PASAJE BÍBLICO

Éxodo 24:12-18

RECURSOS PARA PREDICAR
Por Richard Niell Donovan
Traducción por Ángeles Aller

EXÉGESIS:

EL CONTEXTO:

Moisés sacó al pueblo de Israel de su esclavitud en Egipto, como Yahvé le había instruido (Éxodo 13-15). El trayecto fue difícil y la gente se quejaba a menudo (Éxodo 14; 15:22-27; 16; 17:1-7). Cada vez que se quejaban, Yahvé les daba lo que necesitaban – les salvó en el Mar Rojo – les dio agua dulce en Mara – maná y codornices – y agua en Rephidim.

Entonces, “Al mes tercero de la salida de los hijos de Israel de la tierra de Egipto, en aquel día vinieron al desierto de Sinaí” (19:1). Este desierto es la zona cerca del monte de Sinaí, pero no sabemos con exactitud donde están sus fronteras. Se llama desierto porque es un desierto. No tiene casi nada que pueda sostener vida – y obviamente no tiene suficiente para mantener a cientos de miles de personas. Ahora, los israelitas dependen completamente de Yahvé para sobrevivir.

En una teofanía (aparición de Dios) que incluye truenos, relámpagos, el estallido de trompetas, humo, y fuego, Yahvé apareció ante Moisés y el pueblo de Israel (19:16-25). Yahvé permitió que Moisés llevara a Aarón con él al monte santo, pero le dijo a Moisés que avisara a la gente que no debía acercarse demasiado al monte “porque no haga en ellos estrago” (19:24).

En ese monte Yahvé le dio a Moisés los Diez Mandamientos – literalmente las Diez Palabras (20:2-17). Entonces Yahvé le dio a Moisés leyes acerca del altar (20:22-26), los siervos (21:1-11), la violencia (21:12-27), la propiedad (21:28-35), la restitución (22:1-15), varias leyes misceláneas (22:16-31), la justicia (23:1-9), el Año Sabático y el Sábado (23:10-13), y los festivales anuales (23:14-33).

Moisés escribió todo lo que Yahvé le había dicho (24:4). Envió jóvenes con holocaustos (24:5). Puso la mitad de la sangre en tazones, y esparció la otra mitad sobre el altar (24:6). Leyó del libro de la alianza (seguramente las palabras que había escrito en 24:4), y el pueblo respondió, “Haremos todas las cosas que Jehová ha dicho, y obedeceremos” (24:7). Entonces Moisés roció sangre sobre la gente, llamándola “la sangre de la alianza” (24:8).

Entonces Moisés, Aarón, Nadab, Abiú, y setenta ancianos de Israel subieron el monte, donde vieron a Yahvé (24:9-11).

ÉXODO 24:12-14: SUBE A MÍ AL MONTE

12Entonces Jehová dijo á Moisés: Sube á mí al monte, y espera allá, y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarlos. 13Y levantóse Moisés, y Josué su ministro; y Moisés subió al monte de Dios. 14Y dijo á los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos á vosotros: y he aquí Aarón y Hur están con vosotros: el que tuviere negocios, lléguese á ellos.

“Entonces Jehová dijo á Moisés: Sube á mí al monte, y espera allá” (v. 12a). Como dice arriba, Aarón, Nadab, Abiú, y setenta ancianos acompañaron a Moisés hasta este punto (24:9-11). Ahora Yahvé le dice a Moisés que continúe subiendo él solo.

“y te daré tablas de piedra, y la ley, y mandamientos que he escrito para enseñarlos” (v. 12b). Después sabremos que hay dos tabletas, y que sus letras serán “escritas con el dedo de Dios” (31:18). Aún más adelante aprenderemos que estas tabletas incluían los Diez Mandamientos (literalmente las Diez Palabras) (34:28; Deuteronomio 4:13; 5:22; 10:2-4). Como se anota arriba (véase también el “posdata” al final), los Diez Mandamientos son solo una pequeña parte de los mandamientos que Yahvé le dará a Moisés. Moisés después documentará el resto de los mandamientos (24:4; 34:27).

Estas tabletas (o las que las reemplazan después de que Moisés rompiera las originales) residirán en el Arca de la Alianza, junto con una urna de maná y la vara de Aarón que reverdeció (Éxodo 25:21; Deuteronomio 10:5; 1 Reyes 8:9; 2 Crónicas 5:10; Hebreos 9:4).

“Y levantóse Moisés, y Josué su ministro” (v. 13a). Josué apareció por primera vez cuando Moisés le encargó luchar contra Amalec (17:8-13). En esa ocasión, Moisés, Aarón, y Hur subieron un monte para ver la batalla que luchaban Josué y sus hombres. Cuando Moisés alzaba las manos, Israel ganaba. Cuando Moisés se cansaba de alzar las manos, Amalec ganaba. Entonces, Aarón sostuvo un brazo mientras que Hur sostuvo el otro y los mantuvieron alzados hasta que Josué derrotó a los de Amalec.

Ahora aprendemos que Josué se ha convertido en asistente de Moisés. Aparecerá de nuevo en 32:17 y 33:11, y será uno de solo dos hombres que se mantendrán fieles de entre los doce espías que salieron para explorar Canaán (Números 13). Después de morir Moisés, Josué será su sucesor y guiará el pueblo de Israel a la Tierra Prometida (Josué 1).

“y Moisés subió al monte de Dios” (v. 13b). El próximo versículo deja claro que Moisés y Josué se separan de los ancianos y continúan subiendo el monte. Este versículo parece sugerir que Moisés deja atrás a Josué en algún momento, pero eso es incierto.

“Y dijo á los ancianos: Esperadnos aquí hasta que volvamos á vosotros: y he aquí Aarón y Hur están con vosotros: el que tuviere negocios, lléguese á ellos” (v. 14). Como se anota arriba, primero vimos a Aarón y Hur en Éxodo 17, cuando mantuvieron en alto las manos de Moisés durante la batalla contra Amalec.

Aarón es hermano de Moisés (6:20) y asumió un liderazgo importante junto a Moisés durante los preparativos del Éxodo (4:10-16, 28-30; 5:1-20; 7:1-25; 8:5-25; 9:8; 10:3-16; 11:10; 12:1-50) – y en el deambular de Israel por el desierto (16:2-10, 33;17:10-12) – y en Sinaí (19:24). Es descendiente de Leví (6:16-25). Yahvé le hará sacerdote a cargo de los levitas (Números 3:5-10).

Pero Aarón pronto tendrá un papel desafortunado con el incidente del becerro de oro. Cuando los israelitas le piden que les haga dioses, él les dice que entreguen el oro que sacaron de Egipto para hacer de él la imagen de un becerro, cosa que viola directamente el mandamiento, “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de cosa que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra” (20:4).

Sabemos menos de Hur. Junto con Aarón, Hur sostuvo las manos de Moisés durante la batalla entre Josué y Amalec (Éxodo 17). Ahora Moisés le nombra colíder con Aarón hasta que Moisés vuelva del monte. Más adelante, Yahvé nombra al nieto de Hur, Bezaleel, artesano de todo tipo de artificios (31:1-5; 35:30-35), y Bezaleel ofrece su servicio con lealtad (38:22).

En este momento, en este monte, Moisés nombra a Aarón y a Hur para que adjudiquen sobre cualquier disputa que pueda surgir hasta que Moisés regrese de la cima del monte.

ÉXODO 24:15-18. Y LA GLORIA DE JEHOVÁ ERA COMO UN FUEGO ABRASADOR

15Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte. 16Y la gloria (hebreo: kebod) de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días: y al séptimo día llamó á Moisés de en medio de la nube. 17Y el parecer de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, á los ojos de los hijos de Israel. 18Yentró Moisés en medio de la nube, y subió al monte: y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.

“Entonces Moisés subió al monte” (v. 15a). De nuevo, esto da la impresión de que Moisés ha dejado atrás a Josué mientras sigue subiendo el monte.

“y una nube cubrió el monte” (v. 15b). En ambos testamentos las nubes se asocian con la presencia del Señor (Éxodo 13:21-22; 16:10; 19:9; Marcos 9:7). Cuando Israel salió de Egipto, Yahvé les guió como columna de nube durante el día y columna de fuego por la noche (13:21). Más adelante, una nube cubrirá el tabernáculo para simbolizar la presencia de Dios (40:33; Números 9:15; Deuteronomio 31:14).

“Y la gloria (kebod) de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días” (v. 16a). En las escrituras hebreas las nubes se suelen asociar con la gloria de Yahvé (14:17-20; 16:10; 24:15; 40:34; Números 16:42; 1 Reyes 8:10; 2 Crónicas 5:13, etcétera).

La gloria de Yahvé es el aura que se asocia con la aparición de Yahvé y que revela su majestad. Escritores bíblicos, intentando describir la gloria de Dios con palabras humanas, lo describieron como “un fuego abrasador” (Éxodo 24:17). Cuando Moisés pidió ver la gloria de Dios, Dios le dijo, “No podrás ver mi rostro: porque no me verá hombre, y vivirá” (33:20) – pero Dios dijo, “He aquí lugar junto á mí, y tú estarás sobre la peña: Y será que, cuando pasare mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado: Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro” (Éxodo 33:21-23). La gloria de Dios es tan abrumante que los seres humanos no estamos equipados para experimentarla. Un ejemplo podría ser entrar en contacto con un cable eléctrico de alto voltaje. Sería demasiado para nosotros. No lo podríamos soportar.

La gloria de Yahvé llenará el tabernáculo (40:34) y el templo (1 Reyes 8:11). Dios promete que vendrá el día cuando su gloria llene toda la tierra (Números 14:21).

“y al séptimo día llamó á Moisés de en medio de la nube” (v. 16b). Los números siete y setenta son un símbolo importante, y aparecen en la Biblia unas seiscientas veces.

Los seis días que la nube cubrió el monte (16a) y la aparición de Yahvé ante Moisés el séptimo día (16b) recuerdan al relato de la creación, en el que Yahvé pasó seis días creando y descansó el séptimo día (Génesis 1:1 – 2:2).

“Y el parecer de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, á los ojos de los hijos de Israel” (v. 17). La frase “fuego abrasador,” aparece varias veces en las escrituras hebreas, y es una imagen que temer:

• Se presenta a Yahvé como “fuego que consume, Dios celoso” (Deuteronomio 4:24) – y como un fuego que derrotará los enemigos de Israel (Deuteronomio 9:3).

• David, al describir una visión de Yahvé, dijo que subía humo de sus narices y “de su boca fuego consumidor” (2 Samuel 22:9; véase también Salmo 18:8).

• En un oráculo de “lamento,” Isaías tiene una visión del asedio de Jerusalén en la que describe una aparición de Yahvé como un “torbellino y tempestad” y un “fuego consumidor” (Isaías 29:6).

• Isaías también lo describe como un Dios con labios llenos de ira y “su lengua como fuego que consume… Y Jehová hará oír su voz potente, y hará ver el descender de su brazo, con furor de rostro, y llama de fuego consumidor; con dispersión, con avenida, y piedra de granizo” (Isaías 30:27, 30).

• Los pecadores en Sión preguntan, “¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?” (Isaías 33:14).

En nuestro caso aquí, Yahvé no aparece como fuego consumidor que juzga a Moisés, cosa que obviamente sería algo que temer. De hecho, Moisés ha subido el monte por invitación de Yahvé para recibir sus mandamientos. No obstante, la gloria de Yahvé es la aparición temerosa de un fuego que consume y que exige el más profundo respeto y reverencia por parte de Moisés.

Algunos eruditos se preguntan si el monte podría ser volcánico, pero no hay ninguna razón para pensar esto. El fuego que consume es Yahvé, no el monte.

“Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte” (18a). Anote que el nombre de Josué no aparece aquí. Esto sugiere que Moisés le ha dejado en un punto más bajo mientras él siguió monte arriba.

Como se anota en los comentarios de versículo 15b, la nube representa la presencia de Yahvé. Por eso, entrar en la nube requería la exención especial de Yahvé y sería una experiencia abrumadora para Moisés.

“y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches” (v. 18b). El número cuarenta aparece frecuentemente en ambos el Antiguo y el Nuevo Testamento. El gran diluvio duró cuarenta días y cuarenta noches (Génesis 7:4). Israel deambuló por el desierto cuarenta años (Éxodo 16:35). Jesús fue tentado en el desierto cuarenta días (Lucas 4:2).

Aunque en este versículo “cuarenta días y cuarenta noches” puede significar exactamente eso, los israelitas solían usar la palabra cuarenta de manera figurativa – queriendo decir “muchas.” No podemos descifrar si el significado aquí es exacto o figurativo – pero no importa.

POSDATA:

Nuestra lectura termina después de capítulo 24. Capítulos 25-31 incluyen las órdenes de Yahvé para las ofrendas del Tabernáculo (25:1-9), el Arca de la Alianza (25:10-22), la mesa para el Pan de la Proposición (25:23-30), el Tabernáculo y su mobiliario (26:1 – 27:21), la vestimenta del sacerdote (28:1-43), la consagración de los sacerdotes (29:1-37), las ofrendas diarias (29:38-46), el altar del incienso (30:1-10), el censo y la ofrenda de medio siclo (30:11-16), la fuente de metal (30:17-21), el aceite de la santa unción y el incienso (30:22-38), los artesanos Bezaleel y Aholiab (31:1-11), y la ley de guardar el Sábado (31:12-17).

Entonces Yahvé le da a Moisés dos tabletas de la alianza “escritas con el dedo de Dios” (31:18).

Aquí la entrega de la ley hace una pausa para relatar la historia del Becerro de Oro (capítulos 32-33). Cuando Moisés descubre el Becerro de Oro, rompe las dos tabletas con ira (32:19).

Entonces Moisés hace tabletas nuevas (34:1-9), y el pacto se reanuda (34:10-28), y el rostro de Moisés resplandecía y tuvo que usar un velo para cubrirse la cara (34:29-35).

Capítulo 35 continúa con la entrega de la ley hasta el final del libro. Hay bastante repetición entre capítulos 35-40 y capítulos 25-31.

El libro de Éxodo concluye con la nube y la gloria de Yahvé llenando el tabernáculo. “Porque la nube de Jehová estaba de día sobre el tabernáculo, y el fuego estaba de noche en él, á vista de toda la casa de Israel, en todas sus jornadas” (40:38).

TEXTO CITADO DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS procede de Spanish Reina Valera, situada enhttp://www.ccel.org/ccel/bible/esrv.html. Utilizamos esta versión de la Biblia porque consta de dominio público (no bajo protección de derechos de propiedad).

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Copyright 2012, Richard Niell Donovan