PASAJE BÍBLICO

Génesis 28:10-19

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

GÉNESIS 25-35: EL CONTEXTO

El contexto de esta historia comenzó con el conflicto entre Jacob y Esaú en el seno de su madre (25:19-26), los dos hombres tan diferentes que llegaron a ser (25:27), y el favoritismo que mostraban Isaac (que amaba a Esaú) y Rebeca (que amaba a Jacob) (25:28).

El contexto continuó con la historia de Jacob convenciendo a Esaú de venderle su primogenitura (25:29:34), así quitándole a Esaú su bendición, y engañando a su padre Isaac (27:1-40). Ese engaño impulsó la ira de Esaú y su determinación de matar a Jacob – resultando en la huída de Jacob hacia Harán, escapándose de Esaú (27:41 – 28:5).

El contexto seguirá después de que Jacob encuentre a Dios en Bethel (28:10-19). Conoce a Raquel y se enamora de ella (29:1-14), pero Labán (padre de Raquel) le engaña para que se case primero con Lea (29:15-26). Solo después de otros siete años de servicio podrá Jacob casarse con su querida Raquel (29:27-30).

Jacob continuará con sus engaños, prosperando a coste de Labán (30:25-43). Esto causa tensión entre Jacob y Labán, y el Señor le dice a Jacob que regrese a Canaán (31:1-42; 31:3 en particular) – una huida llena de tensión, pero que termina con un trato entre Jacob y Labán (31:43-55).

Jacob también manda regalos para complacer a Esaú (32:3-21) – luchará con Dios en Peniel (32:22-32), y finalmente hace las paces con Esaú (31:1-16).

Entonces Jacob regresa a Bethel, el lugar donde vio la escala que conectaba tierra y cielo, para asentarse allí, como le mandó Dios (35:1-15).

GÉNESIS 28:10-12: JACOB ENCONTRÓ UN LUGAR

10Y salió Jacob de Beer-seba, y fue á Harán; 11Y encontró con un lugar (hebreo: ham-maqom – el lugar), y durmió allí porque ya el sol se había puesto: y tomó de las piedras de aquel paraje y puso á su cabecera, y acostóse en aquel lugar. 12Y soñó, y he aquí una escala (hebreo: sullam) que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo: y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella.

“Y salió Jacob de Beer-seba” (v. 10a). Beer-seba se encuentra en el extremo sur del lugar que mas adelante será conocido como La Tierra Prometida o Israel. “De Dan a Beer-seba” será una manera de decir, “a través de Israel” (Dan es una ciudad en el extremo norte de Israel).

Antes, Abraham y Abimelech habían hecho un juramento en Beer-seba (21:25-31), después del cual Abraham plantó un bosque e invocó el nombre del Señor (21:33) y moró allí muchos días (21:34) – según pueda morar un hombre nómada como Abraham.

Dios encontró a Isaac en Beer-seba y renovó las promesas que una vez le había hecho a Abram (12:3) para que ahora aplicasen a Isaac (26:23-25). Los criados de Isaac excavaron allí un pozo (26:31) y lo llamaron Beer-seba (en hebreo, Beer significa pozo) (26:32).

Por lo tanto, la familia de Jacob tenía una larga conexión con Beer-seba.

“y fue á Harán” (v. 10b). La familia de Jacob también se ha asociado con Harán durante mucho tiempo. Terah, el padre de Abraham, llevó a Abram y al resto de su familia a Harán y asentó allí (11:31).

Cuando Abram tenía setenta y cinco años Dios le bendijo, diciendo, “Empero Jehová había dicho á Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, á la tierra que te mostraré; Y haré de ti una nación grande, y bendecirte he, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición: Y bendeciré á los que te bendijeren, y á los que te maldijeren maldeciré: y serán benditas en ti todas las familias de la tierra” (12:1-3) – una bendición que Dios repetirá (de manera algo diferente) en nuestro pericope de Jacob (v. 13-14). Entonces, Abram hizo lo que Dios le mandó y dejó Harán para ir a Canaán (12:4-5).

Más adelante, Abraham mandó su criado a Harán en busca de esposa para Isaac (24:1-10). El criado encontró a Rebeca en el pozo (24:11-21) y arregló que ella volviese con él para convertirse en esposa de Isaac (24:34-61). Rebeca es hermana de Labán, quien también entra en la historia de Jacob por ser padre de Raquel y Lea, con quienes se casará Jacob.

Ahora Rebeca envía Jacob a Harán para escapar la ira de Esaú (27:42-45). También se queja con Abraham de las hijas de Heth (27:46). Entonces, Abraham le dice a Jacob que vaya a Padan-aram, la aldea de Rebeca, para encontrar esposa allí (28:1-2).

Padan-aram y Harán se encuentran cerca una de otra en Mesopotamia, aproximadamente a 400 millas (650 kilómetros) al noreste de Beer-seba.

“Y encontró con un lugar (ham-maqom – el lugar), y durmió allí porque ya el sol se había puesto”(v. 11a). La palabra “lugar” ocurre tres veces en este pasaje (véase también vv. 16-17). El artículo utilizado en cada uno de estos tres versículos, sugiere que se trata de un lugar especial. No hay razón por creer que Jacob sepa esto cuando decide acampar allí. Para Jacob, solo es el lugar donde se encuentra al ponerse el sol.

“y tomó de las piedras de aquel paraje y puso á su cabecera, y acostóse en aquel lugar” (v. 11b). El hebreo original de este texto no deja claro si Jacob se puso una piedra bajo la cabeza como almohada o si se puso piedras alrededor de la cabeza para protección. No obstante, este detalle es mínimo y de poca importancia en el contexto de esta historia.

“Y soñó, y he aquí una escala (sullam) que estaba apoyada en tierra, y su cabeza tocaba en el cielo” (v. 12a). Eruditos debaten si sullam describe una escala o una escalera. Aunque no exista la manera exacta de determinarlo (por eso el debate), es un tema de poca importancia para la historia completa. Sullam – sea escala o escalera – conecta el cielo con la tierra. Tal conexión significa acceso a Dios, y eso es lo que importa.

Eruditos también han anotado la similitud entre esta escala o escalera y la torre de Babel (11:1-9), pero también anotan que la torre de Babel representaba la iniciativa y el orgullo humano, mientras que esta escala (o escalera) viene de la iniciativa de Dios.

“y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella” (v. 12b). Cuando los ángeles entran en contacto con humanos, casi siempre es para traer un mensaje o para ver cumplir lo que Dios pide (Génesis 19:1-29; 32:1-2; Josué 5:13-15; Salmos 78:49; 103:21), o para alabar a Dios (Salmo 148:2). No obstante, estos ángeles no hacen más que subir y bajar por la escala. Quizá este subir y bajar trasmite el mensaje que Dios quiere comunicar – que la tierra y el cielo están unidos y que esta conexión permite el movimiento entre ambos. Quizá sea la manera en que Dios quiera darle a Jacob un vistazo al reino celestial.

GÉNESIS 28:13-15: Y HE AQUÍ, YO SOY CONTIGO

13Y he aquí, Jehová (hebreo: yhwh – Yahvé) estaba en lo alto de ella, el cual dijo: Yo soy Jehová (yhwh),el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac: la tierra en que estás acostado te la daré á ti y á tu simiente. 14Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, y al oriente, y al aquilón, y al mediodía; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente. 15Y he aquí, yo soy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres, y te volveré á esta tierra; porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.

“Y he aquí, Jehová (yhwh – Yahvé) estaba en lo alto de ella” (v. 13a). Eruditos debaten si Yahvé se encuentra al lado de Jacob o si está en lo alto de la escala (o escalera) – el hebreo original permite ambas traducciones. De nuevo, la diferencia no afecta mucho el significado de esta historia.

“Yo soy Jehová (yhwh), el Dios de Abraham tu padre, y el Dios de Isaac” (v. 13b). Esta es la primera vez en Génesis que aparece la frase, “el Dios de Abraham,” pero esta frase se repetirá de diversas maneras en el Antiguo y el Nuevo Testamento (31:42, 53; Éxodo 3:6, 15-16; 4:5; 1 Reyes 18:36, etcétera). En Éxodo 3:6 (cuando Dios le habla a Moisés), la frase comienza incluyendo a Jacob – “el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, Dios de Jacob” – y en 1 Reyes 18:36 aparece “Dios de Abraham, de Isaac, y de Israel” (Israel siendo el nuevo nombre que Dios le da a Jacob).

“la tierra en que estás acostado te la daré á ti y á tu simiente. Y será tu simiente como el polvo de la tierra, y te extenderás al occidente, y al oriente, y al aquilón, y al mediodía; y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente” (vv. 13b-14). Estas promesas que Dios le hace a Jacob repiten las promesas que Dios antes le hizo a Abraham, abuelo de Jacob (12:1-3; 17:4-8; 22:16-18) y a Isaac, padre de Jacob (26:3-4). Aquí, Dios revela que ha escogido a Jacob para ser el que transmite el linaje – por él se concederán las bendiciones. Es un honor muy alto – el más alto de honores. Parece asombroso que Dios concediera este honor sobre un hombre resbaladizo como Jacob, pero Dios escoge a quien escoge. ¿Quiénes somos nosotros para cuestionar su selección?

Aquí Dios le hace a Jacob tres grandes promesas. Primero, Dios les dará la tierra a Jacob y a sus descendientes. Segundo, los descendientes de Jacob se extenderán en todas direcciones para poblar el mundo – Dios hace esta promesa cuando Jacob aún es soltero. Tercero, Dios bendecirá todas las familias de la tierra a través de los descendientes de Jacob. Como se anota en el párrafo anterior, estas promesas no son nuevas. Lo nuevo es la certeza que Dios ha escogido a Jacob para transmitir las bendiciones.

“y todas las familias de la tierra serán benditas en ti y en tu simiente” (vv. 14b). Esto repite la promesa de Dios a Abraham en 12:3. Las bendiciones no solo son para los descendientes de Abraham, sino para todos.

“Y he aquí, yo soy contigo, y te guardaré por donde quiera que fueres, y te volveré á esta tierra”(v. 15a). Jacob deja su tierra en camino a Harán, el antiguo hogar de Abraham, pero Dios le asegura que las promesas que aquí recibe son buenas y que no importa el lugar adonde le pueda llevar su viaje.

“porque no te dejaré hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho” (v. 15b). Entonces, Jacob deja su tierra y pasarán veinte años antes de que sus padres regresen a ella. Esaú, no Jacob, ganará la riqueza de Isaac. No obstante, Jacob deja su hogar con las promesas de Dios en sus oídos. Perseverará en Harán, seguramente gracias a las promesas que Dios le ha hecho.

“hasta tanto que haya hecho lo que te he dicho.” Esta declaración es bastante abierta. Las promesas no serán cumplidas por completo hasta muchas generaciones después de la muerte de Jacob. Entonces, esta promesa le dice a Jacob que Dios estará con él toda su vida.

“yo soy contigo” (v. 15a) es una promesa que antes le hizo Dios a Isaac (26:24), y una que Dios hará a Moisés (Éxodo 3:12) y a Josué (1:5) y a Gedeón (Jueces 6:16) y a Jeroboam (1 Reyes 11:38) y a Israel (Isaías 41:10; Haggai 1:13) y a Jeremías (Jeremías 1:8). También es una promesa que Jesús hará a sus discípulos (Mateo 28:20; Hechos 18:10).

GÉNESIS 28:16-17: CIERTAMENTE JEHOVÁ ESTÁ EN ESTE LUGAR

16Y despertó Jacob de su sueño dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. 17Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible (hebreo: nora – de yare) es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios (hebreo: elohim), y puerta del cielo.

“Y despertó Jacob de su sueño dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía”(v. 16). Como se anota arriba, cuando Jacob escogió donde acampar, era simplemente porque anochecía y ahí es donde se encontraba en ese momento. No sabía que se trataba de un lugar sagrado – y, de hecho, no solo era un lugar sagrado pero también apareció Dios. La presencia de Dios es lo que hace sagrado a este lugar.

“Y tuvo miedo” (v. 17a). El miedo es una repuesta común a la presencia de Dios (3:10; 18:15; 42:18; etcétera).

“¡Cuán terrible (nora – de yare) es este lugar!” (v. 17b). Yare sugiere un sentimiento de asombro, pavor, reverencia, o temor. De nuevo, el lugar mismo no es lo que posee esas cualidades. Es la presencia de Dios la que crea este sentimiento de asombro.

“No es otra cosa que casa de Dios (elohim), y puerta del cielo” (v. 17c). Jacob declara ésta la “casa de Dios” porque allí ha encontrado a Dios. Declara esta tierra la “puerta del cielo” por su sueño de la escala que conecta tierra y cielo.

GÉNESIS 28:18-19: Y LLAMÓ EL NOMBRE DE AQUEL LUGAR BETH-EL

18Y levantóse Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y alzóla por título, y derramó aceite encima de ella. 19Y llamó el nombre de aquel lugar Beth-el, bien que Luz era el nombre de la ciudad primero.

“Y levantóse Jacob de mañana, y tomó la piedra que había puesto de cabecera, y alzóla por título” (v. 18a). Como se anota arriba, el hebreo no está claro acerca de la piedra. Puede ser una piedra que Jacob utilizó de almohada o piedras que puso alrededor de su cabeza como protección. Si es una sola piedra no puede ser muy grande, porque Jacob no tendría como levantar una piedra grande. Pero el tamaño de la piedra no importa. El propósito de Jacob es erigir una piedra en conmemoración de su encuentro con Dios en ese lugar.

En este momento, no hay razón por que Jacob no ha de erigir un pilar de piedra para conmemorar su encuentro con Dios. Más adelante, el pueblo de Israel se encontrará con gente que erige pilares honrando dioses paganos, y Dios les prohibirá erigir pilares y exigirá derrumbar pilares erigidos por otros (Éxodo 23:24; 34:13; Deuteronomio 7:5; 12:3; 16:22).

“y derramó aceite encima de ella” (v. 18b). Al derramar aceite sobre la piedra, Jacob se la dedica a Dios. Al pasar el tiempo, el ungir objetos religiosos tanto como sacerdotes y reyes (y otros líderes religiosos señalados por Dios, como Aarón) se convertirá en una práctica común (Éxodo 30:26-30; 40:13-15; Levítico 8:12; 1 Reyes 19:16; 1 Crónicas 16:22; Salmo 105:15).

“Y llamó el nombre de aquel lugar Beth-el” (v. 19a). El es una palabra general para Dios, y la palabra Beth-el significa “casa de Dios.” Beth-el es un pueblo a unas 15 millas (24 kilómetros) al norte de Jerusalén. Jacob comenzó en el extremo sur de Canaán, en Beer-seba, y viaja en dirección al noreste hacia Harán. Hasta ese momento solo habrá viajado unas 50 millas (80 kilómetros).

“bien que Luz era el nombre de la ciudad primero” (v. 19b). Anteriormente, en por lo menos dos ocasiones, hemos oído llamar a la ciudad Bethel cuando la visita Abraham (12:8; 13:3).

En ambos el Antiguo y Nuevo Testamento los nombres cambian para indicar un cambio de estatus religioso. Abram se convirtió en Abraham al ser elegido por Dios para ser descendiente de muchos (17:5). Jacob se convertirá en Israel al luchar con Dios (32:28). Luz se convertirá en Bethel (la casa de Dios) cuando Jacob encuentra a Dios en este lugar.

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2009, Richard Niell Donovan