PASAJE BÍBLICO

Hechos 1:15-17, 21-26

RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller


EXÉGESIS:

LUCAS – HECHOS: EL CONTEXTO

Judas conspiró contra Jesús con los príncipes de los sacerdotes y los escribanos (Lucas 22:1-6) y traicionó a Jesús (Lucas 22:47-53). Jesús fue crucificado (por los romanos bajo insistencia de los príncipes de los sacerdotes y escribanos) y resucitado (por Dios). Jesús ascendió al cielo (Lucas 24:50-52; Hechos 1:6-11). Mandó a los apóstoles que “no se fuesen de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre” (1:4), y los apóstoles obedecieron (1:12). Subieron al cuarto de arriba (1:13), donde se dedicaron exclusivamente a la oración (1:14). “Las mujeres,” incluyendo a la madre de Jesús, se reunieron con ellos.

HECHOS 1:15-17: VARONES HERMANOS, CONVINO QUE SE CUMPLIESE LA ESCRITURA

15Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los hermanos (griego: adelphon), dijo (y era la compañía junta como de ciento y veinte en número): 16Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas, que fue guía de los que prendieron á Jesús; 17El cuál era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio.

“Y en aquellos días, Pedro, levantándose en medio de los hermanos” (adelphon – hermanos) (v. 15a). Pedro ha sido el portavoz de los apóstoles a lo largo del Evangelio de Lucas y ahora continúa siéndolo. Seguirá en este papel de liderazgo hasta su reporte a la iglesia de Jerusalén (11:1-18). Después de eso, solo volveremos a oír de él en la historia de su encarcelación y milagrosa liberación en 12:6-18, y en su reporte al concejo de la iglesia en 15:7-11. Después de comisionar a Bernabé y Saulo (Pablo) en 13:1-13, Pablo tomará el puesto de Pedro y permanecerá ahí hasta el final del libro.

“(y era la compañía junta como de ciento y veinte en número)” (v. 15b). En versículos 13-14, Lucas nombró los once apóstoles y dijo que las mujeres (incluyendo la madre de Jesús) y los hermanos de Jesús “perseveraban unánimes en oración y ruego.”

Ahora el grupo llega a unos 120. Los apóstoles y las mujeres seguramente eran parte de este grupo. No sabemos la identidad de los demás, pero el número revela que los creyentes están creciendo. Pablo dice que Jesús “apareció á más de quinientos hermanos juntos” (1 Corintios 15:6). Tampoco sabemos la identidad de esa otra gente – ni cuando esta aparición de resucitado tomó lugar. Es probable que algunos de los 500 estén entre los 120 ahora reunidos.

Varones hermanos, convino que se cumpliese la Escritura, la cual dijo antes el Espíritu Santo por la boca de David, de Judas, que fue guía de los que prendieron á Jesús” (v. 16). El propósito de Pedro al dirigirse a los discípulos es explicar la traición y muerte de Judas y alentar a los discípulos para que escojan a alguien para reemplazar a Judas.

Cuando Pedro habla de “el Espíritu Santo por la boca de David,” señala a los Salmos, que se pensaban escritos por David. En versículo 20, Pedro citará versículos que dicen “sea su palacio asolado” (Salmo 69:25) y “tome otro su oficio” (Salmo 109:8).

El cumplimiento de la escritura era importante en aquel contexto judío:

• Mateo 27:9-10 dice, “Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías.” La verdad es que esto se basa en Zacarías 11:13 y no en Jeremías, “pero se menciona a Jeremías seguramente por su compra de tierras (32:6-15) y visita al alfarero (Jeremías 18:1-3; 19:1-13)” (Attridge, 1717).

• En Juan 13:18, Jesús cita Salmo 41:9 al hablar de la traición, “Aun el hombre de mi paz, en quien yo confiaba, el que de mi pan comía, alzó contra mí el calcañar.”

• En Juan 17:12, Jesús dijo, “ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición; para que la Escritura se cumpliese.”

Surge una pregunta. Cuando las escrituras dicen que la traición de Judas cumplió con las escrituras, ¿significa que las escrituras predecían un evento que tomaría lugar más adelante, o significa que Judas estaba bajo el control de una escritura que Dios había determinado para su vida? Es decir, ¿tenía Judas la opción de no traicionar a Jesús? En mi opinión, si Judas actuó según una escritura que no podía cambiar, entonces no fue culpable de sus acciones. Sin embargo, el Nuevo Testamento deja claro que sí fue culpable. Por lo tanto, no puede ser que simplemente siguiera un guión que no podía controlar. En vez, actuó por libre albedrío, aunque algunos opinen diferente.

“El cuál era contado con nosotros, y tenía suerte en este ministerio” (v. 17). Fue Judas el que fue contado entre los apóstoles. Judas fue el privilegiado al poder compartir en el ministerio apostólico.

HECHOS 1:18-20: LA MUERTE DE JUDAS

Estos versículos no se incluyen en nuestra lectura del leccionario. Incluyen una descripción gráfica de la horrible muerte de Judas. La cita en versículo 20 combina materia de Salmos 69:25 y 109:8, que Lucas interpreta como el juicio de Judas. “José anotó que Herodes murió de manera parecida… porque se puso a si mismo en el lugar de Dios” (Walaskay, 32).

Mateo presenta un cuadro algo diferente de los últimos momentos de Judas (Mateo 27:3-10). Habla de Judas arrepintiéndose y tratando de devolver sus mal ganadas piezas de plata a los príncipes de los sacerdotes y ancianos. Cuando éstos se negaron a tomar el dinero, Judas lo tiró al suelo, salió afuera, y se ahorcó. Los príncipes de los sacerdotes y ancianos entonces usaron ese dinero para comprar el campo del alfarero, que utilizaron para sepultar a los extranjeros (Mateo considera esto el cumplimiento de una profecía de Jeremías).

HECHOS 1:21-26: TESTIGO CON NOSOTROS DE SU RESURRECCIÓN

21Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros, 22Comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fue recibido arriba de entre nosotros, uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección. 23Y señalaron á dos: á José, llamado Barsabas, que tenía por sobrenombre Justo, y á Matías. 24Y orando, dijeron: Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál escoges de estos dos, 25Para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión, para irse á su lugar. 26Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.

“Conviene, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entró y salió entre nosotros, comenzando desde el bautismo de Juan, hasta el día que fue recibido arriba de entre nosotros” (v. 21-22a). Pedro delinea los criterios esenciales que la persona que reemplace a Judas como apóstol debe tener. Debe haber sido un discípulo activo desde el comienzo del ministerio de Jesús (su bautizo) hasta el final (su ascensión).

Más adelante aparecerán más apóstoles que no cumplen con estos dos requisitos:

• Pablo no acompañó a Jesús durante su vida en la tierra, pero sí vio al Cristo resucitado en una visión camino a Damascos.

• Más adelante, Lucas hablará de “los apóstoles Bernabé y Pablo” (14:14). Entonces, aparentemente, Bernabé se hace apóstol después. Primero conocimos a Bernabé en las páginas de Hechos y no en el Evangelio de Lucas. Lucas no nos dice si Bernabé acompañó a Jesús desde su bautizo – o si vio al Cristo resucitado.

• Pablo hablará de “Jacobo (Santiago) el hermano del Señor,” como apóstol (Galatos 1:19), pero no parece que los hermanos de Jesús hayan creído en él hasta después de su resurrección (véase Juan 7:5).

• Más adelante, Pablo hablará de Epafrodito como apostolon (Filipenses 2:25) – muchas biblias lo traducen “mensajero.” ¿Era Epafrodito apóstol? Si lo era, ¿acompañó a Jesús desde su bautizo hasta su ascensión? ¿Vio al Cristo resucitado?

uno sea hecho testigo con nosotros de su resurrección” (v. 22b). El nuevo apóstol ha de ser testigo de la resurrección de Jesús junto con los demás apóstoles. “Empezando con el sermón de Pedro en Pentecostés, el testimonio de los apóstoles se enfoca primeramente en la resurrección de Jesús, no en su ministerio ni en su crucifixión” (Gaventa, 72).

Si el nuevo apóstol hubiera estado con Jesús desde su bautizo hasta su ascensión, hubiera visto al Señor resucitado – siendo éste un probable segundo criterio en el proceso de selección. Como alguien que ha visto al Señor resucitado, estará preparado para testificar de la resurrección de Jesús. Un testigo, al fin de cuentas, debe ser alguien que ha presenciado personalmente lo que testifica.

“Y señalaron á dos: á José, llamado Barsabas, que tenía por sobrenombre Justo, y á Matías” (v. 23). No está claro quien propone dos candidatos. ¿Son los once apóstoles o la multitud de 120 discípulos? Cualquiera que sea, concuerdan que hay dos buenos candidatos que considerar. El primero es José, llamado Barsabas (que significa “hijo del sábado”) – también conocido como Justo. El segundo es Matías. No hemos oído estos dos nombres antes de ahora, y no oiremos más de ellos en las escrituras. Tradición dice que más adelante José fue forzado a tomar veneno, pero no le pasó nada. Tradición también dice que Matías trabajó de misionero en Etiopía. No obstante, no podemos verificar estas dos tradiciones.

“Y orando, dijeron” (v. 24a). En versículo 26 echarán suertes, pero solo después haber hecho lo mejor posible para escoger a los mejores candidatos y de orar por la ayuda de Dios. William Booth dijo, “Trabaja como si todo dependa de tu trabajo y reza como si todo dependa de tu oración.” ¡Buen consejo! Esto es lo que estos cristianos hacen aquí.

“Tú, Señor, que conoces los corazones de todos, muestra cuál escoges de estos dos, Para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresión” (v. 24b-25). Esta es su primera oración. Primero, admiten que no conocen los corazones de todos. Entonces, piden que el que sí conoce los corazones de todos les enseñe “cuál escoges de estos dos.” No le piden a Dios que les ayude con la decisión. Le piden a Dios que tome la decisión y que les revele cuál de los dos deben escoger.

“Para que tome el oficio de este ministerio y apostolado, del cual cayó Judas por transgresiónpara irse á su lugar” (v. 25). Judas abandonó su ministerio antes de morir – cuando “cayó por transgresión.” Lucas nos ha hablado de ese lugar – el Campo de Sangre donde Judas cayó y “reventó por medio, y todas sus entrañas se derramaron” (1:18-19). Pero las palabras “su lugar” también sugieren el infierno.

“Y les echaron suertes, y cayó la suerte sobre Matías” (v. 26a). Echar suertes era una práctica común en el mundo antiguo, incluyendo Israel (Levítico 16:8; Números 33:54; Josué 14:2; 1 Samuel 10:20-21; 1 Crónicas 24:5-19; Ester 3:7; Salmo 22:18; Proverbios 16:33; Ezequiel 21:21). Echar suertes era un proceso por el cual los participantes buscaban el consejo divino de Dios con decisiones o problemas serios. Los participantes tiraban piedrecitas u otros objetos pequeños e interpretaban los resultados para entender la voluntad de Dios. Aunque esto se puede parecer a la costumbre moderna de tirar dados, era bastante diferente ya que buscaban la ayuda de Dios en lugar de contar en el azar.

En este caso, la suerte cayó sobre Matías. Esto significa que Dios escogió a Matías para tomar el puesto de apóstol, que quedó vacío después de la traición de Judas.

“y fue contado con los once apóstoles” (v. 26b). Bruner dice, “el número once ‘cojea’” (Bruner, 1090). Eso me gusta. Esperamos ver los “doce apóstoles,” y tropezamos momentáneamente cuando vemos “once apóstoles.” En este caso, el número once suena incompleto – como una pieza de música que se corta una nota antes de lo debido. Cuando eso ocurre con una pieza musical, nos apresuramos a completarla, sea en nuestra mente o murmurando o silbando hasta completarla. No nos gusta dejar nada sin terminar.

Así es aquí. Los primeros cristianos no podían tolerar el número once por mucho tiempo. Jesús había dicho, “De cierto os digo, que vosotros que me habéis seguido, en la regeneración, cuando se sentará el Hijo del hombre en el trono de su gloria, vosotros también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar á las doce tribus de Israel” (Mateo 19:28; Lucas 22:30). Existe un obvio paralelo entre las doce tribus de Israel y los doce apóstoles, que formaban el liderazgo del nuevo pueblo de Dios. El número doce debía ser restaurado, y la inclusión de Matías al apostolado lo hizo. No sabemos qué más hizo Matías, pero sabemos que, por lo menos, restauró el apostolado a su número correcto.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2010, Richard Niell Donovan