilidad de ser perdonados y salvados. La base de su salvación es la fe en Yahvé – algo que falta de sus vidas.

Yahvé le da la visión a Isaías, cuyo nombre significa “El Señor es salvación” o “El Señor salva.” El nombre de Isaías, por lo tanto, explica su mensaje. Cuando la gente llama a Isaías por su nombre, oyen el sermón de sus propias bocas – “El Señor es salvación” – “El Señor salva.”

No sabemos mucho de Isaías además de lo que se incluye este libro. Sabemos que es hijo de Amoz, pero sabemos poco de Amoz. Tradición judía sugiere que era hermano de Amazías, octavo padre de Judah y padre de Uzzías, pero no se sabe con seguridad. Algunos han confundido Amoz con el profeta Amos, pero Amoz y Amos son nombres diferentes y personas diferentes.

“la cual vio sobre Judá y Jerusalén” (v. 1b). Referirse a Isaías en tercera persona demuestra que Isaías no es el autor de este versículo. La introducción de este libro fue escrita por “escribas que copiaron y salvaron el libro” (Tucker, Preaching, 363).

No hay indicación que Isaías recibiera la visión completa en una sola ocasión. En vez, es una visión entregada por Dios, que seguirá desdoblándose con el pasar del tiempo.

Judah era una de las doce tribus de Israel, y ocupaba la mayor parte del territorio entre el mar muerto y el Mediterráneo. En la época que escribe Isaías, las doce tribus se habían separado en dos reinos – Israel al norte y Judah al sur. En 721 a.C., durante la vida de Isaías, Asiría conquistó Israel, el Reino del Norte, y su pueblo se dispersó, dejando a Judah como el único pueblo del pacto que permanecía.

Jerusalén es la capital de Judah y su única ciudad importante. Es la ciudad sagrada – hogar del templo – donde ocurren sacrificios rituales. Basado en lo que dice Isaías de los sacrificios en versículos 11-15, daría la impresión que esta visión se concierna generalmente con Judah, pero más específicamente con Jerusalén. Esta visión examina a Jerusalén por un microscopio que no rebela cosas bonitas.

“en días de Uzzías, Jotham, Achâz y Ezechîas, reyes de Judá” (v. 1c). Uzzías (también conocido como Azaríah) rigió entre 783-742 a.C. Por lo general fue buen rey, aunque afligido por la lepra por no haber eliminado los altos lugares donde la gente alababa ídolos (2 Reyes 15:1-7). Isaías tuvo una visión “en el año que murió Rey Uzzías” (6:1), lo cual nos dice que Isaías comenzó su ministerio en el año 742 a.C.

Jotham, hijo de Uzzías, llegó a ser co-regente con Uzzías en los últimos años de su reinado y el único regente cuando murió su padre en 742 a.C. Jotham siguió las pólizas de su padre que, en mayor parte, eran buenas.

Achâz, hijo de Jotham, se hizo co-regente con Jotham en 735 a.C. y el único regente cuando murió su padre en 732 a.C. Achâz fue uno de los peores reyes de Judah – alabando dioses paganos e iniciando un vasallaje con Tiglath-pileser de Asiría.

Los años del reino de Ezechîas, hijo de Hachas, son inciertos, pero su reino parece haber durado de 716 a.C. hasta 687 a.C. Aunque estorbado por el vasallaje a Asiría que había establecido su padre, Ezechîas resultó ser uno de los mejores reyes de Judah. Trabajó para liberar a su pueblo de tener que alabar dioses asirios, la alabanza de ídolos, y volvió a establecer la alabanza en el templo. Sin embargo, contra el consejo de Isaías, se alió con Egipto, lo cual resultó en el asedio de Jerusalén por parte de Asiría y en la rendición de Ezechîas a Asiría. Jerusalén sobrevivió otro asedio porque “aconteció que la misma noche salió el ángel de Jehová, é hirió en el campo de los Asirios ciento ochenta y cinco mil; y como se levantaron por la mañana, he aquí los cuerpos de los muertos” (2 Reyes 19:35).

Ezechîas se enfermó gravemente en 701 a.C., pero Yahvé instruyó a Isaías que le diera este mensaje a Ezechîas: “Jehová Dios de David tu padre dice así: Tu oración he oído, y visto tus lágrimas: he aquí que yo añado á tus días quince años. Y te libraré, y á esta ciudad, de mano del rey de Asiría; y á esta ciudad ampararé” (Isaías 38:5-6).

Entonces, sabemos que Isaías comenzó su ministerio en 742 a.C. (“el año que murió Rey Uzzías”) y continuó por lo menos hasta el año 701 a.C. (el año que Ezechîas se enfermó) – seguramente aún más.

ISAÍAS 1:2-9. NO INCLUIDOS EN LA LECTURA DEL LECCIONARIO

Aunque este pasaje no se incluye en la lectura del leccionario, es necesario hacer un breve resumen.

Versículos 2-4 expresan la frustración de Yahvé por haber criado hijos que resultaron ser rebeldes. Yahvé dice, “El buey conoce á su dueño, y el asno el pesebre de su señor: Israel no conoce, mi pueblo no tiene entendimiento” (v. 3). Versículo 4 es una lamentación: “pueblo cargado de maldad… tornáronse atrás.”

Versículo 5 pregunta “¿Para qué habéis de ser castigados aún?” y versículo 6 documenta las heridas y las llagas de la nación. Versículo 7 anota el aislamiento de la nación y versículo 8 su vulnerabilidad.

Versículo 9 anota que solo por la gracia de Yahvé permanece un remanente de la nación. También presenta la idea de que existe un parentesco entre la ciudad sagrada de Jerusalén y las ciudades malvadas de Sodoma y Gomorra, idea que aparece en versículo 10.

ISAÍAS 1:10-15. ¿PARA QUÉ Á MÍ LA MULTITUD DE VUESTROS SACRIFICIOS?

10Príncipes de Sodoma,
oid la palabra de Jehová;
escuchad la ley (hebreo: to∙ra) de nuestro Dios,
pueblo de Gomorra.

11 ¿Para qué á mí, dice Jehová,
la multitud de vuestros sacrificios?
Harto estoy de holocaustos de carneros,
y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre
de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos.

12¿Quién demandó esto de vuestras manos,
cuando vinieseis á presentaros delante de mí,
para hollar mis atrios?

13No me traigáis más vano presente:
el perfume me es abominación:
luna nueva y sábado, el convocar asambleas,
no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades.

14Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene
aborrecidas mi alma: me son gravosas;
cansado estoy de llevarlas.

15Cuando extendiereis vuestras manos,
yo esconderé de vosotros mis ojos:
asimismo cuando multiplicareis la oración,
yo no oiré:
llenas están de sangre vuestras manos.

“Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la ley (to∙ra) de nuestro Dios, pueblo de Gomorra” (v. 10). En versículo 9, Yahvé dijo que Jerusalén hubiera sufrido el mismo fin que Sodoma y Gomorra si no fuera por su gracia. Ahora, Yahvé establece un parecido entre los regidores de Jerusalén y los de Sodoma y el pueblo de Jerusalén y el de Gomorra. Con esto les dice que, lejos de ser lo mejor de lo mejor, son lo peor de lo peor.

Génesis 18:1 – 19:29 relata la historia de la maldad de Sodoma y Gomorra y su destrucción total por el juicio de Dios.

“escuchad la ley (to∙ra) de nuestro Dios” (v. 10b). “Isaías dice que la instrucción que Dios le dio a Moisés no tenía que ver solo con recetas de culto o derechos legales. En vez, el to∙ra de Dios tiene que ver con carácter, actitudes, y relaciones” (Oswalt, 96).

“¿Para qué á mí, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Harto estoy de holocaustos de carneros, y de sebo de animales gruesos: no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos” (v. 11). La ley del to∙ra prescribe el sacrificio de animales para la reparación de los pecados (Levítico 1; 4-7; 16; 22). No hay nada en el libro de Isaías que sugiera que la gente no debía obedecer estas leyes o hacer estos sacrificios. El problema no se encuentra en los sacrificios, sino en el hecho que estos sacrificios han llegado a sustituir la entrega de sus corazones y obediencia a Yahvé. Lo que Yahvé quiere de verdad no son sacrificios, sino sus corazones y obediencia. Los sacrificios deberían mostrar la devoción de sus corazones, que resultaría en servicio obediente. Ya que esta gente no le ha dado a Yahvé sus corazones y obediencia, Yahvé no puede gozar de sus sacrificios. Está harto de sacrificios – enfermo de sacrificios. En lugar de recordarle a Yahvé de su devoción, le recuerdan de su rebeldía.

Una analogía moderna sería un marido infiel que trata de comprar la complacencia de su esposa con regalos costosos. Una mujer vulnerable podría tolerar el mal comportamiento de su esposo por un tiempo, pero una mujer segura de si misma le echaría de su casa. Regalos costosos no sustituyen lealtad y amor.

Yahvé no es vulnerable. No necesita sacrificios salvo cuando se hacen con devoción genuina. El sebo y la sangre de los animales no le traen ningún gozo salvo el corazón entregado de la persona que hace el sacrificio. Consecuentemente, los sacrificios han perdido su significado (véase Números 29:6; 1 Samuel 15:22-23; Esdras 3:5; Salmo 81:3; Ezequiel 46:6 para ver relatos parecidos).

“¿Quién demandó esto de vuestras manos, cuando vinieseis á presentaros delante de mí, para hollar mis atrios?” (v. 12). Sacrificar un animal es algo desagradable. Requiere traer animales grandes al templo, matarles, verter su sangre alrededor del altar, y quemar su carne en el altar. Uno diría que Yahvé preferiría una alabanza más limpia, pero recetó este método para ayudar a los israelitas a comprender la gravedad de sus pecados. No obstante, lo que le agrada a Yahvé no son los sacrificios, sino la fiel devoción del que hace la ofrenda. Cuando esto falta, la ofrenda se convierte en un pisoteo de las cortes de Yahvé – una profanación – algo que le recuerda a Yahvé del vacío en el corazón de la persona.

“No me traigáis más vano presente: el perfume me es abominación” (v. 13a). Ofrendas entregadas sin fiel devoción no agradan a Yahvé y no traen ninguna recompensa para el las hace. Sin fiel devoción, sus ofrendas se convierten en una simple cuestión de cumplir con la rutina. Yahvé considera estas ofrendas una abominación – objeto de disgusto.

“luna nueva y sábado, el convocar asambleas, no las puedo sufrir: son iniquidad vuestras solemnidades” (v. 13b). La luna nueva, el sábado, y la convocación de asambleas son ocasiones de alabanza incluidas en la ley del Tora (Levítico 23). Yahvé desea esta alabanza, pero no significa nada aparte de la fiel devoción y la obediencia del que alaba. Alabanza es una actividad sagrada que honra la santidad de Yahvé y guía al que alaba hacia la santidad, pero la “iniquidad (de) vuestras solemnidades” falla completamente en cumplir estos propósitos.

Para comprender la profundidad del disgusto que siente Yahvé con los ritos vacíos de pecadores que no se arrepienten, imagine lo disgustado que estaría Usted con un compañero de trabajo que solo aparenta trabajar mientras que Usted hace todo el trabajo. Imagine su disgusto con el profesor de su hijo que simplemente parece enseñar pero no se preocupa por el aprendizaje de su hijo. Imagine su disgusto si su hijo estuviera gravemente enfermo y el doctor solo aparentara hacer su trabajo sin verdaderamente proporcionarle buen cuidado médico. Este tipo de disgusto es lo que hace estos ritos inaguantables para Yahvé.

“Vuestras lunas nuevas y vuestras solemnidades tiene aborrecidas mi alma: me son gravosas; cansado estoy de llevarlas” (v. 14). La alabanza que debía agradar a Yahvé se convierte en un peso cuando ocurre sin fiel devoción. Es peor que no alabar (véase Apocalipsis 3:15-16), ya que se han convertido en una abominación para Yahvé (v. 13a).

“Cuando extendiereis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos: asimismo cuando multiplicareis la oración, yo no oiré: llenas están de sangre vuestras manos” (v. 15). Extender las manos es señal de oración. Dios rehúsa honrar las ofrendas de aquéllos que solo cumplen con la rutina del sacrificio. También se niega a oír las oraciones de aquéllos cuyas manos están llenas de sangre – es decir, de aquéllos que son culpables de violencia. Algunos eruditos han sugerido que la mención de sangre en este versículo se refiere a las ofrendas de sangre. Sin embargo, la mayor parte de eruditos concuerda que tiene que ver con la culpabilidad sangrienta causada por actos violentos.

ISAÍAS 1:16-17. LAVAD, LIMPIAOS

16Lavad, limpiaos;
quitad la iniquidad de vuestras obras
de ante mis ojos;
dejad de hacer lo malo:

17Aprended á hacer bien:
buscad juicio,
restituid al agraviado,
oíd en derecho al huérfano,
amparad á la viuda.

“Lavad, limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de ante mis ojos; dejad de hacer lo malo” (v. 16). Versículos 10-15 explican el problema. Ahora, versículos 16-17 explican la solución. El hecho de que Yahvé, completamente disgustado con esta gente y sus ritos vacíos, considere un remedio es tributo a su amor y su gracia.

El primer paso en efectuar un remedio es “limpiaos.” Es interesante que Yahvé, disgustado con sus ritos, recete un rito de limpieza como primer paso para corregir el problema. Sin embargo, oír el regaño de Yahvé (vv. 10-15) y someterse a un rito de limpieza les haría reconocer sus pecados y la necesidad de limpieza. Verdaderamente, este reconocimiento es el primer paso para efectuar una limpieza. Solo cuando reconozcan su equivocación estarán dispuestos a tomar los pasos necesarios para corregir el mal.

El rito de limpieza (y el arrepentimiento que lo acompaña) no elimina el mal ante los ojos de Yahvé, pero no significaría nada si continuaran haciendo el mal. Deben “dejad de hacer lo malo” – “seguir el camino del bien” – aspirar a una santidad verdadera.

“Aprended á hacer bien” (v. 17a). Ahora se necesita un proceso educativo. Por equivocación, ya se consideraban personas del bien. Pensaban que lo único requerido era los sacrificios rituales. Pensaban que la muerte de sus animales sacrificados les limpiaba de sus pecados y les rendía exentos de una muerte espiritual. No tenían ni idea de que algo más, como un corazón fiel, era requerido. No lograban comprender la importancia de servir a los oprimidos, los huérfanos, y las viudas. Aunque de manera figurativa o quizá literal, han de regresar a la escuela primaria de espiritualidad y volver a aprender las lecciones que ya debían haber aprendido durante su niñez.

“buscad juicio, restituid al agraviado, oíd en derecho al huérfano, amparad á la viuda” (v. 17b). Yahvé describe cuatro maneras en que uno puede “hacer bien.” La primera es “buscad juicio.” Dios es justo (Deuteronomio 32:4), por eso es mejor que ellos sean justos.

Esto concierna ambos a regidores y a la comunidad en general (véase versículo 10, que se dirige a “Príncipes de Sodoma” y “pueblo de Gomorra”):

• Líderes tienen la obligación de rendir justicia imparcial (Job 34:17-19) y proteger los derechos de los pobres y necesitados (Salmo 82:3; Jeremías 5:28).

• Pero gente común y corriente también está obligada a buscar justicia (Mica 6:8). La preocupación por el oprimido, el huérfano, la viuda, y otros vulnerables se encuentra al frente de la llamada de Yahvé (y la de Cristo) por la justicia (Ezequiel 18:5-9; Mateo 25:31-46). Líderes pueden efectuar justicia en gran escala, pasando leyes y asegurando su mantenimiento justo, pero todos tienen el poder de actuar justamente a nivel personal y de buscar justicia en su comunidad y nación. Con la ayuda de Dios, aún gente común y corriente puede lograr resultados extraordinarios en busca de justicia.

ISAÍAS 1:10-20. COMO LA NIEVE SERÁN EMBLANQUECIDOS

18Venid luego, dirá Jehová (hebreo: YHWH – Yahvé),
y estemos á cuenta”</em (hebreo: niwwaḵeha),
si vuestros pecados fueren como la grana,
como la nieve serán emblanquecidos:

i fueren rojos como el carmesí,
vendrán á ser como blanca lana.

19Si quisiereis y oyereis, comiereis el bien de la tierra:
20Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos á espada:
porque la boca de Jehová lo ha dicho.

“Venid luego, dirá Jehová, y estemos á cuenta” (v. 18a). “Venid” es imperativo, pero “venid luego” lo suaviza, convirtiéndolo en una invitación. Se trata de una invitación para discutir los cargos que Yahvé ha declarado contra Jerusalén, la posibilidad de limpieza (v. 18c), y las decisiones que se presentan ante la gente (vv. 19-20).

“dirá Jehová” (YHWH – Yahvé) (v. 18a). “En la fe de Israel, Yahvé es el único nombre para dirigirse a Dios que es verdaderamente personal… El nombre consiste de cuatro consonantes, YHWH (conocido como el tetragrámaton)… En inglés, la forma de “Jehová” surgió de una combinación de la influencia latina con las cuatro consonantes (YHWH) y los puntos vocales que el Masoretes utilizó para mostrar su intención que el lector dijera ‘Adonai’… al leer el tetragrámaton… En Éxodo 3:14f. Dios declara que Su nombre es ´ehyeh ´aser ´ehyeh. El verbo ´ehyeh está… claramente ligado al tetragrámaton, como demuestra v. 14f. De los dos sentidos posibles, ‘Yo soy quien/lo que soy’ y ‘Yo seré quien/lo que soy,’ el segundo es preferible” (Bromily, Vol. 2, 506-507).

En la NRSV y en muchas otras traducciones al inglés, YHWH a menudo se traduce como “el Señor” – esto se debe en parte a que la versión del Septuagésimo (griego) del Antiguo Testamento utiliza la palabra griega kyrios (Señor) para traducir el hebreo YHWH – y en parte porque judíos después del exilio, que consideraban YHWH demasiado sagrado para decir en voz alta, lo sustituyeron con Adonai(Señor) en las lecturas públicas de las escrituras (Myers, 1074).

El hecho que la invitación a hablar venga de Yahvé le da gran peso. Rechazar la invitación de Yahvé sería perder la oportunidad de recibir el perdón (v. 18c) y la prosperidad (v. 19) que Yahvé ofrece.

“si vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán emblanquecidos: si fueren rojos como el carmesí, vendrán á ser como blanca lana” (v. 18c). Grana, rojo y carmesí simbolizan pecado. La blancura de la nieve y la lana simbolizan pureza. Esta es la promesa de Yahvé, que aunque estén plenamente manchados de pecado ahora, serán limpiados y perdonados. No obstante, primero han de dedicar sus corazones a Yahvé y cambiar su comportamiento para seguir los requisitos de versículo 17, y entonces Yahvé les limpiará y perdonará. Los dos versículos que siguen dejan claro que versículo 18c no se trata de una oferta incondicional.

“Si quisiereis y oyereis, comiereis el bien de la tierra” (v. 19). Yahvé explica sus dos opciones en palabras tan severas que cualquiera se daría cuenta de lo que está en juego. Les da la opción entre bendición (v. 19) y maldición (v. 20) – entre vida (v. 19) y muerte (v. 20). Si “quieren y oyen,” gozarán de prosperidad.

“Si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos á espada” (v. 20a). Si continúan su camino rebelde, morirán.

“porque la boca de Jehová lo ha dicho” (v. 20). Esta frase sella la promesa de versículos 19 y 20 como si fuera la firma de un documento legal que rinde autoridad al firmante.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

BIBLIOGRAFÍA:

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Brueggemann, Walter, Westminster Bible Companion: Isaiah 1-39 (Louisville: Westminster John Knox Press, 1998)

Limburg, James, in Van Harn, Roger (ed.), The Lectionary Commentary: Theological Exegesis for Sunday’s Text. The First Readings: The Old Testament and Acts (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 2001)

Myers, Allen C. (ed.), The Eerdmans Bible Dictionary (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Co., 1987)

Newsome, James D. in Cousar, Charles B.; Gaventa, Beverly R.; McCann, J. Clinton; and Newsome, James D., Texts for Preaching: A Lectionary Commentary Based on the NRSV–Year C (Louisville: Westminster John Knox Press, 1994)

Oswalt, John N., The New International Commentary on the Old Testament: The Book of Isaiah, Chapters 1-39 (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1986)

Scott, R.B.Y. (Introduction and Exegesis of Isaiah 1-39); Kilpatrick, G.G.D., (Exposition of Isaiah 1-39), The Interpreter’s Bible: Ecclesiastes, Song of Songs, Isaiah, Jeremiah, Vol. 5 (Nashville: Abingdon Press, 1956)

Seitz, Christopher R., Interpretation Commentary: Isaiah 1-39, (Louisville: John Knox Press, 1993)

Tucker, Gene M. in Craddock, Fred B.; Hayes, John H.; Holliday, Carl R.; and Tucker, Gene M.,Preaching Through the Christian Year, C (Valley Forge: Trinity Press, 1994)

Tucker, Gene M., The New Interpreters Bible: Isaiah, Vol. VI (Nashville: Abingdon Press, 2001)

Watts, John D. W., Word Biblical Commentary: Isaiah 1-33 (Dallas: Word Books, 1985)

Copyright 2009, Richard Niell Donovan