PASAJE BÍBLICO

Hechos 9:1-20

RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

 

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

Los primeros discípulos recibieron bastante oposición por parte los líderes judíos. Los sacerdotes, el príncipe del templo, y los saduceos arrestaron a Pedro y a Juan y les juzgaron ante el concejo (4:1-22). El príncipe de los sacerdotes mandó arrestar y azotar a los apóstoles. Les habría mandado matar, pero Gamaliel aconsejó precaución a no ser que estuvieran oponiéndose a Dios (5:17-42).

Entonces, líderes judíos arrestaron a Esteban y le mataron a pedradas (6:8 – 7:53). “Y los testigos pusieron sus vestidos á los pies de un mancebo que se llamaba Saulo” (7:58) y “Saulo consentía en su muerte” (8:1a).

Entonces tenemos un breve relato de Saulo que “asolaba la iglesia, entrando por las casas: y trayendo hombres y mujeres, los entregaba en la cárcel” (8:1b-3).

Entonces se habla de “los que fueron esparcidos” (8:4) – cristianos de Jerusalén que huyeron a lugares más seguros, “iban por todas partes anunciando la palabra” (8:4). Felipe fue a Samaria, donde la gente escuchó con ánimo su proclamación del Mesías (8:5-6). Los apóstoles en Jerusalén oyeron de esto, y mandaron a Pedro y Juan a Samaria. Allí impusieron sus manos sobre los samaritanos, quienes recibieron el Espíritu Santo (8:14-24). Así empezó a esparcirse el Evangelio.

Entonces Felipe, siguiendo las instrucciones de un ángel, fue a una carretera en el desierto que conectaba Jerusalén y Gaza. Allí encontró y convirtió a un eunuco etíope – la primera conversión de un gentil (8:26-40).

Entonces llegamos a la historia de la conversión de Pablo (capítulo 9 – nuestro texto), seguido por la historia de la visión de Pedro, que resultó en el abrir de las puertas de la iglesia a los gentiles (capítulo 10).

Pedro es el apóstol más prominente a través de los doce capítulos del libro de Hechos. Sin embargo, al comenzar capítulo 13, pasa a ser Saulo. Solo oímos de Pedro una vez más en este libro cuando defiende el ministerio de Pablo y Bernabé a los gentiles (15:7-11).

En 13:9, Lucas anota que Saulo (su nombre judío) también es conocido como Pablo (su nombre romano) y sin más explicación, de aquí en adelante Lucas utiliza el nombre de Pablo en lugar de Saulo – excepto cuando Pablo relata que Jesús le llamó “Saulo, Saulo” en camino a Damasco (22:7, 13, 26:14).

Versículos 7-20 del leccionario son parte opcional de esta lectura, dándole al pastor la oportunidad de escoger la lectura más corta de versículos 1-6. No obstante, si el pastor quiere basar su sermón en este texto de Hechos, la lectura más corta no es apropiada. Versículos 1-6 solo relatan el comienzo de la conversión de Saulo. Versículos 7-19a incluyen el resto de su conversión, y versículos 19b-20 describen brevemente su preparación para el ministerio (v. 19a) y el comienzo de su ministerio (v. 20). Es aconsejable que el pastor que quiera basar su sermón en esta lectura de Hechos utilice la lectura completa.

HECHOS 9:1-2: Y SAULO, RESPIRANDO AÚN AMENAZAS Y MUERTE

1Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al príncipe de los sacerdotes, 2Y demandó de él letras para Damasco á las sinagogas, para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta (griego: hodou), los trajese presos á Jerusalén.

“Y Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor” (v. 1a). Saulo está “respirando aún amenazas y muerte.” Antes, “asolaba la iglesia” entrando en casas cristianas y encarcelando cristianos (8:3).

Para el pueblo judío, la palabra respirar conlleva “la idea de un juicio divino dirigido principalmente contra los enemigos de Dios con ‘una ráfaga de su aliento.’ Este juicio se dirige primeramente a los enemigos de Dios (cf. 2 Samuel 22:16; Job 4:9; Salmos 18:15; Isaías 30:33)” (Renn, 145).

Esto es lo que pasa aquí. Saulo está “respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos” porque los considera enemigos de Dios. Está determinado a desenraizar falsas enseñanzas y encarcelar falsos maestros. Hay mucho en las Escrituras Hebreas que justifica matar aquéllos que podrían descarrilar a otros. Saulo solo está defendiendo con fervor los intereses de Dios.

“vino al príncipe de los sacerdotes, y demandó de él letras para Damasco á las sinagogas” (vv. 1b-2a). La autoridad del príncipe de los sacerdotes no se extiende a Damasco, ciudad ubicada en Siria, a 60 millas (95 kilómetros) al noreste del Mar Galileo o a 140 millas (225 kilómetros) de Jerusalén – un viaje que tardaría una semana a pie.

No obstante, Saulo pide letras a las sinagogas en vez de pedirlas a las autoridades civiles. Aunque la autoridad legal del príncipe de los sacerdotes no se extiende hasta Damasco, sí tiene bastante influencia moral sobre la gran población judía de Damasco. Saulo necesita su ayuda para encontrar cristianos que habían huido de Jerusalén.

“para que si hallase algunos hombres ó mujeres de esta secta (hodou), los trajese presos á Jerusalén” (v. 2b). Hodos es la palabra para secta o camino. Cristianos de la temprana iglesia adoptaron “el camino” como el nombre de su movimiento, porque Jesús habló de ser “el camino, y la verdad, y la vida” (Juan 14:6) – queriendo decir que él era el camino a Dios y la salvación.

Saulo no pide autoridad para matar a los seguidores de Jesús. Solo quiere arrestarles y llevarles a Jerusalén donde se les pueda juzgar apropiadamente.

¿Tenía el príncipe de los sacerdotes poder de extradición fuera de su jurisdicción normal? Eruditos desacuerdan. Bruce dice que sí (Bruce, 180-181: véase también Chance, 146), pero Walasky dice que seguramente no (Walasky, 91; véase también Williams, 167). No obstante, como se anota arriba, Saulo pide las letras a las sinagogas en vez de pedirlas a las autoridades civiles. No pide autoridad para extraditar, sino que pide ayuda para encontrar cristianos. Aparentemente, anticipa que las autoridades civiles no se le opondrán cuando quiera transportar prisioneros a Jerusalén para ser juzgados.

HECHOS 9:3-6: SÚBITAMENTE LE CERCÓ UN RESPLANDOR DE LUZ DEL CIELO

3Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo; 4Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? 5Y él dijo: ¿Quién eres, Señor (griego: kyrie)? Y él dijo: Yo soy Jesús á quien tú persigues: dura cosa te es dar coses contra el aguijón. 6El, temblando y temeroso, dijo: ¿Señor, qué quieres que haga? Y el Señor le dice: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te(griego: dei) conviene hacer.

“Y yendo por el camino, aconteció que llegando cerca de Damasco, súbitamente le cercó un resplandor de luz del cielo” (v. 3). Después, al relatar la historia, Pablo dirá que este acontecimiento ocurrió al mediodía (22:6; 26:13) – la hora del día que el sol está más intenso. Esta luz del cielo podría ser demasiado brillante para ser vista tan drásticamente bajo el sol del mediodía. Pablo dice que la luz “sobrepujaba el resplandor del sol” (26:13).

La luz es algo que vuelve a aparecer a lo largo de los Hechos de Lucas. Lucas presenta el Evangelio como una luz para “los que habitan en tinieblas y en sombra de muerte” (Lucas 1:79) – y como “luz para ser revelada á los Gentiles” (Lucas 2:32). Cuando Jesús murió, “el sol se obscureció” (Lucas 23:45). Cuando un ángel vino a rescatar a Pedro de su prisión, “una luz resplandeció en la cárcel” (Hechos 12:7). Más adelante, Pablo dirá que Dios le ha “puesto para luz de los Gentiles” (Hechos 13:47).

“Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía” (v. 4a). Este relato nos dice que Saulo solo oyó la voz pero, más adelante, Bernabé les dirá a los apóstoles que Saulo “había visto al Señor en el camino, y que le había hablado” (v. 27). En su primera carta a la iglesia en Corintio, Pablo incluye una lista de las apariencias de Jesús después de su resurrección. Concluye la lista diciendo, “Y el postrero de todos, como á un abortivo, me apareció á mí” (1 Corintios 15:8).

Los rabinos, conscientes de que no habían tenido una voz profética en Israel durante siglos, hablaron de un “bat qol” – (la hija de una voz) – un eco de la voz de Dios que una persona podía oír de vez en cuando – un medio por el cual Dios revelara su voluntad. Bruce ve este versículo como un “bat qol” (Bruce, 182).

“Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” (v. 4b). En escritura hebrea, Dios a menudo repite un nombre dos veces para llamar la atención de quien llama para cumplir un papel especial (Génesis 22:11; 46:2; Éxodo 3:4; 1 Samuel 3:4, 10).

Más adelante, cuando relata este incidente a Agripa, Pablo añade a las palabras de Jesús diciendo, “dura cosa te es dar coces contra los aguijones” (26:14).

“Y él dijo: ¿Quién eres, Señor (kyrie)?” (v. 5a). Kyrios puede significar “Don” (como muestra de respeto hacia otra persona) o “Señor” (que significa Dios). Aquí, esta ambigüedad es apropiada. Saulo sabe que solo hay un Dios y por eso no le pregunta quién es. Por otro lado, Saulo sabe que la voz del cielo viene de Dios o de un mensajero de Dios – es decir, que no se trata de un mero mortal.

“Yo soy Jesús á quien tú persigues” (v. 5b). Cristo se identifica con sus discípulos, por eso perseguir a sus discípulos es igual que perseguir a Cristo.

La repuesta de Dios le llegó a Saulo como una tonelada de ladrillos. Saulo había creído que su misión en la vida era apagar cualquier chispa del creciente movimiento cristiano, no fuera que creciera más allá de lo que podían controlar. Ahora Saulo se da cuenta de que, en vez de haber estado cumpliendo la obra de Dios, le ha estado oponiendo, tal como Gamaliel había advertido que podría pasar (5:38-39).

“Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que te conviene (dei) hacer” (v. 6). Jesús todavía no prepara a Saulo para la misión, simplemente le manda ir a Damasco y esperar órdenes.

La pequeña palabra, dei, se puede traducir como “es necesario.” Aparece en el Nuevo Testamento más de cien veces, y se refiere a una necesidad divina o a la voluntad de Dios.

HECHOS 9:7-9: ABRIENDO LOS OJOS, NO VEÍA Á NADIE

7Y los hombres que iban con Saulo, se pararon atónitos, oyendo á la verdad la voz, mas no viendo á nadie. 8Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía á nadie: así que, llevándole por la mano, metiéronle en Damasco; 9Donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió.

“Y los hombres que iban con Saulo, se pararon atónitos, oyendo á la verdad la voz, mas no viendo á nadie” (v. 7). Parece que hay un conflicto entre este versículo y el relato de Pablo que más adelante dice “Y los que estaban conmigo vieron á la verdad la luz, y se espantaron; mas no oyeron la voz del que hablaba conmigo” (22:9). Sin embargo, es probable que oyeran el sonido sin entender la voz – y que vieran la luz sin entender su significado.

“Entonces Saulo se levantó de tierra, y abriendo los ojos, no veía á nadie” (v. 8a). Saulo “ahora descubre de manera literal lo que lectores ya saben de él. En un nivel espiritual y metafórico: él es ciego” (Chance, 147).

“así que, llevándole por la mano, metiéronle en Damasco” (v. 8b). En su ceguera, Saulo ha quedado completamente indefenso. No puede ni andar a la ciudad sin ayuda.

A menudo, Dios nos viene en nuestras debilidades. En sus epístolas, Pablo hablará de Cristo muriendo por los impíos “cuando aún éramos flacos” (Romanos 5:6) – y “lo flaco del mundo escogió Dios, para avergonzar lo fuerte” (1 Corintios 1:27) – y “cuando soy flaco, entonces soy poderoso” (2 Corintios 12:10) – y “lo loco de Dios es más sabio que los hombres; y lo flaco de Dios es más fuerte que los hombres” (1 Corintios 1:25).

Donde estuvo tres días sin ver, y no comió, ni bebió” (v. 9). No sabemos mucho de la razón del ayuno de Saulo. Quizá ayune como arrepentimiento por haber perseguido al Mesías. Quizá, simplemente esté conmovido por el repentino cambio en su vida. Quizá quiera ayunar como disciplina espiritual para hacerse vulnerable y abrirse a la obra de Dios en su vida.

HECHOS 9:10-12: HABÍA ENTONCES UN DISCÍULO LLAMADO ANANÍAS

10Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías, al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor. 11Y el Señor le dijo: Levántate, y ve á la calle que se llama la Derecha, y busca en casa de Judas á uno llamado Saulo, de Tarso: porque he aquí, él ora; 12Y ha visto en visión un varón llamado Ananías, que entra y le pone la mano encima, para que reciba la vista.

“Había entonces un discípulo en Damasco llamado Ananías” (v. 10a). Éste no es el Ananías de antes, que murió después de tratar de engañar a la iglesia (5:1-5) o el Ananías príncipe de los sacerdotes (23:2; 24:1). Más adelante, Pablo identifica a este Ananías como “varón pío conforme á la ley, que tenía buen testimonio de todos los Judíos que allí moraban” (22:12), pero no sabemos nada más de él. El Señor le utiliza el tiempo necesario para cumplir una obra fácil pero importante, y después desaparece.

Esto nos debe alentar a nosotros que llevamos vidas ordinarias y que solo disfrutamos de logros comunes y corrientes. A menudo Dios usa gente común y corriente de manera significativa – a veces, como ocurre aquí, solo una vez en la vida. Pero podemos estar seguros de que Dios nos usará de manera importante, aunque no nos demos cuenta. Y podemos estar seguros que parte de eternidad estará en juego en el momento que Dios decida hacerlo.

“al cual el Señor dijo en visión: Ananías. Y él respondió: Heme aquí, Señor” (v. 10b). Esta secuencia de llamada y respuesta es típica en la escritura hebrea (Génesis 22:1; 1 Samuel 3:6, 8; Isaías 6:8).

“Y el Señor le dijo: Levántate, y ve á la calle que se llama la Derecha” (v. 11a). En la actual ciudad de Damasco hay una calle llamada Derecha. Esta calle puede ser la misma que se menciona en este versículo. Empieza en la Puerta del Oeste y sigue hacia el oeste desde allí.

“y busca en casa de Judas” (v. 11b). No sabemos nada de este Judas, pero fíjese en la exactitud con que el Señor le da instrucciones a Ananías.

“á uno llamado Saulo, de Tarso” (v. 11c). Tarso se encuentra en la costa sur de Turquía actual, a unas 12 millas (19 kilómetros) del Mediterráneo. Es una ciudad porteña por estar ubicada en el Río Cydnus. En el tiempo de Pablo no solo era un importante centro comercial, pero también se conocía como un centro de actividad intelectual – particularmente para el estudio de filosofía estoica.

Tarso solo aparece cinco veces en el libro de Hechos (9:11, 30; 11:25; 21:39; 22:3) y no vuelve a aparecer en ningún otro lugar de las escrituras. Pablo menciona ser de Tarso en dos ocasiones (21:39; 22:3), pero nunca la menciona en sus epístolas. Relata una visita a Cilicia (Galatos 1:21), provincia cuya capital es Tarso.

“porque he aquí, él ora” (v. 11d). Aprendimos en versículo 9 que Saulo estaba ayunando. Ahora aprendemos que está orando. El ayuno y la oración son disciplinas espirituales complementarias.

“Y ha visto en visión un varón llamado Ananías” (v. 12a). Recuerde que el Señor le está hablando a Ananías en una visión (v. 10) – y que Saulo también ha tenido una visión. El Señor prepara estos dos hombres para la reunión que les tiene prevista.

“que entra y le pone la mano encima, para que reciba la vista” (v. 12b). En el Antiguo Testamento, Moisés puso sus manos sobre Josué para comisionarle (Números 27:18-23). En el Nuevo Testamento, los apóstoles impusieron sus manos sobre la gente para sanarla (Mateo 9:18; Hechos 28:8), para impartir el Espíritu Santo (Hechos 8:17; 19:6), y para comisionar alguna obra particular (Hechos 6:6; 13:3; 2 Timoteo 1:6).

Este es un ejemplo de la imposición de manos para sanar – “para que reciba (Saulo) la vista.” Pero Ananías le dirá a Saulo que la imposición de manos es “para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo” (v. 17). Esta imposición de manos es inusual en que Ananías no es apóstol ni tiene otro credencial que no sea su vida devota y su buena reputación (22:12). No obstante, el Señor le escoge para poner sus manos sobre Saulo, y esta llamada del Señor es lo único que necesita.

HECHOS 9:13-16: VE, PORQUE INSTRUMENTO ESCOGIDO ME ES ÉSTE

13Entonces Ananías respondió: Señor, he oído á muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalén: 14Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre. 15Y le dijo el Señor: Ve: porque instrumento (griego:skeuos) escogido me es éste, para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel: 16Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre.

“Señor, he oído á muchos acerca de este hombre, cuántos males ha hecho á tus santos en Jerusalén” (v. 13). Como se anota arriba, Lucas nos ha dicho que Saulo “asolaba la iglesia” (8:3) y respiraba “aún amenazas y muerte contra los discípulos” (9:1). No nos dice cómo es que Ananías sabe de la reputación de Saulo, pero es casi seguro que cristianos que buscaban refugio en Damasco hubieran hablado con los cristianos locales de la continuada persecución en Jerusalén y del papel de Saulo en ella. Ananías protesta fuertemente porque conoce a Saulo como enemigo.

No es raro que gente proteste una llamada del Señor. Moisés dijo, “¿Quién soy yo, para que vaya á Faraón, y saque de Egipto á los hijos de Israel?” (Éxodo 3:11) y “¡Ay Señor! yo no soy hombre de palabras…. porque soy tardo en el habla y torpe de lengua” (Éxodo 4:10). Gedeón preguntó, “Ah, Señor mío, ¿con qué tengo de salvar á Israel? He aquí que mi familia es pobre en Manasés, y yo el menor en la casa de mi padre” (Jueces 6:15). Isaías dijo, “¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos” (Isaías 6:5). Jeremías dijo, “¡Ah! ¡Ah! ¡Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño” (Jeremías 1:6).

Y aun aquí tiene facultad de los príncipes de los sacerdotes de prender á todos los que invocan tu nombre” (v. 14). Ananías no solo sabe lo que Saulo ha hecho en Jerusalén, pero también conoce sus intenciones para los discípulos que encuentre en Damasco.

“Ve: porque instrumento (skeuos) escogido me es éste” (v. 15a). Pablo usa la palabra skeuos cuando habla del Evangelio como un “tesoro en jarros de barro” (skeuesin) – entonces, skeuos puede ser metáfora para una obra de alfarería formada por su alfarero para cumplir un propósito particular. Aquí el Señor le dice a Ananías que él ha escogido y formado a Saulo con un propósito importante – la proclamación del Evangelio a los gentiles (Williams, 171).

“para que lleve mi nombre en presencia de los Gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (v. 15b). Saulo deseaba “prender á todos los que invocan tu nombre” (v. 14), pero ahora Jesús usará a Saulo para proclamar su nombre a Gentiles, reyes, y el pueblo de Israel.

Saulo (su nombre romano) será conocido como el apóstol de los gentiles, pero Hechos también nos dice de su apariencia ante los Gobernadores Félix y Festo (capítulos 23-25) y el Rey Agripa (26:1-29) – y de su predicar en las sinagogas, donde hablaría a “los hijos de Israel” (13:5, 14; 14:1; 17:1, 10; 18:4, 19; 19:8).

“Porque yo le mostraré cuánto le sea menester que padezca por mi nombre” (v. 16). Éste que pretendía perseguir a todos los que invocaran el nombre de Jesús ahora sufrirá en nombre de Jesús (v. 16). Para ver una letanía de los sufrimientos de Pablo, véase 2 Corintios 11:23-28.

HECHOS 9:17-19a: SAULO HERMANO, EL SEÑOR JESÚS ME HA ENVIADO

17Ananías entonces fue, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo. 18Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fue bautizado. 19aY como comió, fue confortado.

“Ananías entonces fue, y entró en la casa, y poniéndole las manos encima, dijo: Saulo hermano, el Señor Jesús, que te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recibas la vista y seas lleno de Espíritu Santo” (v. 17). El saludo de Ananías, “Saulo hermano,” es increíble en vista de la opinión que él mismo ha expresado de Saulo (vv. 13-14).

Más adelante, al recontar esta experiencia, Pablo relata que Ananías dijo, “El Dios de nuestros padres te ha predestinado para que conocieses su voluntad, y vieses á aquel Justo, y oyeses la voz de su boca. Porque has de ser testigo suyo á todos los hombres, de lo que has visto y oído. Ahora pues, ¿por qué te detienes? Levántate, y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre” (22:14-16).

Ananías dice que está aquí, en parte, para que Saulo sea “lleno de Espíritu Santo,” pero los versículos siguientes no dicen que él recibiera el Espíritu Santo. No obstante, sí nos dicen que fue bautizado (v. 18). Entonces, aparentemente recibió el Espíritu Santo como parte de su bautizo (como ocurre con todos nosotros).

“Y luego le cayeron de los ojos como escamas, y recibió al punto la vista: y levantándose, fue bautizado” (v. 18). Saulo es curado y bautizado, supuestamente por manos de Ananías. De ahí en adelante, no sabremos nada más de Ananías. Su obra se ha cumplido, y la obra de Saulo está a punto de comenzar.

“Y como comió, fue confortado” (v. 19a). Saulo no había comido por tres días (v. 9). Ahora rompe el ayuno y recupera fuerzas para la obra que le espera.

HECHOS 9:19b-20: Y LUEGO EN LAS SINAGOGAS PREDICABA Á CRISTO

19bY estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco. 20Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios.

“Y estuvo Saulo por algunos días con los discípulos que estaban en Damasco” (v. 19b). Aparentemente, Ananías habló con los discípulos de Damasco de su experiencia con Saulo. De todos modos, parecen aceptarle como hermano, como antes hizo Ananías (v. 17). Podemos suponer que estos discípulos incluyen a los discípulos de Jerusalén que antes habían huido de la persecución de Saulo.

Polhill sugiere algo interesante: que durante este tiempo estos cristianos le podrían haber estado enseñando a Saulo de la fe (Polhill, 238). Esto es muy posible. Saulo empieza a predicar en el próximo versículo y tiene mucho que aprender.

“Y luego en las sinagogas predicaba á Cristo, diciendo que éste era el Hijo de Dios” (v. 20). Saulo se convertirá en el gran misionero de los gentiles, pero empieza su ministerio en las sinagogas. En su Epístola a los Romanos, dirá del Evangelio “porque es potencia de Dios para salud á todo aquel que cree; al Judío primeramente y también al Griego” (Romanos 1:16). Continuará predicando en las sinagogas a lo largo del libro de Hechos (13:5, 14; 14:1; 17:1, 10; 18:4, 19; 19:8).

Lucas nos presentó el título, Hijo de Dios, en la anunciación a María (Lucas 1:35; véase también Lucas 3:38; 4:3, 9, 41; 22:70). En el bautizo de Jesús, una voz del cielo proclamó, “Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido” (Lucas 3:22). No obstante, ésta es la única vez que aparece “mi Hijo amado” en el libro de Hechos.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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