PASAJE BÍBLICO

Hechos 10:34-43

RECURSOS PARA PREDICAR

Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller


EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

El contexto de esta historia empieza con la llamada de Dios a Abram y cuando Dios prometió, “y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (Génesis 12:3). Aunque el Antiguo Testamento nos relata la historia de Israel como pueblo elegido de Dios, también hay una corriente a lo largo de la historia que nos recuerda del amor que Dios siente por los gentiles. Por eso la ley judía incluye el justo tratamiento de extranjeros (Éxodo 22:21; 23:9; Deuteronomio 10:19) – Rahab (Josué 6:25) y Ruth (Ruth 1:16-17), ambos gentiles, fueron parte de la genealogía de Jesús (Mateo 1:5) – y Dios envió a Jonás a Nínive para salvar a los gentiles ninivitas (Jonás 1:2).

En el Nuevo Testamento, la disposición hacia los gentiles aumenta. Después de su resurrección, Jesús les dijo a los apóstoles, “Mas recibiréis la virtud del Espíritu Santo que vendrá sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, y Samaria, y hasta lo último de la tierra”(1:8). En Pentecostés Pedro (aún sin por completo la importancia de sus palabras) dijo, “Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare” (2:39).

No obstante, en los primeros capítulos de Hechos, membrecía en la iglesia requería ser previo miembro de la fe judía.

En capítulo 8 Felipe bautizó un eunuco etíope – hombre al que por su defecto físico (castración) no se le permitía participar plenamente en la comunidad judía.

Entonces, capítulo 9 relata la conversión de Saulo (Pablo), que se convertirá en el gran apóstol de los gentiles.

Después, en la primera mitad de Hechos 10, Dios les da visiones a Cornelio y a Pedro. En su visión, Cornelio, centurión romano y gentil devoto, fue instruido mandar por Pedro. Pedro, en su visión, vio animales impuros (según ley judía) y recibió la orden de Dios de matarlos y comerlos. Cuando Pedro intentaba comprender el significado de esta visión preocupante, llegaron los hombres enviados por Cornelio. Entonces el Espíritu le dijo a Pedro, “He aquí, tres hombres te buscan. Levántate, pues, y desciende, y no dudes ir con ellos; porque yo los he enviado” (10:19-20). Pedro fue con ellos a Joppe, donde encontró a Cornelio. Le dijo, “Vosotros sabéis que es abominable á un varón Judío juntarse ó llegarse á extranjero; mas me ha mostrado Dios que á ningún hombre llame común ó inmundo” (10:28).

“Lucas, siendo él mismo gentil de nacimiento, tenía buen motivo para enfatizar… atraer a los gentiles” (Bruce, 211).

HECHOS 10:34-35: POR VERDAD HALLO QUE DIOS NO HACE ACEPCIÓN

34Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas;35Sino que de cualquiera nación (griego: ethnei – de ethnos) que le teme y obra justicia, se agrada.

La gramática griega en el discurso de Pedro es bastante débil. Académicos especulan que se basó en una fuente aramea (arameo es una lengua semítica utilizada por el pueblo judío en tiempos del Nuevo Testamento). Lucas no era judío y parece haber traducido literalmente de una fuente aramea.

“Entonces Pedro, abriendo su boca, dijo: Por verdad hallo que Dios no hace acepción de personas” (v. 34). Pedro le habla a Cornelio y a los parientes y amigos de Cornelio (10:24) – una multitud de personas (10:27).

En el Antiguo Testamento hay precedentes para esta declaración de acepción, pero Pedro, en parte, le da una nueva perspectiva.

• En Levítico Dios ordenó, “No harás agravio en el juicio: no tendrás respeto al pobre, ni honrarás la cara del grande: con justicia juzgarás á tu prójimo” (Levítico 19:15).

• Deuteronomio dice, “Porque Jehová vuestro Dios es Dios de dioses, y Señor de señores, Dios grande, poderoso, y terrible, que no acepta persona, ni toma cohecho; Que hace justicia al huérfano y á la viuda; que ama también al extranjero dándole pan y vestido” (Deuteronomio 10:17-18).

• Entonces el autor de Crónicas dice, “porque en Jehová nuestro Dios no hay iniquidad, ni acepción de personas, ni recibir cohecho” (2 Crónicas 19:7). En cada uno de estos pasajes del Antiguo Testamento, el énfasis está en igualdad y justicia – sin mostrar parcialidad hacia ricos y poderosos – cumpliendo justicia para pobres y necesitados.

Pero cuando Pedro dice que Dios no muestra parcialidad, no se refiere a rico y pobre, sino a judío y gentil. Este es un cambio asombroso para este hombre que, hasta hacía muy poco, se había dedicado tanto a la exclusividad judía.

Sino que de cualquiera nación” (ethnei – de ethnos) (v. 35a). Aunque ethnos puede tener varios significados, a menudo funciona como palabra código para gentil. La frase de Pedro, “cualquiera nación,” claramente se refiere a personas de naciones gentiles.

“que le teme y obra justicia, se agrada” (v. 35b). Pero si Dios no es parcial hacia gente de una raza en particular, sí es parcial hacia aquéllos que le temen y obran bien. En el pasado, el estándar para ser justo ha sido la adherencia a la ley judía. Sin embargo, ahora Pedro entiende que temer a Dios (tener reverencia hacia Dios) y obrar bien ahora son los criterios por los que Dios juzgará.

Obrar “justicia” no se trata de una relación obras-justicia, sino que reconoce que Dios espera ver una relación entre la fe y el comportamiento. Una persona que venera a Dios tratará de honrarle actuando según la voluntad de Dios. La gracia todavía es necesaria porque “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:23), pero Dios conoce nuestros corazones. Dios sabe si tratamos de honrarle haciendo su voluntad. No es aceptable profesar la fe sin hacer un esfuerzo para cumplir la voluntad de Dios.

HECHOS 10:36-38: ES EL SEÑOR DE TODOS

36Envió palabra Dios á los hijos de Israel, anunciando la paz (griego: eirenen – de eirene) por Jesucristo; éste es el Señor de todos. 37Vosotros sabéis lo que fue divulgado por toda Judea; comenzando desde Galilea después del bautismo que Juan predicó, 38Cuanto á Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia; el cual anduvo haciendo bienes, y sanando á todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él.

“Envió palabra Dios á los hijos de Israel, anunciando la paz (eirenen – de eirene) por Jesucristo; éste es el Señor de todos” (v. 36). La paz eirene que Jesús vino a traer al mundo es como el Shalomdel Antiguo Testamento. Es el tipo de paz espiritual que uno experimenta cuando está bien con Dios y con su vecino – el tipo de vida “centrada” que no se enfoca en uno mismo, sino en Dios – el tipo de vida que se somete voluntariamente a la voluntad de Dios – una vida que hace posible dormir por la noche, sabiendo que uno ha tratado de obrar bien.

Es la paz con Dios que uno logra al honrar el primer mandamiento (“Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de todas tus fuerzas, y de todo tu entendimiento”) – y la paz que uno logra con otros humanos cuando honra el segundo mandamiento: amar “á tu prójimo como á ti mismo” – Lucas 10:27).

Pero esta paz eirene no se logra por medio de nuestros propios esfuerzos. Dios envió el mensaje de paz “por Jesucristo.” Jesús hace posible esta paz eirene, porque “es el Señor de todos” – no solo de judíos, pero también de gentiles – no solo de blancos o negros – de hombres o mujeres – de ricos o pobres – de americanos o europeos o africanos o asiáticos – “es el Señor de todos.”

Recuerde que Pedro le dice estas cosas al centurión romano. Decir que Jesús “es el Señor de todos” podría considerarse traición bajo un sistema que honra a Cesar como Señor.

“Vosotros sabéis lo que fue divulgado por toda Judea; comenzando desde Galilea” (v. 37a). Este mensaje de paz se divulgó “por toda Judea.” Aquí, cuando Pedro utiliza la palabra “Judea,” no solo se refiere a la provincia del sur. El mensaje comenzó en Galilea, la provincia del norte.

“después del bautismo que Juan predicó” (v. 37b). Juan vino “predicando el bautismo del arrepentimiento para la remisión de pecados” (Lucas 3:3). Dijo, “Aparejad el camino del Señor, Haced derechas sus sendas” (Lucas 3:4) y “verá toda carne la salvación de Dios” (3:6).

Cuando gente preguntó lo que debía hacer, les dijo que compartieran su ropa y comida con los necesitados (Lucas 3:10-11). Cuando recaudadores de impuestos preguntaron lo que debían hacer, les dijo, “No exijáis más de lo que os está ordenado” (Lucas 3:13). Cuando vinieron los soldados, les dijo, “No hagáis extorsión á nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestras pagas” (Lucas 3:14). Juan señaló hacia el que “os bautizará en Espíritu Santo y fuego” (Lucas 3:16). Así empezó el mensaje de paz por medio de Jesucristo – el que fue capaz de traer paz porque “es Señor de todos” (v. 36).

Cuanto á Jesús de Nazaret; cómo le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia” (v. 38a). Cuando Juan Bautista bautizó a Jesús, “descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y fue hecha una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado, en ti me he complacido” (Lucas 3:22).

Jesús dijo, “El Espíritu del Señor es sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas á los pobres: Me ha enviado para sanar á los quebrantados de corazón; Para pregonar á los cautivos libertad, Y á los ciegos vista; Para poner en libertad á los quebrantados” (Lucas 4:18).

Entonces continuó con la tentación de Jesús, después de la cual Lucas relató, “Y Jesús volvió en virtud del Espíritu á Galilea, y salió la fama de él por toda la tierra de alrededor” (Lucas 4:14).

“el cual anduvo haciendo bienes, y sanando á todos los oprimidos del diablo; porque Dios era con él” (v. 38b). Jesús modeló el comportamiento que esperaba de sus discípulos. En su ministerio de sanar y exorcizar, ayudó a gente desesperadamente necesitada – gente que no le podía devolver el favor. Cuando Pedro antes habló de “obrar justicia” (v. 35), esto es definitivamente parte de lo que decía.

HECHOS 10:39-41: SOMOS TESTIOS DE TODAS LAS COSAS QUE HIZO

39Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalén; al cual mataron colgándole en un madero. 40A éste levantó Dios al tercer día, é hizo que apareciese manifiesto,41No á todo el pueblo, sino á los testigos que Dios antes había ordenado, es á saber, á nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de los muertos.

“Y nosotros somos testigos de todas las cosas que hizo en la tierra de Judea, y en Jerusalén”(v. 39a). Para ser testigo uno debe haber visto con sus propios ojos lo que testifica. Los apóstoles sabían de la crucifixión y del entierro de Jesús pero, en particular, sabían de su resurrección. Antes de haber visto al Cristo resucitado, se escondieron cobardemente, temiendo que las autoridades vinieran a por ellos. Pero cuando vieron al Cristo resucitado fueron transformados. Salieron de su escondite y proclamaron a Jesús públicamente frente las multitudes reunidas para la celebrar la Pascua en Jerusalén – ciudad que mató a Jesús.

“al cual mataron colgándole en un madero” (v. 39b). Ley judía dice que “maldición de Dios es el colgado” (Deuteronomio 21:23). Jesús sufrió una muerte vergonzosa para poder experimentar una resurrección gloriosa.

A éste levantó Dios al tercer día, é hizo que apareciese manifiesto” (v. 40). Fue veredicto humano que Jesús muriera una muerte vergonzosa, pero fue veredicto de Dios que resucitara el tercer día.

Los tres días fueron el viernes (día que fue crucificado), el sábado (único día que estuvo en la tumba 24 horas), y el domingo (día de su resurrección).

“é hizo que apareciese manifiesto” (v. 40b). Kistemaker ha compilado una lista de diez apariciones de resurrección (las siguientes diez líneas están citadas de Kistemaker, 48).

1. Las mujeres en la tumba (Mateo 28:9-10)
2. María Magdalena (Marcos 16:9-11; Juan 20:11-18).
3. Dos hombres de Emaús (Marcos 16:12; Lucas 24:13:32)
4. Pedro en Jerusalén (Lucas 24:34; 1 Corintios 15:5)
5. Diez discípulos (Lucas 24:36-43; Juan 20:19-23)
6. Once discípulos (Juan 20:24-29); 1 Corintios 15:5)
7. Siete discípulos pescando en Galilea (Juan 21:1-23)
8. Once discípulos en Galilea (Mateo 28:16-20; Marcos 16:14-18)
9 Quinientas personas (supuestamente en Galilea; 1 Corintios 15:6).
10. Santiago, hermano del Señor (1 Corintios 15:7).

“No á todo el pueblo, sino á los testigos que Dios antes había ordenado, es á saber, á nosotros que comimos y bebimos con él, después que resucitó de los muertos” (v. 41). Lucas relató una apariencia a los apóstoles cuando Jesús les invitó a tocarle para que vieran que no era un fantasma. También pidió algo de comer. “Entonces ellos le presentaron parte de un pez asado, y un panal de miel. Y él tomó, y comió delante de ellos” (Lucas 24:42-43).

HECHOS 10:42-43: ÉL ES EL QUE DIOS HA PUESTO POR JUEZ

42Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. 43A éste dan testimonio todos los profetas, de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre.

“Y nos mandó que predicásemos al pueblo” (v. 42a). Jesús mandó a los apóstoles que predicaran “al pueblo.” Al comenzar, pensaban que esto significaba el pueblo de Israel, pero ahora empiezan a entender que Jesús quería que predicaran a toda la gente.

“y testificásemos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos” (42b). El entendimiento de Jesús como juez escatológico (del fin del tiempo) empezó con Juan Bautista, quien dijo que “juntará el trigo en su alfolí, y la paja quemará en fuego que nunca se apagará” (Lucas 3:17). Jesús mismo habló del juicio escatológico en varias ocasiones (Lucas 10:10-14; 11:31-32; 12:2-5; 13:24-29; 19:12-26; 20:45-47).

“A éste dan testimonio todos los profetas” (v. 43a). Cuando María y José llevaron Jesús al templo para presentarle al Señor, Simeón dijo, “Ahora despides, Señor, á tu siervo, conforme á tu palabra, en paz; Porque han visto mis ojos tu salvación” (Lucas 2:29-30). La profetisa Ana “sobreviniendo en la misma hora, juntamente confesaba al Señor, y hablaba de él á todos los que esperaban la redención en Jerusalén” (Lucas 2:38). Juan Bautista fue el primer gran profeta de Israel en cuatro siglos, y su misión era rendir testimonio de Jesús. Jesús habló de si mismo como el cumplimiento de la profecía de Isaías (Lucas 4:16-21).

“de que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre” (v. 43b). Este es el mensaje de los profetas – que es posible recibir el perdón de los pecados a través del nombre de Dios y creyendo en él.

POSDATA:

Inmediatamente después de esta historia, el Espíritu Santo descenderá sobre los gentiles, confirmando la intención de Dios de incluirles entre su pueblo sagrado (10:44-48).

Entonces Pedro relatará a la iglesia en Jerusalén su visión y su encuentro con Cornelio. Cristianos de Jerusalén alabarán a Dios y dirán, “De manera que también á los Gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida” (11:18).

Entonces gran número de gentiles se tornarán hacia el Señor en Antioquía. La iglesia de Jerusalén mandará a Bernabé para investigar. Presenciará su gracia y apoyará su conversión (11:19-24) – y será en Antioquía que a los discípulos se les llamará cristianos por primera vez (11:26).

Después oiremos de la muerte de Santiago y del encarcelamiento de Pedro y su libertad milagrosa de su prisión (12:1-19). Después de eso solo oiremos de Pedro una vez más – en el Concejo de Jerusalén donde Pedro testificará frente los apóstoles y ancianos que Dios pretende que la iglesia incluya gentiles (15:7-11). Después, Pedro desaparecerá del libro de Hechos y Pablo, el apóstol de los gentiles, asumirá su puesto.

“Si pensamos que el punto de su discurso solo se dirige a la temprana comunidad judío-cristiana, malentendemos. En vez, es algo que debemos oír repetidamente, cuando establecemos nuestros propios criterios para delimitar a quien Dios encuentra aceptable. El perdón de los pecados en nombre de Jesús es para toda la gente, aun para los que nuestros prejuicios – cualquier forma que tomen – nos compelen a ignorar o rechazar” (Malcolm, 569).

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2011, Richard Niell Donovan